Capítulo 16. Interrupción

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Dato freak de la autora: "Ezio y Altair comenzaron a salir en noviembre y ahora es principios de marzo (no hablando literal, aunque suene literal(?), solo un pequeño hecho divertido que decidí compartir."

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El sudor corría bajo su casco de fútbol americano, ocultando su cara del resplandor de las brillantes luces del estadio, mientras levantaba la cabeza y se paseaba por el campo en completo orgullo. Ezio se sintió como un dios. Había corrido por todo el campo de una sola vez, y se las había arreglado para dejar de ser abordado por casi todo el equipo antes de llegar a la meta. Sus oídos se llenaron con el sonido del silbato cuando marcó el touchdown final y ganó el juego.

Era como un juego que puedes ver en películas, donde el equipo está empatado y uno de ellos tiene que ganar por el bien de su escuela.

Podía escuchar el fuerte chirrido de chicas tanto de su escuela secundaria como las del equipo contrario mientras se quitaba el casco y revelaba una brillante sonrisa reluciente, antes de ser golpeado contra el suelo. Luego de unos segundos, comenzó a reír mientras su equipo lo abrazaba, olvidándose de todos los límites mientras gritaban juntos. Incluso su entrenador estaba llorando de felicidad en una esquina.

El boom de los parlantes se podía oír apenas golpeando el aire. "¡Y los Wild Tigers ganan! ¡Veinte a catorce!"

Ezio sintió que la masa lo abandonaba mientras orgullosamente salían corriendo del campo hacia el vestuario, gritando vivas.

El castaño sacudió suavemente su cabeza y pasó sus dedos por sus mechones marrones, usando su brazo como una excusa para ocultar una pequeña expresión desalentadora.

Él... no vino. No... no puedo verlo.

Justamente como estaba acostumbrado, armó la gran sonrisa de plástico en su cara y corrió a los vestuarios, saludando a la multitud.

Fue justo en ese momento que, cierto adolescente encapuchado, se inclinaba sobre la barandilla, teniendo que empujar y empujar a la gente, para llegar a donde quería, y luego darse cuenta de que el italiano ya se dirigía a los casilleros, con esa sonrisa estúpida en su rostro. Aunque le hizo preguntarse si era real o no. Apartando el pensamiento, envolvió sus manos alrededor de su boca y se inclinó un poco más, presionando su rodilla flexionada contra los barrotes para evitar caer mientras gritaba, -¡Ezio! - Pronto extendió su mano para tirar de su capucha ligeramente hacia atrás y saludó. -Hola.

Esta fue una sorpresa para atleta, obviamente. Al ver que los que lo rodeaban miraban fijamente, principalmente las chicas que estaban mirando y murmurando preguntas, o algo así, y la mayoría de todos ellos mencionando, como un marginado no debería estar presente en un partido de fútbol, o incluso siquiera conocer al "príncipe".

Pero eso no impidió que Altaïr sonriera de manera tímida, esperando a que esto complaciera al otro hombre.

El sonido familiar de su nombre hizo eco entre la multitud. Sin embargo, justo cuando llegó a la entrada, se detuvo y miró con curiosidad. Fue entonces cuando vio la capucha de su novio, el que lo saludaba sin remordimiento.

¡Él vino...!

La verdadera sonrisa de Ezio se extendió por su rostro, tirando de los extremos de sus comisuras. Él le devolvió el saludo, luciendo aún más feliz que antes.

Las chicas, lo interpretaron como una señal. Comenzaron a gritar y saltar frenéticas, sin ser consientes de aquello que los que le parecía un saludo del "príncipe", en realidad, era un saludo para otra persona.

El Mendigo y el Príncipe (Ezio x Altaïr) [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora