Siete.

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Ella cruzó su mirada con una gris, por unos segundos.

Y notó que era aquel chico de nuevo.

Cuando estuvo segura de que él ya no la miraba, lo observó.

Vio que era alto, que tenía una gran espalda, y dedujo que de seguro le encantaba hacer deporte.

También vio que toda la mañana mantuvo una actitud callada, y estuvo siempre escondido bajo su capucha.

Otra cosa que le llamó la atención, fue que irradiaba tristeza, parecía no haber ni una pizca de felicidad en él.

No sabe si fue aquello, o la necesidad de conocer a alguien que no sea un retrasado, pero algo la empujó a sentarse a su lado.

Y lo hizo.

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