EPILOGO

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***

- Annie, baja a ayudarme. Recuerda que nos mudamos porque este es tu último año de escuela y la universidad que te gusta está aquí. Ven a desempacar, no sé qué haces en el ático si no lo hemos arreglado y está lleno de cajas.

- Mamá ven. -Grité desde el ático, ella subió bastante rápido a decir verdad- mira este libro – dije mostrándole una especie de libro-diario que acababa de leer- que clase de libro es? Nunca lo había visto.

- Ay hija, es un libro realmente muy viejo, hace rato no lo veía. Ha estado en la familia durante mucho tiempo. Creo que este año sería el número 100. No sé cómo se ha conservado tan bien! Mi abuela decía que nunca había que abrirlo porque se podía repetir la historia, pero yo sabía que el libro ya lo habían abierto todos aquellos por los que pasó. Te cuento un secreto?

- Cual secreto?

- Cuando era más joven yo había decidido llamarlo el contrato, creo que ya sabes el porqué.

- Creo que ese nombre le queda bastante bien. Deberíamos enviarlo a alguna editorial y que lo publiquen bajo el seudónimo de anónimo, ya que no sabemos quién lo escribió. –apenas dije eso las luces empezaron a parpadear y todo quedó oscuro- mamá, que fue todo eso?

- Eso ocurre cuando hablamos sobre publicarlo, al parecer el libro no quiere que eso suceda. Más bien déjalo ahí y bajemos por unas linternas para arreglar donde dormir, creo que mudarnos casi de noche no fue una buena idea.

Dejé el libro sobre lo que al parecer era una mesa polvorienta y atravesé el ático en busca de la salida;  cuando al parecer la había encontrado tropecé con una caja y caí por las escaleras, solo pude escuchar el grito sordo de mamá mientras todas las luces se encendían pero mi vista se tornaba oscura y borrosa.

- Oh Dios Annie, no me hagas esto. Vamos despierta cariño.

Annie había caído por las escaleras y había quedado inconsciente, su madre en la desesperación por no saber qué hacer la tomó y la llevó hasta el carro en el asiento trasero donde la recostó; para acción consecutiva: manejar a toda prisa al hospital más cercano. Pero no contó con que otro vehículo conducido por un hombre en estado de embriagues apareciera de la nada y chocaran con ellas.

Más tarde alguien llamó a una ambulancia y llevaron a todos al hospital. Donde la madre y el señor borracho llegaron sin signos vitales, mientras que Annie cayó en un estado de coma.

Al parecer se repetiría la historia; pero no hay que contar más. Todos sabemos cuál es el posible final.

Fin.

EL CONTRATO DE EMILY (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora