El café me mata, es como... aquella dosis letal que consume una persona presa de sus crímenes, una bebida deliciosa que simplemente consumo para durar menos dias.
La crema se atora entre mis venas; es un dulce postre que dejo en mi lengua para simplemente pensar menos.
Lo frío me enloquece, me hace escribir mas y olvidar que mis piernas tiemblan.
La lluvia me encanta, porque saliendo ella se que todo estará bien.
Por eso, adoro ir cada día al mismo lugar, ordenando un frappé que tenga mas crema batida que el propio envase, y guardo el ticket en un bolsillo del pantalón, puede que luego encuentre un libro interesante y quiera apuntar su nombre para leerlo... o puede que la señora sentada a mi lado no tenga papel donde apuntar el número de su nieta que hace unos años se fué a Canadá.
La dosis hace el veneno; decía mi padre, un hombre sabio que me enseñó: si quieres morir, hazlo con estilo.
Si te tomas las píldoras, no seas un fracasado que se tomó 10 de un golpe, sé el ingenioso que buscó la manera de meterse todo el bote por la garganta. Así pues, como el buen enfermo mental que soy, decidí aplicarlo si algún día me quiero volver asesino serial.
El señor Dahmer tenía sus asuntos, yo los míos, si hubiera estado en su tiempo, seguro nos habríamos encontrado en el mísmo bar gay, el me hubiera ofrecido un trago para ir a su casa, y yo un espresso delicioso ubicado en la calle de enfrente, pero no fué así, dos locos no pueden estar juntos, por algo el enfermo aquí soy yo, espero que mi adorado Jose no quiera terminar por accidente muerto con una pesa en el cráneo...
ESTÁS LEYENDO
Cosmos: El chico de las estrellas
Random《Nacido de azul pastel, aqua, café, bombones y muchos plumones.》
