Capítulo 8

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Después de la última clase caminaba en los pasillos solitarios, casi todo el mundo se había ido solo quedando yo y algunos estudiantes. Tomándome una hora para repasar lo estudiado de hoy, fue lo que me aproximo en quedarme en el aula. Ahora que tenía planeado ir de camino a la salida me tope frente a la entrada con aquel chico nuevo de esta mañana, lo encontré recargado sobre el cristal de las puertas de entrada mientras escuchaba música con los cascos puestos. Al principio él no se dio cuenta de mi presencia ya que llevaba cerrado los parpados mientras movía la cabeza de arriba abajo con el ritmo de lo que sea que estuviera escuchado.

Sin sentir esa molestia camine donde él estaba, no para verlo o buscar una conversación agradable. La puerta de salida donde se situaba aquel muchacho era mi medio para salir del edificio. Levante mi brazo usando mis dedos para darle golpes pequeños en su hombro. Fue ahí cuando él abrió los parpados y sus ojos me estudiaron unos instantes.

—Eres tú—Dijo él sonriendo al instante—Que sorpresa encontrarte aquí ¿Hobbit? —Sonrió al tiempo que frunció sus cejas y se apartó los cascos de sus orejas.

—Ya te has dado cuenta de mi apodo—Me encogí de hombros —Seguro Valeria ya te puso al tanto.

—En parte, esa chica está loca y es genial—Luego suavizo su expresión a una más relajada—Cambiando de tema, ¿Qué haces aun aquí? casi todos se fueron hobbit.

—Me quede unas horas para repasar los temas que vi en clases, bueno si me permites—Fije mi vista a la puerta indicándole que deseaba que se apartara.

—Espera un momento, tenemos que hablar sobre algo un concreto.

—No creo que hoy sea el día, tengo compromisos más tarde.

—Bueno créeme que esto es importante, ahora que no hay nadie te lo mostrare a ver si llego a convencerte—Agacho su cabeza y me enseño las rices grises de su cabello cuando normalmente es negro.

Sorprendida abrí los ojos y enseguida me tensé con la mirada cautelosa— ¿Tú?

Irguió la cabeza y asintió—Supongo que con esto ya tengo tu atención—Levanto la ceja—O quizás no.

—Mira no sé cuál sea tu problema pero no tengo tiempo pa...

Levanto su playera blanca y dejo a la vista un número de serie en la parte de su pecho. Se notaba que hacía ejercicio con su cuerpo trabajado y ejercitado sin embargo lo que me llamo más la atención fue ese número grabado en su piel, luego volvió a bajarse la camisa y se la acomodo como antes la había tenido.

— ¿Ahora tengo tu atención? O tal vez desees que te muestre las cicatrices que tengo en mi espalda—Sonrió.

—No, te creo ahora que me has mostrado ese número, ¿eres de los niños que escapo?

Asintió—Nunca creí volver a verte Sara.

—Así que sabes mi nombre, ¿Cuál es el tuyo para empezar?

—Creí que jamás lo preguntarías, por eso estuve tan atento en la cafetería para que preguntaras el mío, soy yo Mahat.

Muchas imágenes como flash pasaron, el recuerdo de la platicaba con aquel niño entre la oscuridad del cuarto.

—Mahat—Pronuncie con mis manos y labios temblorosos, me había llevado una gran impresión.

—Así es, si vas abrazarme te recomiendo que no lo hagas ahora, aún estamos en la escuela ¿Recuerdas? —Me sonrió.

Intente recuperarme la compostura, ¿Cómo se las había arreglado para sobrevivir? No lo comprendo, la última vez que lo vi fue cuando su cuerpo quedó atrapado entre los escombros de aquella bodega.

La otra cara de la chica NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora