El Chico De Los Jueves

La casualidad más linda

Día 99 - Jueves

21/06/18

Ese jueves, Noah no tuvo que esperar a Angel en el salón de música como usualmente lo hacía, ya que el chico ya se encontraba allí cuando el pequeño entró a ese lugar.

Lo observó por un instante. Su rostro apoyado en su mano derecha, sus rizos cayendo sobre su frente y su usual sonrisa causante de todos sus suspiros.

Sonrió. Guardó su teléfono móvil en su bolsillo y se acercó al rubio.

- Hola, Angel.

- Hola, cariño. ¿Cómo te encuentras? -. Se levantó del asiento del piano para poder saludar de manera correcta a Noah, dejando un suave beso en su mejilla.

Ambos volvieron a sentarse, y Noah se sonrojó aún más cuando Angel pasó su brazo por las cintura del castaño, para acercarlo más a su cuerpo.

- Muy bien, ¿y tú?

- Mejor ahora que te veo.

Soltó una carcajada.- ¿No te cansas de ser-

- ¿Tan lindo, encantador y de gustarte tanto? -. Interrumpió de manera graciosa.

Noah negó con la cabeza soltando una risa y mordió su labio inferior.- Iba a decir "tan cursi" pero lo que tú has dicho cuenta también.

Angel río y dejando un castro beso en el hombro de Noah, se separó un poco para levantar la tapa negra que cubría las teclas del piano.

- Bueno. Voy a mostrarte todo lo que aprendí de la última canción, ¿sí?

- Esta bien -. Asintió.

Angel comenzó a tocar las notas y Noah no podía dejar de observarlo con admiración. Adoración.

Le encantaba de todas formas. La manera de moverse. Sus ojos observando con atención. Sus dedos tocando correctamente cada acorde. La punta de su lengua asomando por sus labios en un gesto de concentración y sus brazos y espalda tensando sus músculos en cada movimiento. Estaba fascinado.

El rizado terminó en la mitad de la canción y se giró, pasando una de sus piernas al otro lado del banco. Miró al pequeño en signo de esperar su aprobación, por lo que comenzó a aplaudir con una gran sonrisa.

- Perfecto. Si sigues así podrás tocarla completa.

- ¿He dicho ya que eres el mejor profesor de todos? Bueno, eres el mejor profesor de todos -. Volvió a pasar sus brazos por su cintura para tenerlo muy cerca.

- Ya lo has dicho, aunque no creo que lo sea, acep-

- ¡Hey! -. Interrumpió. - Claro que lo eres. Para mí lo eres, no existe nadie mejor que tú, Noah -. Su voz se volvió más suave, pacífica y pausada. Acercó un poco más sus rostros y casi podían sentir completamente las respiraciones de otro. Al pequeño le ardieron las mejillas.

- Para mí... para mí tampoco existe nadie mejor que tú -. Su voz salió en un casi susurro por su cercanía.

- Y... ¿sabes qué? -. Su brazo abrazó su cintura con fuerza pero sin ser brusco para que quedasen con sus cuerpos casi completamente unidos y con su mano libre, acarició su mejilla. Noah ahogó un suspiro en su garganta y apoyó sus dos manos sobre los hombros de Angel.- Me gustas tanto que quiero repetirlo tantas veces sea posible.

Sus narices rozaban y sus respiraciones se mezclaban. Estaban a centímetros y Noah juraba escuchar a su corazón a punto de salir de su lugar.

- Y me siento muy orgulloso de ti. Tal vez tú no lo ves, pero fuiste capaz de superar mil miedos internos, y fue todo por mérito tuyo. Y quiero ver esa sonrisa en tu rostro todos los días.

- Yo... no sé qué decir, Angel. Tal vez yo no hubiera sido lo suficiente fuerte para mejorar si no hubieras aparecido en mi vida y...

- No. Todo lo has logrado por ti mismo, y yo estuve a tu lado viéndote alumbrar cada día más como el precioso rayito de sol que eres.

- Eres... la casualidad más linda que me dio la vida -. Con emoción envolvió sus brazos en el cuello de Angel, animándose a darle un cálido abrazo.

- Y tú la mía.