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El castaño se quedo como si fuera de piedra, no se entero ni siquiera en qué momento había sido alado con tanta fuerza por su jefe quien logro introducirlo de una a la habitación donde una noche anterior aquel ser descansaba , empujándolo con suficiente puntería provocandole caer sobre su delicado cuerpo  en aquel colchón tan parecido al de su cuarto, a diferencia que las sábanas de este se encontraban en perfecto acomodo. Estaba tan shokeado que lo único que su tonto cuerpo le permitió hacer fue ver  la manera tan lenta que el demonio se despojaba de su saco y demás prendas, dejándolas caer con elegancia al suelo

–Le sugiero que no intente huir Flug, solo hará las cosas más difíciles para ambos, dudo que quiera verme realmente furioso– sono por aquel lugar la ronca voz de su jefe que en un instante logro intimidarlo.

No era tonto, ni tenía 10 años como para no entender que era lo que pasaría, lo que no le cabía en la cabeza era el ¡¿Porque con el?!, su jefe siempre parecio tener algo de repulsión a su persona, ¿Acaso esa era solo una forma de desquitarse por lo sucedido con ese mentecato villano?, ¡Nisiquiera había tenido la culpa!

–¡Jefesito, de verdad lo siento yo no quería que se molestará por mi culpa, perdoneme!– ¿Por su culpa?, ¿estaba acaso bromeando?, acababa de aclarar que en nada habia que ver más que ser la victima, ¿esa era su mejor movida para liberarse de ese vil acto?, aveces que de verdad si se creia un completo idiota

–Deberia guardar silencio cuando no le estoy solicitando lo contrario doctor– levanto peligrosamente la ceja el demonio haciéndole ver que no había escapatoria

El castaño tembló en su lugar, sabia claramente que se hacía en ese estilo de actos mundanos, no es como si nunca hubiera recibido una clase sobre sexualidad, pero a lo largo de su vida ni siquiera le pasó en la cabeza que algún día llegaría a llevarlo acabó. Siempre estuvo la ciencia primeramente ante algo que para el era simple pérdida de tiempo, anexando el pobre hecho de que al ser tan poco social ni siquiera logro sentir atracción por alguna persona en particular en sus cortos años vividos, influyendolo a creer que ese sentimiento arruinaba todo, lo más cercano a este siempre había sido la gran admiración que sentía por su jefe y el sensación de protección que aveces le brindaba, pero nunca al extremo de imaginárselo de aquella manera tan impúdica

Miraba atentamente como se posiciona sobre el la presencia oscura su jefe, lo observaba al igual que un depredador a su presa, el era por supuesto esa presa que ya estaba más que cazada. Pero algo que le pareció particular no fue que después este lo había lamido, si no el lugar donde lo hizo, podría jurar que esa parte de su rostro fue aquella que tocó con su mano esa indeseable hombre que creia tenía la culpa de su "desgracia"

Gimió ante el viscoso y frío contacto, entendiendo que en su posición la vergüenza de aquellos sonidos iba ser algo insoportable, su boca no iba a poder acallarlos por siempre, y menos cuando aquella fría noche de lluvia sensibilizaba todo su cuerpo donde el único calor que recibiría sería el del cambiaformas, quién estaba seguro tenía la sangre fría como los reptiles, si no moría de pena lo haría de frio...¿O tal vez no?

Escucho como su camisa era desabotonada con algo de lentitud, vaya su jefe estaba siendo considerado entre palabras, cualquiera pensaría que al ser tan egocéntrico, en un acto así el cambia pieles sería una bestia de primera, no obstante parecía ser todo lo contrario

Se dejó desvestir quedando en tan solo ropa interior, no sabía si a causa del miedo o impresión con la que estaba viviendo el momento. El de sombrero se estaba tomando todo el tiempo del mundo para observarlo y depositar uno que otro feroz beso o pequeño mordisco en el cuerpo del de piel lechosa, iniciando desde el cuello hasta lo mas recóndito de su vientre, llevando al mas joven a un punto donde la cordura y juicio comenzaban a perder notable fuerza entre lo correcto y lo indebido. Simplemente el mencionado pensó  una vez tocado el limite "¡Al demonio todo!", deshaciéndose de su bolsa que le complicaba cada vez más tomar el aire que necesitaba, mostrando su rostro tenuemente sonrojado. "Como un ángel caído", era aquello que molestaba tanto al demonio, pues al ser el villano más temido y respetado de todos los tiempos, que alguien tan estéticamente "lindo" con expresiones "puras" trabajará para el, parecía una mala broma de la que todos los demás seres se reirían restandole autoridad, y el no podía permitir eso. Aunque al encontrase en plena intimidad donde los únicos espectadores eran ellos dos, que más daba, era a lo que se llamaba "perder prejuicios" para intercambiar por mejores cosas.

Un Heredero Para El Demonio (paperhat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora