Un Heredero Para El Demonio (paperhat)

18

El tiempo aveces es algo relativo, independiente de cada individuo, como puede correr desmedidamente rápido en la perspeccion de uno, a como puede ir asquerosamente lento para otro. Podría decirse que muy dependiente del entorno en el que corra hacia delante, pues es impredecible, u aveces apegado al sitio donde se da. Pero en el caso de la mansión black Hat, sitio donde las cosas más extrañas se pueden suscitar, este era algo que con la situacion actual que se vivía se estaba saliendo de las manos del ensombrerado y el doctor.

Con cuatro meses y algo mas de embarazo, un castaño paseaba por toda la mansión medianamente tranquilo, cargando consigo un cesto de ropa lleno de algunas camisas sucias que se distinguían a las típicas azules estampadas de aviones, a causa de que por obvias razones ya no entraban en su ahora no tan delgado cuerpo, que distinguía por una barriga exagerandamente redondita habitada por un saludable bebe, quién a pesar de tener un tamaño algo pequeño a como esperaba por su barriga, si era más grande en comparación a un feto de 18 semanas, y con su vientre que se comparaba con uno de casi 6 meses ni que hablar.

Todo esto había vuelto más difícil la tarea de ocultar hasta su máximo el embarazo al público, ya que aún con suéteres holgados y batas más flojas, era imposible esconder la digna herencia del villano creciendo dentro del científico, que gracias a su antigua esbelta figura lo hacía notar con mayor facilidad. Aunque hasta ahora gracias a algunos trucos de la cámara, o puntos ciegos en los comerciales, habían logrado mantener el perfil bajo con la mayoría de los compradores. Era verdad que se comenzaban a correr algunos chismes de que algo andaba raro con el científico de la organización, sin embargo no pasaban de ahí, simples rumores sin fundamentos. O bueno si los habia, pero la clave estaba en que aún no se dieran a conocer tan libremente. Claro que llegaría el momento en que toda la comunidad lo supiera, pero aún no lo era, mucho menos cuando las malas bocas decían que los hijos de los villanos desaparecidos también estaban siendo quitados del mapa, al igual que otros asunto que tenía en silencio el demonio. Siendo asi no estaba de más tener precauciones extras, para nada, y con la cuestionable salud del castaño era hasta un alivio para el que más trabajo cargaba en esos momentos, aquel de sonrisa filosa y mirada asesina quién desde hacía semanas atrás no se permitía ni bajar un poco la guardia, mucho menos cuando Flug era un blanco fácil, y de paso más débil de lo usual.

Solo tres semanas semanas después de su pequeña disputa, ambos habían acordado que en siguiente chequeo del pequeño híbrido, tanto el demonio como el humano estarían presentes, hecho que tenía encantado al de lentes, y en secreto el mismo Black Hat estaba satisfecho. Por consiguiente, cuando llegó la hora de tal acto en el cual se enteraron que tendrían un varón hasta el momento totalmente saludable, ni Flug pudo evitar llorar de alegría influenciado por las hormonas, ni Black Hat sonreír ligeramente del orgullo mientras sostenía inconsiste la mano de su científico frente al monitor. Escena que con toda razón había sorprendido al doctor de cabellos azabaches, quien a pesar de todo no dudo en compartir su alegría durante un momento a pesar de su profesionalismo, dedicándoles una cálida sonrisa al par de padres primerizos. La cual raramente fue borrada a penas y leyó los resultados de la prueba de sangre que le había practicado al actual embarazado. Un gesto que no se le pasó por alto al de sombrero, suponiendo que despues de todo algo no andaba bien. Ambos seres al verse a los ojos entendieron que necesitaban hablar en ausencia del castaño en cinta, tratando de evitarle un disgusto u mal momento que lo hiciera preocuparse en vano.

- semanas atras-

-Flug, necesito que vayas por 5.0.5 en este momento- mencionó en un tono que mostraba a primera impresión sonar bastante neutral e indiferente, al menos para alguien que no conocía tan íntimamente al mismísimo demonio. Pero el científico al escucharlo, en su expresión corporal dejó ver lo extraño que le parecía tal pedimento. Al cual no se pondría en contra, pero tampoco se quedaría con la duda