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Los sentimientos son cosas tan particulares de los humanos, quienes los experimentan desde sus primeros días de vida. Increíbles en algunos aspectos, y a la vez simples reacciones que su mismo cerebro desata ante alguna cuestión, esto para darle sentido a aquello y buscar la manera más adecuada para que los individuos puedan tomar una decisión frente a la diversidad de escenarios en los que viven día a día, aún si esta es meramente correcta o no.

Más algunas veces, en ciertos casos especiales, los mismos individuos suelen desconocer la gama tan extensa de emociones que su personalidad guarda bajo su manga hasta altas edades. Todo por no rebozar de lleno en las etapas que la misma vida ofrece para su descubrimiento, pero, el día en que se topan cara a cara con ellas, suelen ocurrir dos cosas, las enfrentan sin temor, o colapsan de los nervios intentando buscar una solución en los recuerdos de su manojo de líos llamado conciencia.

Flug desde siempre fue una persona muy cerrada en todos los aspectos, un pequeño chico tímido y apasionado por la ciencia, la tecnología y los aviones. El amaba con todo su ser aquellas cosas que le ocasionaban una indescriptible felicidad, más al igual que otro chiquillo, en algunas ocasiones la falta una familia real era aquello que le hacía desear tener una que no solo fuese de lazos, y que llenara ese algo que aveces sentía le faltaba a su vida. Unas simples palabras de aliento, una típica pregunta por su día, o una caricia que le dijera que todo iría bien. Y no, no era que no tuviera un padre ni una madre, después de todo cargaba con sus apellidos, pero al ser ambos villanos y científicos, el como su hijo parecía estar de sobra en sus vidas de maldad, como si el hubiese sido un terrible capricho de ambos por traer un ser con su sangre a la vida, comparado con un experimento que les dejaria ver su caótico resultado.

En la ingenuidad y buen corazón del castaño, espero años a que todo eso cambiará, y si, cambio, aunque no de la manera que el esperaba. El unico día que su madre hablo tan directamente frente a el, su cuerpo y misma existencia rebozaron en tremenda alegría, una que al parecer ningún villano debería experimentar, pues es lo que era y seria, hijo de villanos, por ende un villano, y su madre se lo dejo muy en claro cuando de su boca salió aquellas dolorosas palabras tan claras como el agua en una tarde de verano. "Arregla tus maletas, mañana mismo tomas tus cosas y te largas al bachillerato, ya estás en edad de hacer algo útil con tu innotable existencia". Solo asi entendió que esos sentimiento tan preciados que había leído en múltiples libros o revistas, llamados amor y felicidad, jamás formaría parte de su vida. Cerrando paso definitivo a todos aquellos que quisieran hacerle creer lo contrario, alguien tan insignificante como el no tenía por qué conocer algo que no le serviría en su camino, y que al parecer tampoco merecía.

Pero algo interesante de la vida como tal, es que por cuestiones extrañas o meras coincidencias, pareciera siempre llevarle la contraria a todo individuo en el punto más bajo, irónicamente de sus "vidas". Algo que Flug Slys vivió de primera instancia el día que por casualidad decidió "tomar prestado" un avión comercial, poniéndolo en marcha con una de sus tantas licencias de piloto revocadas en mano.

Al inicio no estaba en sus malvados planes estrellarlo sobre alguna superficie, quizás dar una vuelta para pensar en todos sus problemas y despejarse de lo estresante que era su vida, algo demasiado normal para el, ya que no era la primera vez que lo hacia. Pero un simple descuido en los controles de un transporte tan complejo como ese, puede hacer la diferencia en jugarse la misma vida entre la muerte. Sus ojos precenciaron la viva imagen de la muerte aproximándose, al ver cómo el metálico transporte descendía con rapidez en algún punto del lugar donde momentos atrás sobrevolaba tranquilamente. Algo gracioso, porque a pesar del miedo ni siquiera le importaba intentar luchar en pararlo, o correr a la parte trasera en busca que un paracaídas, pues ¿Para que?, total, si lo pensaba mejor su simple existencia no era algo que le importaba a nadie más que a la policía, y no en el sentido de la palabra "preocupacion", si no, más bien, en el sentido de peligro contra la sociedad, hasta les haría un favor.

Un Heredero Para El Demonio (paperhat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora