Día 18 - Jueves (1/2)
29/03/2018
Ese día, Noah había despertado con su enfado aún intacto. Quería ignorar a Teo a toda costa. En ese momento no quería saber absolutamente nada de él.
Caminaba en dirección a su salón de clases pidiendo por favor que Teo no asistiera.
Al parecer sus plegarias habían sido escuchadas porque Teo no se había presentado en la primera clase del día.
Noah seguía preguntándose cómo una persona podía pasar de ser dulce a ser un grosero de un momento a otro.
Quería quitarlo de su mente pero seguía con mucho resentimiento. ¿Y cómo no? El miércoles prácticamente lo obligó a salir con él, pero luego le dijo que irían por un helado y a la librería junto al Instituto y se convenció un poco ya que Noah había deseado ir desde que abrió hace una semana.
Pero Teo terminó llevándolo a su casa cuando los planes eran otros, aunque evidentemente para Teo no. Allí fue cuando las cosas fueron por lados en los que Noah no quería ni estaba preparado.
Teo lo intentó besar y llevar todo a otro nivel pero el castaño se había puesto tan nervioso que lo rechazó. Él no quería eso en ese momento. No se sentía cómodo y por eso se negó pero Teo no lo entendió. Se enojó y le gritó. Las cosas terminaron con Teo diciéndole que ya era hora de que se fuera y Noah aún sin decir ni una palabra le hizo caso.
Primero había sido dulce, amable y atento con él pero ya debía arruinarlo de alguna forma.
No es que Teo no le gustara, simplemente no estaba preparado aún para pasar al siguiente nivel y dar su primer beso. Sí, era el primero y no tenía el suficiente valor, pero eso Teo no lo comprendía.
Se levantó de su lugar cuando el timbre sonó y tomó con él, como siempre, su cuaderno y una lapicera. Se dirigió hacia los jardines para encontrar a su amiga, y luego de recorrer el lugar con la mirada, la vio sentada sola sobre el césped, apoyando su espalda en un gran árbol, con un libro en sus manos y sus auriculares puestos. Caminó hasta ella y se sentó a su lado.
Abby, al verlo, quitó sus auriculares de sus oídos y cerró su libro para mirarlo. Noah apoyó su cabeza en el hombro de su amiga.
- ¿Me dirás ahora qué sucede contigo? -. Habló, cruzando sus brazos. Noah negó y Abby suspiró. - Solo quiero ayudar a mi mejor amigo ¿es eso tan malo? -. Noah corrió su mirada del verde césped para dejarla en ella.- Me preocupas. Ni siquiera hablas conmigo. No quiero presionarte pero ojalá puedas pronto contarme qué pasa en esa cabecita tuya...
Abby no dejaba de pensar en que el culpable del estado de Noah era seguramente ese chico que no le gustaba para nada.
Un nuevo pensamiento ocupó la mente de Noah cuando regresó a clase y volvió a sentarse en su pupitre. ¿Qué tal si volvía a ver al chico rubio, el del siguiente turno? Definitivamente se negaba pero en su interior había algo que lo obligaba a tener la necesidad de escuchar su voz una vez más.
La profesora de Literatura comenzó con la clase pero se vio interrumpida diez minutos después cuando alguien abrió la puerta.
- Estas no son horas de llegar, Dallas -. Noah dirigió sus ojos hacia la entrada y se encontró directamente con esos ojos esmeralda que no podían mirar a otra persona que no fuera él. Teo caminó a pasos lentos, ignorándola, y se sentó junto a Noah, aún sin despegar su vista de él.
La profesora negó con el pensamiento de "no tiene remedio" y continuó la clase sin más.
- Debemos hablar -. Su voz áspera y firme salió en un casi susurro y penetró en sus tímpanos. Un escalofrío le recorrió el cuerpo. Pero lo ignoró, aunque sabía, ya lo conocía bastante como para saber que Teo odiaba que lo ignoraran o que no le hicieran caso, sin embargo no lo hizo. - Mírame, Noah.
Su labio inferior comenzó a doler por mordérselo y sentía los nervios comprimir su estómago. Sin embargo, su mirada seguía en su cuaderno, evitándolo.
La mandíbula de Teo se apretó con fuerza y sus manos se hicieron puños.- ¡Deja de ignorarme! -. Importándole una mierda estar en clase, gritó en dirección a Noah, golpeando fuertemente su mesa con su puño. El pequeño saltó en su silla por el fuerte impacto y su corazón comenzó a latir con brutalidad.
- ¡Teodoro Dallas! ¿¡Qué cree que hace!? A la oficina de la directora, ¡en este instante! -. Solo la voz de la profesora se escuchaba en ese momento. La clase completa había quedado impactada, incluyendo a Noah.
Teo se levantó de su lugar, saliendo de la clase, no sin antes darle una mirada cargada de ira a Noah.
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El Chico De Los Jueves
Genç KurguNoah quiere saber cómo se siente estar enamorado y el chico de los jueves se lo está demostrando. • • ~ Todos los derechos a la autora, yo ~ ~ NO se permiten adaptaciones ~ ~ PROHIBIDA SU COPIA TOTAL O PARCIAL SIN MI CONSENTIMIENTO~