Dentro de una preciosa y elegante casa, Diana dormía en el piso amarrada en un saco de papas frente a la TV. El lugar era pulcramente blanco, cubierto con los mas finos detalles barrocos en esquinas y bordes de puertas, remarcando cada uno de los enormes pasillos y alfombra roja que cubría el piso.
Un orgasmo arquitectónico cubierto por delicioso humo de tabaco que por supuesto, no era de nadie mas sino mio.
Fuera del lugar, entre mi jardín favorito lleno de margaritas, un divino carrusel daba vueltas y vueltas acompañado de suave música agradable a cualquier oído. Algunos chicos del vecindario se paraban fuera de mi reja a observarlo... muchos querían subir en el, pero pocos obtenían mi invitación, una pequeña carta acompañada de un boletillo dorado."WELCOME TO THE PARADISE, BAE"
Y reían... bailaban, jugaban, se subían en el juego, para después decirme:
Gracias señor.
Sus risas me provocaban asco, su felicidad me hacía querer suicidarme, pero aquel "señor"... oh mierda, valía maldito oro, el poder puro de hacerme saber que era señor y amo de todo el lugar que ellos atesoraban
Dentro de mi recinto... 17 espacios existían, de los cuales sólo unos pocos ocupaba:
Mi recámara
La sala
La cocina
El comedor
El bar
El recibidor
Mi estudio
La biblioteca
Y... "Sin nombre"El último era mi lugar favorito, zona de logros y hazañas que ni los niños, ni las vecinas mal cogidas, ni nadie mas sabía; perfecto para cualquier persona ser el sirviente y sólo yo el amo.
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A veces (casi siempre) es bueno castigar a quien te causa un dolor en el pecho; ella era quien me había arrebatado a José, era la puta que muchas veces se acostó en su cama... poniendo condones y quitando camisas, así que era hora de tomar algo.
Mi paseo inició désde una mañana ántes, Diana no sabía de mi existir, ni tan siquiera porque yo era el novio del autor de sus orgasmos. Por el otro lado, yo sabía todo de su vida, Su signo era tauro, nació un 18 de mayo de 1997, hija de padres divorciados désde hace 7 años, tipo de sangre ORH+, mesera por las mañanas, había tenido 14 hombres en su vida y 5 mujeres, conocía eso y mas, entonces fué cuando me dirigí a su lugar de trabajo; me decoloré el cabello dejándolo casi blanco pocos dias ántes... porque ya casi era hora de ser pelirrojo. Me puse la chaqueta negra de cuero que José había dejado en mi casa la última vez que tuvimos sexo y con guantes en ámbas manos entré al aburrido café.-Dame un Moka- Levanté la voz a una pelinegra que masticaba como si no hubiese un mañana una absurda goma rosa.
-Algo mas "Jefe"- Contestó malumorada mientras ponía los ojos en blanco.
-¿Cuanto por tu culo?-Dije mirandole de cabeza a pies mientras me mandaba a la mierda con dicho gesto que está por demás decir ya que es obvio.
Luego de aquella escena, mi interesada salió a la acción con la bebida que había pedido.
-Algo más, ¿señor?- Una sonrisa se formó en su rostro mientras ponía tras su oreja algunos de sus largos cabellos negros.
-Eres guapa, sal conmigo- Era el momento de dar todo o nada, sabía que era jodidamente zorra así que sólo saqué de mi bolsillo unos cuantos dólares y los puse entre el liguero que tal parecía, era parte de su uniforme.
-Pasa a la media noche, justo en la gasolinera de enfrente, cariño, ni un minuto mas, ni un minuto menos. -
Giré la mirada hacia la taza y le dí un sorbo, Diana se marchó de mi mesa y con poco mas por decir, dejé el pago por el servicio, retirándome con orgullo por saber que todo saldría bien.Llegó la hora de iniciar enserio, llegué en mi Audi tranquilamente abriendo puerta a la mujer, llevaba puestos unos pantalones ajustados acompañados con una camisa azul tan abierta que dejaba casi al descubierto su sostén. Entró y sin decir una sola palabra conduje hasta llegar a casa, por su parte, ella se limitó a mandar mensajes en todo el trayecto.
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Cosmos: El chico de las estrellas
Acak《Nacido de azul pastel, aqua, café, bombones y muchos plumones.》