Esa bestia había terminado con todo lo que la niña quería, había destrozado y acabado con su inocencia y se había escapado sin pagar aquellos delitos. Ella pudo ser rescatada ¿pero de qué le sirvió? toda su familia había muerto y la muchacha estaba...
Él te asechará hasta tenerte en sus garras, el lobo te buscará y todos clemencia pedirán.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Veo que me has extrañado —murmuró Caperucita echando la cabeza hacia atrás mientras Gastón regaba besos por su cuello, ella rió cuando los labios del hombre bajaron hasta su vientre y rozaron la pequeña cicatriz que tenía ahí, una a causa de sus tantas batallas. Los ojos oscurecidos del cazador brillaron y la muchacha empujó su cuerpo extasiada.
—Claro que te he extrañado, Lia —contestó ronco recostándose a su lado mientras pasaba las yemas de sus dedos por la cadera de la chica, la muchacha mordió su labio y soltó una risita. Estaban en el bosque, ocultos de su tío y de los demás. Para todos, la pareja seguía esperando el día de su unión, pero desde que se conocían siempre terminaban en el mismo lugar y sin ropa—. Somos iguales, estamos cortados por la misma tijera.
—Cuando estaba pequeña escuchaba sobre ti —comentó poniéndose de pie desnuda, su cabello oscuro cubría sus pechos y para el cazador era un espectáculo verla así, tan entregada a él. La muchacha rió viendo la mirada del hombre, se subió encima de Gastón y dejó caer sus manos en su pecho mientras se movía con lentitud—. Te he admirado y cuando te tuve bajo mi hechizo me sentí completa.
—Somos iguales Caperucita, nosotros buscamos poder y es lo que más nos une —se regocijó. No estaba segura de querer contraer nupcias con el cazador, porque sus pensamientos estaban yendo hacia otro, otro tan diferente a ella y que parecía no caer a sus pies como los demás y seguro por eso le gustaba tanto. Lo deseaba tanto. La última vez lo había visto cerca del riachuelo, solo y ausente, como si una carga pesada llevara, se atrevió a desnudarse, a coquetearle y bailó para Gorkan y se tocó pensando en él, cuando giró: ya no estaba. Se llevó una gran decepción, pero como todos estaba segura que aquel hombre caería a sus pies—. Me ausento un tiempo y cuando regreso hay dos tipos con aires de cazadores.
—Gorius y Gorkan —saboreó el último nombre cerrando los ojos cuando Gastón rozó sus dedos por sus pechos desnudos. La muchacha mordió su labio imaginando a uno de los hermanos, imaginando que sus dedos la tocaban y se atrevió a gemir deseosa. Se escucharon risas y Lia levantó la mirada viendo unos cazadores acercarse, la muchacha rápidamente se puso de pie colocándose su ropa y encima su capa roja que la cubría. Gastón no se movió, solo le hizo señas para que lo dejara ahí y la muchacha lo entendió. Con un beso en los labios se despidieron prometiéndose verse después.
Caperucita roja sonrió llegando con su gente, todos estaban encendiendo las fogatas mientras los más jóvenes sacaban los tambores y empezaban a tocarlos creando una melodía para ser danzada. Las más jóvenes jalaron a caperuza y ella se quitó la capa tendiéndosela a su tía que le aplaudía, buscó a su prima pero la encontró sentada, alejada de todos como siempre. La muchacha rió cuando fue lanzada al centro con un atractivo cazador, movió sus hombros y el cazador sacudió sus hombros echándose hacia atrás sintiendo el cuerpo delgado de Lia.