Capítulo 6

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La forma en la que me daba el beso era de una forma posesiva y apurada, Valeria no se detenía y aun cuando deseaba alejarme y tomar un poco de aire. Me estaba devorando totalmente con sus labios unidos a los míos, sin remedio use mi nariz para respirar y flexione los brazos sosteniendo así sus hombros. Como acción de mi parte termine alejándola de forma cuidadosa sin utilizar demasiada fuerza.

— ¡¿Qué te pasa?! —Brame sorprendida y di caldas de agitación—Casi me muero si no me dejas respirar, vas demasiado deprisa y eso me tomo de sorpresa.

— ¿Ese es el problema? —Parece que mi arranque exasperado no la sorprendió —Podemos ir más despacio si eso presenta problemas para ti—Poso sus manos en ambos extremos al asiento de la motocicleta sin dejarme una vía libre.

—Ese no es el problema—Apenas pude asimilar el beso y no es todo, la mucha información y el impacto de su acción hizo un revoltijo en mis emociones. No tenía idea de lo que sentía en ese momento—Solo dame el tiempo para entenderlo.

— ¿Tiempo? —Levanto una ceja, no porque mi comentario le ofendiera, más bien una curiosidad coqueta se proyectó en sus ojos— No lo creo—Sonrió entre dientes y con su mano levanto mi barbilla—Si te doy tiempo puede que lamentes el hecho que te bese, esto solo fue el calentamiento—Volvió a unir sus labios a los míos.

Esta vez su forma de besarme fue distinta, más cuidadosa, serena, suave y sin prisas. No me daba tiempo de procesarlo, estaba tan concentrada en su acción que las ideas racionales en mi cabeza se desvanecieron en el instante que sus labios volvieron a aprisionar los míos. A la mierda me dije, mande todo por la borda y envolví mis brazos alrededor de su cuello ya que deseaba su proximidad, sus manos en acaricias suaves y lentas apretaron mis caderas.

El beso tuvo un inicio lento y tierno, creo que fueron mis movimientos los que le indicaron a Valeria el avance sin ninguna prisa, parecía disfrutarlo por el tacto suave de sus brazos reduciendo la presión en mis caderas, entendía que se deleitaba con esto y yo, solo estaba sintiéndome extraña, quería más acción. Deseándolo no pude y fui con todo aumentando el ritmo del beso, parece que mi pequeña indirecta hizo que Valeria comprendiera y subió de nivel, sus brazos me acercaron más y sus besos se fueron a mí sin ninguna piedad.

—Sara—Dijo mi nombre en voz afable al abandonar mis labios—Eres tan diferente—Su aliento mentolado llego a mis labios con las caladas de aire y yo voluntaria al poder de esos labios volví a besarla.

Como deseaba quitarle la ropa ahora mismo y tocarla sin temor a contenerme, me perdía en sus labios tan besables y malditamente adictivos. Luego su mano sujeto mi mejilla de una manera cariñosa y atenta mientras continuaba. Todo era un sueño con ese paraíso afrodisiaco y abrí los ojos apreciando sus pupilas verdes.

Pérdida y eclipsada por esos orbes esmeraldas, si antes me negaba admitir que sus ojos son hermosos ahora lo acepto, son condenadamente perfectos. Me dio un manojo de nervios y con el calor en todo mi cuerpo solo quería meterme en la hielera y quedarme ahí. Tuve problemas con el manejo voluntario de mis movimientos, cerré los ojos que fue lo único que pude hacer y sus labios abandonaron mi boca para deslizarse a mi cuello, la textura de ellos me dejo un camino de besos tiernos y lentos, luego abrí de nuevo los ojos a las respuestas excitadas de mi cuerpo. La desgracia vino después que mi placer causo que mordiera mi labio inferior de una forma inconsciente, mi líquido rojo y caliente fluyo, experimente una curiosidad carnal de probarlo y mi lengua en un movimiento suave sobre la zona que me mordí, me deglute del sabor exquisito de mi propia sangre.

La mano de Valeria la cual rodeaba mi cadera hizo un apretón algo doloroso, sin queja alguna la mire directamente, otra vez sus pupilas verdes, brillantes y atentas se enfocaban en mí, me sentía atraída e hipnotizada por ellas pero, ¿Por qué?, tenía que alejarme, ¿Cómo era posible que besara a mi peor enemiga?, con ese pensamiento la cruda realidad volvió abordar mi conciencia, en acción puse ambos manos en sus hombros y la aleje de nuevo.

La otra cara de la chica NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora