Nueve.

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Ella decidió empezar con un simple "Hola". Por miedo a equivocarse, y aún así, su voz tembló cuando lo dijo.

Notó que aquel chico la miraba sin entender. Y en ese momento se dio cuenta de lo absurdo que había sido su plan.

Se preguntó porqué había sido tan brusca, y no haberlo pensado mejor antes.

Avergonzada, miró hacia otro lado, ese chico no iba a responderle.

Y fue entonces cuando lo hizo.

"Hola." Dijo él, a ella su voz le sonó como un piano, tan suave y armoniosa, imposible de odiar.

"¿Cómo estás?" Dijo ella, todavía tímida.

Y justo en ese momento el profesor pidió silencio.

Dejando así, su pregunta en el aire, y como única respuesta, una sonrisa blanca, brillante, sobre una mirada gris, atormentada.

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