Un Heredero Para El Demonio (paperhat)

08

Los quince días habían transcurrido con demasiada velocidad, haciéndose presente el día de partida para aquella reunión de villanos que se celebraría al día siguiente por la noche en las afueras de Hat's Ville, lo que significaría un viaje de al menos 5 horas, cosa que resultaba bastante tediosa para el de sombrero, más sin otra opción tendría que adecuarse al viaje que haría en su lujoso auto, el cual había enviado a lavar, pues no sé rebajaría a llegar en un cargamento de polvo, por lo que únicamente que le faltaba a el demonio era esperar a que su vehículo fuese traido, esperando "pacientemente" es su sofá con un periódico entre manos

Por otro lado el que sería su acompañante revisaba su maleta una y otra vez, no es que llevase muchas cosas, solo sería un día y dos noches, no obstante debido a la gran fatiga que presentaba por tanto trabajo sin parar seguro estaría lo suficiente distraído como para olvidarse de su ropa interior o calcetines, más le valía asegurarse que no fuese así, no se imaginaba tener que pasar alguna clase de vergüenza con su jefe por ese hecho, más valía prevenir que lamentar

Miro su traje de vestir con detención, el cual utilizaba en pocas ocasiones , asegurándose que estuviera en la mejores condiciones de llegar sin una arruga, después de todo planchar no era su actividad favorita y si podía ahorrarse el tener que hacerlo una segunda vez mucho mejor. Cuando estuvo más que seguro que no faltaba nada cerró el zipper de aquel gran contenedor de prendas, posandolo a lado de aquella puerta que era la salida de su cuarto.

Suerte que gozó con algo de tiempo extra que pudo utilizar en darse una buena ducha, que si bien fue algo rápida, lo ayudó a estar lo más cercano a sus 5 sentidos, vistiendo una de sus casuales camisas de avión, sus jeans azules y tenis rojos dejando su bata colgada, puesto que no haría uso de ella fuera de esa casa, cambiandola por una chamarra algo ligera de color vino, que rara vez usaba, acompañada de unos guantes oscuros

Soltó un suspiro y tomo la agarradera de su equipaje comenzando a alarlo fuera de aquel lugar. Entro a la sala principal percatándose de la escena que demencia le estaba armando a black hat para que la llevara, hecho en el que al doctor no le interesaba entrometerse, ya lo había intentado y lo único que consiguió fue un claro "no me interesa tu opinión", limitándose a solo observar y escuchar a menos que la situacion ameritara lo contrario

–¡¿ Y porque si llevarás a la cabeza de bolsa y a mi no?!, soy tu agente más letal, yo puedo estar ahí, ¿acaso será que quieres esconder lo nuestro de esos tontos?– reclamo la de cabellera verde en su papel de chica digna agregando en la última pregunta un tono bastante insinuativo que lo único que ocasionó en el cambia-formas fue una gran mueca que denotaba asco y repulsión

–Aclaremos algo mocosa, no hay un "nosotros", y si me llevo al dr. Flug no es por mera coincidencia, no sabes mantener tu irritable presencia en un solo lugar sin hacer una de tus "grandes hazañas", te quedarás con 5.0.5 y cuando regresemos ¡ESPERO QUE HAYAN HECHO SU ESTUPIDO TRABAJO!, ¡¿ENTENDIDO?!, Ahora déjame en paz– dicho esto el demonio levantó nuevamente su periódico a la altura donde tapara su cara, en señal que ignoraria cualquier otra palabra que saliese de la boca de demencia, quién cruzó los brazos y cerró ligeramente los párpados dirigiendo esa mirada "amenazante" a el pobre cientifico quien sabía que iba terminar embarrado en esa discusión

–¡Flug dile algo, yo también quiero ir!– el mencionado solo torció los ojos al ver la manera tan infantil que utilizaba la chica para conseguir lo que quería

–Demencia, seamos sinceros el uno al otro, ¿Sí?, con lo que hiciste en Halloween así como que no tengo muchos argumentos con que defenderte

La chica parecía dispuesta a seguir alegando en contra de todos para ir a como diera lugar, pero fue interrumpida por el oso que salió de la cocina, haciendo señales de que el auto ya estaba afuera, al parecer le informaron por teléfono para seguro evitar toparse con el dueño de dicho vehículo, y con qué razón, si el pobre hombre de la compañía de lavado de autos que fuese, estaba más que amenazado por el mismísimo black hat