El primer desafío: la vida real

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Autismo: El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. El trastorno también comprende patrones de conducta restringios y repetitivos. El termino "espectro" se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad.

Fobia Social: Trastorno mental crónico en el que las interacciones sociales causan una ansiedad irracional |Una persona antisocial que padece de patología psiquiátrica, no pudiendo adaptarse a las normas sociales como leyes y derecho individual.

"Día 1 - Lunes
12/03/2018

Vivir en un mundo donde tienes que esconderte y luchar por ser libre, no es para nada fácil.

Un día descubres quién eres, quién quieres ser o qué quieres hacer... y al otro estás sentado en el suelo de tu baño intentando calmar tu respiración y tus lágrimas, sin poder aceptar tu realidad.

Yo aún no lograba aceptar la mía.

Y por supuesto que habían personas que pasaron por situaciones similares a esa y salieron adelante. Realmente admiraba cómo lograron escapar de toda esa oscuridad. Tener que ponerse de pie, intentar verte como si hace unos minutos atrás no hubieses estado derramando mil penas, para continuar con la rutina, no era fácil. Pero uno lo intentaba para, por lo menos, seguir un día más.

Este año podría llegar tener la oportunidad de cambiar mi vida, aunque sea un poco. Un año nuevo escolar, en un turno nuevo, con profesores nuevos, materias nuevas y compañeros nuevos... sobre todo compañeros nuevos. Ah, lo típico cuando la escuela se adaptaba al bullying y terminaban cambiando al indefenso y mediocre niño.

Para muchos eso podría ser emocionante, para otros aterrador, ¿quién sabe? También generaba curiosidad, a otros les daba igual. Pero para alguien como yo... bueno, tal vez no tan igual. Sí le temía algo al hecho de que la mayoría de los aspectos de mi vida a los que ya me había acostumbrado, ahora serían distintos. Algo nuevo a lo que adaptarme. Lo peor: no tendría a mi amiga, Abby, junto a mí, ya que ella era un año mayor.

Simplemente esperaba tener un año estudiantil sin ningún problema, normal. No pedía mucho, ¿O sí? Estaba harto de tener el título del chico gay y raro de la escuela y sufrir las constantes burlas de mis ex-compañeros.

Éste curso prefería pasarlo como simplemente Noah; un chico de preparatoria. Sin ninguna etiqueta de frente, sin nadie que me impidiera ser quien soy.

Ah, detesto hacerme tantas expectativas e ilusiones. Siempre terminan rotas por mi maldita condición el cual se sumaba a mi lista: Autismo, y por consecuencia, fobia social . Me lo diagnosticaron cuando era pequeño, mis síntomas eran muy notables. Hasta hoy en día nada ha cambiado por mas que lo intente.

Y ahora por eso me cambiaron de turno, ya que los directivos sabían el mal trato que recibía, entonces para ellos su mejor opción fue cambiarme a mi. De la división B me pasaron al A, al horario más temprano.

Me parecía injusto que yo sufriera las consecuencias cuando a mí me molestaban, pero en ese caso no tenía derecho a opinar; era eso o nada.

A veces me daban ganas de gritar cuánto odiaba la forma de los mayores de tratar ese tipo de situaciones pero lo único que me calmaba y consolaba era que mi amiga había decidido cambiarse también para no dejarme solo del todo, sabiendo lo que me costaba adaptarme."

Terminó de escribir una de sus tantas quejas hacia la sociedad y cerró su cuaderno, guardando la carta, para ponerlo en su mochila al escuchar el timbre que indicaba el comienzo de clases. Se levantó del banco en donde estaba, bajo un gran árbol que lo ayudaba a pasar el tiempo fuera de clases con su sombra, y comenzó a caminar hacia la entrada principal.

Suspiró y miró hacia sus alrededores buscando a su amiga por todos lados. Todavía no había llegado y eso le preocupaba. Habían quedado en encontrarse antes de entrar al Instituto, pero aún no estaba allí.

No tuvo otra opción que seguir su rumbo, sin poder esperar unos minutos más, porque llegar tarde no era una opción para él. No soportaba la idea de no estar a horario.

Caminó rápidamente hasta el casillero que le habían asignado y guardó lo que no necesitaría para su primera clase del día.

Como esperaba, sus manos ya habían comenzado a sudar al ver tanta gente desconocida a su alrededor. Algunos hablaban animados entre ellos mientras se dirigían a sus respectivas clases, otros lo observaban con algo curiosidad. Era el chico nuevo, era inevitable no tener miradas sobre él, sí, lo sabía, pero eso no evitaría sentir y creer que cien miradas lo juzgaban de la peor manera. Eso lo ponía mucho más nervioso.

"¿Criticarían mi manera de vestir? ¿Mi cabello? ¿Acaso me veía muy tonto?"

Había hablado con su madre sobre esa horrible sensación de sentirse observado, pero no podía dejar de pensar en que algo mal habría en él.

Se acomodó el cabello que caía sobre su frente y se giró mirando al suelo, como siempre hacía. Creía que era una buena manera de evitar sentir tanta presión, por lo que continuó caminando como si el suelo de mármol aburrido y blanco fuese lo más interesante de observar.

Su primera clase era Física y el salón quedaba cerca de donde estaba su casillero, entonces no demoró nada en llegar. Para su suerte, fue el primero en llegar por lo que buscó el último lugar al fondo, contra la pared, y acomodó sus libros esperando la llegada del profesor.

Por el momento el día iba bastante bien.

Según la lista en su cabeza de las cosas más difíciles de actuar como un chico como cualquier otro, la parte más difícil la había superado.

Ah, sí. Ahora debería pasar los siguientes veinte puntos de la lista.

El Chico De Los JuevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora