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En los alrededores de Hat's Ville, el ardiente sol de aquel día les anunciaba a todos y cada uno de los pateticos ciudadanos que componían ese malévolo lugar la particularidad del medio dia, que incitaba a la gentuza común a salir de sus hogares a la realización de sus actividades mundanas. Más dentro una mansión en forma de sombrero al estar tan acostumbrados a la profunda oscuridad en cada parte de esta no se mostraban ni un poco enterados de aquel hecho, llevando a si a cada quien a ocuparse de sus debidos asuntos.

El oso, o si bien el sirviente de la casa según black hat, realizaba una limpieza bastante profunda por todo los rincones que encontrase a su paso, ya que por órdenes del mayor de la casa esta debía estar totalmente impecable sin ni una pizca de suciedad, pues si no había escuchado del todo mal recibirían visitas, algo que no era para nada usual en ese lugar. Casi siempre si al demonio le surgia algun asunto de negocios, personalmente solía salir a arreglarlos fuera de la mansión, dejando a cargo al pobre doctor del par que siempre por arte de magia o una mala pasada del destino lograba crear algún destrozó. El experimento simplemente dejo hacer mucho enfoque en todo ese tema y junto con su sacudidor siguió limpiando felizmente con empeño un jarrón de color dorado con incrustaciones de alguna piedra preciosa.

Mientras que en otra ubicación de la mansión se escuchaban unos escandalosos acordes en el interior de una habitación en especifico, la chica peliroja estaba "matando" su aburrimiento, tocando su extrafalaria guitarra de color morada . Había sido confinada en su lecho durante casi todo el dia sin opción a salir ni un solo segundo, el de sombrero sentenció de manera muy directa que no la quería merodeando a las visitas, pues si bien su sola precencia resultaba siempre en un acontecimiento catastrófico, dejando al demonio como un patetico anfitrión. Así que la de sombrero de reptil no lo quedó de otra mas que obedecer muy a su forma, aún si todo ese turbio asunto le resultaba bastante extraño al igual que a 5.0.5, por causas más que obvias, y eso que ella era la rara, últimamente todo era más anormal de lo acostumbrado en ese lugar.

Por otro lado un científico bastante confuso, sellaba varios pedidos sentado en su silla, junto con el tarareo de una suave melodía que salía de su boca resonando en los adentros de aquel gran laboratorio con el fin de apasiguar sus inestables nervios.

Esa misma mañana su jefe le había llamado a su oficina, cosa que no le pareció anormal en el momento seguro le pediría avances de todos sus proyectos o alguna cosa por el estilo, ya que en el tema del desayuno el de sombrero se había asegurado que lo tomara puntualmente, compartiendo la misma mesa como ya se estaba volviendo costumbre. Pero a diferencia de todo lo que creía que escucharía, recibió a cambio la insolita noticia que aquel día se haría presente un doctor en la malvada mansión, y la razón era el mismo. Más al escuchar al demonio argumentar que su salud ya era exageradamente deplorable, haciendo énfasis en los constantes vómitos junto con alguna que otra pérdida de equilibro que el castaño manifestaba sumando todavía la alta temperatura que unos pocos días atrás el de colmillos había ayudado a bajarle entre muecas y miradas fruncidas, ya no le parecía tan descabellada la accion que el antes mencionado optó por realizar, después de todo un científico enfermo significaba cero producción.

Sin embargo eso no era lo que tenía nervioso al de tez blanca, más bien se encontraba en el hecho de dejar que alguien más revisara su cuerpo, solía ser muy reservado con ese tema a causa de su timidez, bueno al menos lo había intentado casi toda su vida, el "asunto" con su jefe era un muy punto y aparte, vaya, una excepción un poco forzada al inicio diría el, pero este no era el caso, así que se tenía que limitar a la cooperación con los exámenes que se le fuesen a realizar. Soltó un pesado suspiro mirando con cierta duda a su estómago pasándole el ligero pensamiento de lo que podía estar mal ahí adentro, convenciendose que lo que fuese, dentro de algunas horas lo sabría aliviando un poco su tensión, más nadie le diría que obtendría todo lo contrario a una alentadora calma.

Un Heredero Para El Demonio (paperhat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora