Al transcurrir el amanecer, el ocaso se miraba reflejado entre los cristales de la mansión de los Tierra. Valeria quien se hallaba despierta y recostada en la cama observaba al techo mientras pensaba en lo que pudiera haber sucedido con Sara. Nada de lo que su mente se imaginaba lo tomaba como una broma de mal gusto o un sueño. Sentía que todo lo que llegaba de sus recuerdos era verdad y tenía la veracidad de ellos bajo su propio juicio, algo que su corazón y su cerebro la cercioraban.
— ¿Qué habrá sucedido contigo Hobbit? —Suspiro y cerro los parpados unos instantes.
Visualizo las imágenes y recuerdos de Sara, ¿Cómo era posible que la olvidara? Se cuestionó a sí misma, nada tenía sentido, no porque Sara se marchara. Había algo que no estaba bien cuando ayer llegando a su casa fue recibida de buena manera por su padre, como si todo lo relacionado con Sara hubiera hecho su vida un infierno, aun cuando su vida no fuera tan grata ya que su padre tenía rasgos perversos. Pero, nada de ello era culpa de Sara, Valeria sabía el grado de ambición al que pudo llegar su padre que incluso lo cegó de una manera irracional.
Las imágenes de Sara en la etapa de la niñez hicieron surgir recuerdos desagradables en los pensamientos de Valeria, nada tenía sentido y ahora que ella tenía la oportunidad por corregir los crímenes pasados de su padre, ya jamás lo llevaría a cabo. Todo el mundo, inclusive ella misma se habían olvidado que Sara formaba parte esencial de una sociedad escolar, ya no sería la chica perseguida por los abusos, solo sería un recuerdo que estaría en el olvido. Tan pronto como termino con ese pensamiento este trajo a Valeria a la realidad y abrió los ojos.
—Esto no puede terminar hasta que me cerciore que ella está bien—Tomo un respiro profundo y se levantó de la cama.
La pelinegra azabache camino al baño tomándose un baño de 15 minutos, luego se cepillo los dientes y eligió ropa al azar para luego bajar al gran comedor.
—Buenos días Valeria—Saludo Osvaldo el mayordomo de manera seria quien se hallaba en el último peldaño a la espera de su señora. Lucía joven calculándose unos 30 años, complexión robusta y algo atractivo en los rasgos faciales, luciendo una camisa blanca abotonada junto a los pantalones negros de tela de lino con los zapatos de juego.
Valeria sonrió y bajo los peldaños de manera relajada, al llegar al último puso su mano sobre el hombro de Osvaldo y negó divertida con la cabeza—Basta con esa actuación, puedes saludarme sin tomarlo demasiado enserio.
—Lo sé, pero quería actuar un poco más Val—El mayordomo sonrió divertido—Tú padre me ha dicho que te espera en el comedor.
Los gestos en Valeria se ensombrecieron y termino por suspirar—Ahora voy a verlo, gracias por el aviso.
—No hay de qué, aunque reconozco que has estado extraña desde que llegaste ayer, solo es mi punto de vista, espero que todo se solucione para ti Val—Comento el mayordomo preocupado de las actitudes de Valeria.
—Lo sé, gracias y recuerda que me debes un partido de tenis en la tarde—Intento sonreír y buscar distraer al joven mayordomo del asunto.
—Seguro, esta será mi revancha Val—Sus facciones se relajaron y volvió a sonreír sin sospechar que Valeria aún se hallaba pensativa.
—Será la quinta vez consecutiva que te voy a patear el trasero, ya lo verás—Valeria se burló.
—No cuentes con ello que tú has perdido contra mí unas 3 veces, ya veremos.
—Ya veremos—Valeria le giño el ojo al mayordomo de una manera picara y camino al gran comedor en busca de su padre.
Gustavo Tierras quien era el padre de Valeria se encontraba en la gran mesa del comedor leyendo el periódico matutino. Valeria al contemplarlo no sabía que decir, ya que todos esos años había tenido una relación disfuncional y ahora su tutor de atrevía a llamarla y tener una conversación.
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La otra cara de la chica Nerd
Novela JuvenilSara una adolescente y nerd en apariencia , tratada como lo más bajo entre la cadena social que se forja en el instituto, lo que nadie sabe de ella es su lado oculto, un lado que solo ella solo muestra en sus ansiados y deseos fines de semana. Nota...