»Es tan horrible ver como todo a tu alrededor se va cayendo a pedazos, y no puedes hacer nada. Que te levantas del frío y áspero suelo, limpiándote las heridas de las rodillas, intentando ir detrás de ese pequeño rayo de luz, y corres, y corres más rápido, y sientes que el aire se te va de los pulmones, y justo cuando estás por alcanzar esa luz, se va. Y no hay nada una vez más. Se fue para siempre.
Entonces vuelves a caer, cada vez más desgastado, con las manos, los codos, y las rodillas ensangrentadas; con el corazón en una mano y con la esperanza en la otra. No tienes un rumbo fijo. Entonces te das cuenta de que eres una basura, como todos dicen. Y sí. Yo soy una basura...«
—¡Mamá!, ¡Por favor!... No te vayas, mami... No te vayas... ¡Mami! —Jaemin se aferraba a su madre abrazándola, llorando tan desgarradoramente que se le rompía el corazón.
—No voy a quedarme al lado de un asesino, porque eso es lo que eres. Eres un asesino, Jaemin. Eres una bazofia —Dijo la mujer intentando apartarlo de ella.
—¡MAMÁ!, ¡No te vayas!, Prometo ser un buen hijo, prometo cuidar a mi hermanito, prometo hacer todo lo que quieras, no me dejes mamá... ¡Por favor! —Suplicaba jalando de su ropa. Intentando que su madre accediera.
—No me quedaré. Tú, maldito niño, no eres nada mío, no soy tu madre. No soy madre de un asesino.
Una bofetada hizo que el cuerpecito de Jaemin cayera hacia atrás, mientras ella, caminaba directo a la puerta.
El padre de Jaemin corrió hasta alcanzar a su esposa, pero ésta solo lo miró con asco.
La mujer salió con una gran maleta, se llevó la felicidad de los Na, al igual que sus pertenencias y una foto familiar que habían tomado hace un par de meses.
JaeNo. Mejor conocido como Jeno, se había inscrito a un curso de matemáticas, ya que estaba atascado en un tema, no comprendía nada de nada. En aquel lugar conoció al chico de sus sueños. Un chico más guapo que su ex novio, uno de su misma edad, de cabello mejor cuidado y una aura terriblemente radiante y fingida.
Jeno nunca olvidará ni cómo le conoció ni cuando le beso. Mucho menos cuando empezaron a salir, hasta que él mismo se atrevió a pedirle algo.
"¿Quieres ser mi novio?" Esa frase estaba escrita en un papel atado en una canasta de fresas frescas. Jaemin lloró. Lloró porque era la primera vez que le preguntaban algo así, al igual que el detalle de haberlo hecho con su fruta favorita lo había puesto muy, muy emocionado. Éste aceptó.
Jeno se sintió tan feliz de saber que ahora estaba junto a Jaemin, que ahora aquel chico de cabello castaño claro le correspondía.
Después de eso parecía que su relación estaba yendo de maravilla. Hasta que Jaemin decidió hablar de Huang Renjun. Cada que hablaba de él era como si sus ojos cobrarán vida. La sonrisa en su rostro reflejaba algo que nunca antes había visto. Ni a él le dedicaba tan bonitas sonrisas. Entonces sintió unas ganas enormes de conocer a ese chico que parecía ser el mundo entero de Jaemin.
Cuando llegó el día en que Jaemin los presentó, fue un tanto doloroso.
—Él es Renjun, mi mejor amigo.
El chico parecía una figurita de porcelana, era un poco más bajito que Jaemin y él, su cuerpo era delgado y muy bonito, casi como el de una niña. Sus pestañas eran largas y su sonrisa tenía un toque especial gracias a un dientecito chueco que en ella estaba. Era como un ángel, puro y que te hacia feliz de solo verle.
—Renjun, él es de quién te platiqué, Jeno.
¿Sólo eso? "¿Él es de quién te platiqué?" ¿Qué no era su novio?, Bah, en fin, puede que ya lo supiera.
Estar con ambos fue lo más incómodo del mundo. Ambos hacían chistes que sólo ellos entendían. Se miraban tan raro, encajaban tan jodidamente bien, que miedo.
Ese día supo que Jaemin sentía algo por Renjun. Y que él era... ¿Qué diablos era?
Después entendió algo raro, extraño. Como novios, es normal tener encuentros íntimos, ¿No? Después de que las primeras veces solo eran toqueteos para nada inocentes, pasaron a algo más. Y al parecer a Jaemin le gustaba estar así con Jeno, le gustaba mucho estar en su cama, amanecer con él, besarlo, tocarlo, quitarle la ropa, pasar su lengua por su pecho y ser uno con él. ¿Entonces únicamente era su juguete sexual?
No.
Jaemin un día se desplomó en sus brazos. Le contó muchas cosas y a la vez nada. Se dejó ver de la manera más brutal que podía. Jaemin estaba hecho un desastre. Jeno comprendió que entonces le quería muchísimo y confiaba en él. Pero no le amaba de la misma forma en que amaba a Renjun.
Pero estaba feliz, al menos sabía muchas más cosas de Jaemin, sabía cosas que nadie más sabía. Se sentía especial.
En cuanto su ex novio supo de su relación con él, recibió una serie de sermones increíble. "Él es una persona terrible, no sabes lo que haces, es un asco". Mark era un imbécil, decidió ignorarlo.
Además de que estaba dispuesto a ser esa persona que Jaemin amara con toda su alma.
Cuando se enteró de que Renjun tenía novio saltó de emoción. Era cruel, pero al menos así Jaemin dejaría a un lado a aquel chico. Y tenía razón. Ahora las tardes eran únicamente dedicadas para él, las miradas eternas eran para él, las noches de pijamada eran para él. Se sentía estupendo ser el primero.
¿Entonces qué?
Sabía que Jaemin extrañaba a su mejor amigo, pero era egoísta. Quería durar así por siempre.
Sin embargo no esperó nada de ello.
Haber ido aquel día a comprar unos zapatos junto con su hermana había sido una mala idea. Al cruzar la calle había una heladería, y en ella dos chicos que conocía muy bien, uno de ellos era su novio, y otro era el mejor amigo de su novio.
Todo parecía normal entre ambos, aunque el corazón de Jeno latía con fuerza, tenía miedo, mucho miedo. Y entonces lo peor paso. Vió como Renjun besaba a su novio, primero en la mejilla, y después... En los labios.
Su corazón se destrozó en millones de micro pedacitos.
Pero supo aparentar que no había visto nada, y así su hermana no preguntaría.
Al llegar a casa lloró amargamente, sin ganas de nada, odiando a Renjun, odiándose a sí mismo. Decidió hacer una llamada.
—¿Bueno? —Sonó aquella voz del otro lado del teléfono.
—Tú... Tenías razón... Jaemin se estaba besando con ese imbécil...
—Te lo dije, no es de extrañarse viniendo de alguien como él, pero no le digas imbécil a mi novio. Por favor.
—¿Qué?...
—Gracias por cooperar, bebé.
¡No!
¡No!
¡No!
¿Qué había hecho? ¿Porque Mark había dicho eso?...

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Feels
FanfictionNa Jaemin era un chico que ante los ojos de todos parecía tenerlo todo de manera tan proporcional que daba envidia. Muchos querían tener y saber el porqué de aquella amplia sonrisa que tenía casi todo el tiempo. Pero nada es lo que parece. No pued...