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Creí que podría ir bien para mi, para ti

"De ahora en adelante... Vamos a pretender que nada paso" creer que se me diría tal cosa.

Sus ojos se fueron abriendo lento, su vista estaba un poco borrosa y sentía un muy leve dolor en la parte posterior de la cabeza.

Se sentó de golpe en la cama lo cual provoco un leve mareo. —¿Hospital? ¿Por qué estoy en un hospital?— Estaba confundido ¿Cómo había terminado ahí?

Las cortinas que separaban las camas fueron corridas con un poco de rudeza dejando ver a un chico de pelo negro, tez clara, ojos pequeños y rostro delicado.

El pelinegro estaba un poco más tranquilo. Nada demasiado grave le pasó a Jimin. Él estaba bien, quizá un poco golpeado, pero bien. Su corazón podía latir nuevamente con tranquilidad.

No, aún no.

La culpa ahora pesaba sobre su cuerpo ¿Y si Jimin hubiera resultado gravemente herido? Se sentía asqueado consigo mismo. Lo odiaba, no, se odiaba. Odiaba el hecho de que por su culpa Jimin se lastimó, lo sabía, era completamente su culpa.

El pelinegro lo dudo por un momento, su cuerpo y su corazón realmente deseaban abrazar a Jimin, comprobar por si mismo que el doctor no mentía.

Que él estaba bien.

No lo pensó un segundo más, se acercó rápidamente a la cama y envolvió al contrarío con sus brazos, lo acercó lo más que pudo a su cuerpo y se relajó al sentir la calidez del otro.

No quería, él no quería llorar. No llores, no llores, no llores; se repitió a si mismo una y otra vez, pero ahí estaba, ahogándose en sus propias lagrimas.

—Jefe, Sunmi noona— El rubio podía sentir el cuerpo del contrario temblar, podía oír sus sollozos y sentir su bata húmeda debido a las lagrimas de aquel desconocido.

—¿Cómo te sientes?— Preguntó su noona. El pelinegro fue retirado por el señor que acompañaba a la mujer, quien con cariño recitó decenas de palabras de apoyo al pelinegro.

¿Por qué?

—Y-yo...

—Te caíste por las escaleras ¿Cómo estás? ¿Te duele alguna parte?—Preguntó preocupada.

—Estoy bien.

—Después de todo ser robusto es lo único bueno que tienes— Bromeó su jefe.

—¡No es todo!— Contestó indignado.

La vista de Jimin se volvió a centrar en el chico, él hablaba con Sunmi con confianza. Jimin puso atención a aquella conversación.

—Gracias a Dios, Yoonie... Te dije que saldría bien.

—Sí... Yo lamento mi horrible comportamiento— Su voz era baja, un poco gruesa.

—No te disculpes, entendemos tu comportamiento. Nosotros iremos a llamar al doctor ahora ¿Mm?— La mujer se dio la vuelta, con dirección a la puerta, seguida por el jefe.

—Espera Sunmi noona ¿Quién es él?—Preguntó antes de que ellos dos se fueran y lo dejaran solo con aquel chico.

[...]

Después de ese momento, Yoongi no apareció más por el hospital. Se enteró de la salida de Jimin gracias a Sunmi.

Él no me recuerda ¡Se acuerda de todo el maldito mundo!

Sweet Memories [JimSu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora