Un Heredero Para El Demonio (paperhat)

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Sentirse querido no siempre es una tarea fácil, la vida no es siempre lo suficiente justa con todo mundo, regalando les la dicha solo a los mas privilegiados y las pobres almas en pena unas migas de pan que confunden con caviar en dicha desesperación. Un día puedes estar en la cima de todo y al siguiente no tener nada entre las manos. El día de hoy puedes sentirte rotundamente maravilloso y quizás a la mañana siguiente te ahogue la necesidad de una escapatoria del presente.

Estas son cosas que cualquier ser consiente experimenta por desgracia en algún momento de su existencia, no porque así lo decida, pero al final de todo vivir es una travesía que consta de muchos factores, y el sentir que estas tocando piso suele ser uno de ellos, vaya, es solo parte de "vivir" .

Demencia nunca había sido destacada en nada, o al menos eso le hacían creer, una chiquilla cualquiera que sus pasiones quizás no eran las más normales, más al final las disfrutaba. Pues quizás cazar insectos, ser intrépida con exageración y preferir ser siempre el malo de la historia no sería algo que una persona catalogaría normal en una niña de corta edad, los estándares eran crueles y lamentablemente la mayoría se sometía a ellos, sin embargo ella pensaba diferente, después de todo, la gente con batas blancas también pensaban que la humanidad debía ser diferente, ya que el avance se suponía que estaba dentro del cambio y demencia quien no siempre fue lo que actualmente era, formaba parte crucial de esa ideología.

Los primeros 8 años de su vida los tratos recibidos en aquel lugar nunca fueron más allá de hablar con psicólogos para valorar su estado mental, ya que siendo parte de un experimento como parecía le habían explicado ella creía que esto era algo importante al no entender de que se trataba todo ese tema. Básicamente valoraban que tan bien absorbía todo lo que se le fuera inculcado, desde matemáticas avanzadas hasta ideales destructivos y evolutivos contra la sociedad, los cuales justificaban que para la transformación primero tenia que haber destrucción. Ella en simples palabras, era un simple y pequeño títere que manejaban a su antojo, cosa que no le importaba siempre que fuera premiada como visita tras visita. Y de no ser por que toda la situación cambió apenas cumplió los 9 años ella hubiera sido ciega ante los que realmente era su objetivo en aquel lugar.

Aún recordaba la primera visita a esa sala tan asquerosa y llena de suciedad, fue llevada entre engaños para recibir una sorpresa, la cual nunca llego, confundida e ingenua pregunto que ocurría, ¿A cambio? Fue amarrada como si de un maniático animal descontrolado se tratase e inyectada de inicio mas de 4 veces con un líquido que no tenía un color exactamente confiable.

Ese fue apenas el inicio de un calvario, día tras día lo único que obtenía eran golpes, sesiones de tortura psicológica, y finalmente para culminar entre inyecciones, de las cuales milagrosamente al día siguiente simulaban haberla curado, como algún estilo de reptil que se regeneraba. Parecía que poco a poco se iba transformando en alguien diferente, más fuerte, resistente y llena de resentimiento. Podría decir que incluso esos mal nacidos disfrutaban a cien por cien cada parte de su "trabajo", pues como premio siempre recitaban que el experimento estaba siendo un éxito.

Todo aquello continuo así, nada salia de la misma aterradora rutina infundida a base de dolor u odio que poco a reencarnaba en ira y desprecio en la pobre pelirroja, sinceramente ya no creía siquiera en la mentira de que aun día la dejarían libre cuando estuviera lista, en sus caras de gusto y éxtasis podía interpretar que tarde o temprano seguro la matarían para luego terminar cerrando su carpeta como un incomparable éxito para sus fines desquiciados.
Llego aquel día de su cumpleaños 16 y a decir verdad, feliz era la ultima palabra en su lista, se tan fuera de si misma no le quedaba mas que pedir por una muerte menos dolorosa que cualquier otro de los métodos aplicados día a día en su cuerpo, destruido ya para ese entonces tanto física como moralmente, mas en el fondo sabia que era una estupidez si quiera rogar por algo como eso, podría decir que en su conformismo solo anhelaba la muerte mas pronta que se le pudiese dar. Resignada ante esto lloro del mismo coraje que le daba sentirse tan miserable como una rata de laboratorio desechable, al final eso es lo que para ellos era en simples términos, y por primera vez en su vida se pregunto ¿quién seria la mujer que la había abandonado en dicho infierno?, lo mas probable es que a esas alturas ni siquiera la recordase, tal vez ella se las había vendido o algo peor, con tal de no cuidar a un niño, pero era tema de solo atinar al aire, pues jamás podría preguntar frente a frente como era necesario. Espero una, dos, seis ocho horas y jamas se habían acercado a su celda, ¿A caso la dejaría en paz un día de su miserable vida?, no era común en ellos, levanto la mirada y con los ojos abiertos miro algo que a causa de su costumbre no notaba por mas visible que fuese, habían dejado un seguro abierto del dichoso cuarto, pobre, seguro alguien muy estúpido, pues por primera vez la de ojos bicolor tuvo esperanza, no se negaría a tal propuesta de la vida, ¿Que hizo? La peor masacre de su vida apenas cruzo la puerta, no había sistemas de alta seguridad como en su jaula, por consiguiente, no la iban a detener con nada. Poco a poco comenzó a matar a todos y cada uno de aquellos que la trataron como la peor basura que había en aquel sitio, comiendo hasta partes de las extremidades cercenadas en su locura  desatada por la rabia guardada cada día. El escenario que había dejado detrás parecía sacado de un mismísimo relato del infierno, uno que al final le era indiferente, pedazos de carne aquí, brazos por allá, nada que no se hubiesen merecido, ¿y la mejor parte? , nunca nadie los encontraría, pues era un lugar ocultado al ojo humano y desconocido ante la sociedad, serian un simple destello olvidado en la linea del tiempo .