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Una tarde bastante tranquila transcurria por todo hat's Ville, aquel día había comenzado sorprendiendo a todos los inmudos ciudadanos con nada más ni nada menos que una increíble tormenta eléctrica que amenazaba en destruir a quien se atravesase por dónde está pasaba, provocando que todos los despreciables habitantes se quedasen dentro de sus insignificante hogares, al menos insignificantes a comparación de la lujosa mansión en forma de sombrero, en la cual por cierto también reinaba una escalofriante paz a lo largo de los oscuros pasillos, sin embargo esta no derivaba a causa del estrepitoso clima, no, ya que eso nunca había sido impedimento alguno para que los desastres o gritos faltasen por alguna parte de ese lugar, mejor dicho cada integrante de la organización que regia ahí se encontraba haciendo sus tareas diarias.

Como ya era costumbre el oso azul cocinaba la comida diaria que se serviría esa tarde, actividad que a decir verdad le agradaba muchísimo desde el primer instante que tuvo consiencia para realizarla, poniendo aparte excepciones en las que la peliroja agregaba algo explosivo a sus preparaciones ocasionando una tremendo caos por el hogar. Más hacía ya más de una semana que está no ocasionaba uno de los grandes líos que solía armar, pareciéndole raro al experimento e inclusive al mismo doctor quien gracias a esto su trabajo se había vuelto relativamente más tranquilo

Mencionando a la de cabello bicolor, está paseaba por toda la mansion entre escurridizos sonidos los cuales apenas eran divisibles para los oídos más agudos u entrenados. Esta se arrastraba con un tremendo sigilo en toda la superficie contraria al suelo, como si aquella actividad le divertiera o mínimo la entretuviese lo suficiente como para practicarla, bajando y subiendo la mansión repetidas veces, pudiendo compararse con algún reptil, como aparentemente lo era en parte.

En cambio, un castaño sentado frente a su escritorio metalico, ajustaba con suma concentración un rayo paralizador que había sido ordenado esa misma mañana por algun villano desconocido para él, posiblemente nuevo en el campo de la maldad, por consiguiente un novato incrédulo que no sabía las consecuencias de siquiera contratar una sola vez los servicios de aquella tan conocida organización, una vez dentro de las listas nunca salías.

Con unas vueltas más a los tornillos de aquel artículo el de bolsa celebraba para sí mismo acabar con otro de sus trabajos casi sin complicación alguna, el simple hecho de tener un entorno tan pacifico u vacío de destrucciones al azar, grito altísimos y travesuras infantiles mejoraba de considerable forma el rendimiento de su labor, aún con las circunstancias atenuantes del pasajero que cargaba consigo, que después a petición del médico y ordenes de black hat comenzó a ingerir las vitaminas necesarias en su estado y gracias a esto rara vez le ocasionaba de nuevo esas insistentes nauceas matutinas.

Más a recordar aquello el oji negro soltó un suspiro pesado y fuerte debajo de su bolsa, dos semanas era el tiempo transcurrido desde ese hecho que le volteo severamente el mundo de cabeza los primero dias, ansiedad se había convertido en su segundo nombre, más para su suerte el padre de ese diminuto ser parecía apoyarle, aún si era con sus extraños y terrorificos modos, contribuyendo a que todos sus nervios se esfumaran casi por completo.

Enterarse sobre el útero que residía dentro de él ya era una noticia de alta sorpresa, pero en comparación de saber qué dentro de ese órgano había un pequeño feto hijo del villano más temido de todos los tiempos era otro nivel incomparable y apenas digerible.

Sin embargo ese tema ya no le consternaba como antes, si bien ahora estaba más que hecho a la idea de que ese bebé mitad humano-mitad demonio nacería de su cada vez menos esbelto cuerpo. El verdadero punto que le carcomia constantemente a lo largo de esos largos días era aquel que sin previo aviso salió de la boca llena de filosos colmillos en medio de una de tantas pláticas llevadas a cabo en su exuberante oficina. Más esta fue bastante espontánea y rara. Eso sí que lo tenia tenso, ¿Y como no estarlo?, si por decisión del mayor el mismo tendría que darle la grata noticia al otro par que estaba en la total ignorancia de los grandes acontecimientos dentro de la terrorífica organización, vaya su suerte

Un Heredero Para El Demonio (paperhat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora