Capítulo 4: Minifaldas y escotes

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Capitulo 4:

Justin.

Ella freno el coche y luego de unos segundos bajo.

Llevaba un vestido corto color negro que resaltaba sus largas, esbeltas y bronceadas piernas. A continuación, un escote que estaba para morirse, algo que no se puede describir. Su cabello estaba recogido, dejando al descubierto sus sensuales hombros.

Parecía molesta, se quedo al lado de la puerta del pasajero y de repente levanto la vista.

Me miro.

Pero gracias a las ventanillas no pudo ver quién yo era.

Una rubia bajita también vestida con tacos y un vestido corto bajo del coche.

Intercambiaron de lugares y luego el coche se puso en marcha.

Encendí el coche y las seguí de lejos.

La música a todo volumen y mis lentes oscuros escondiendo mis ojos.

Luego de casi quince minutos llegamos a la Universidad Stanford.

No pude desprender mis ojos de todas las chicas con sus faldas demasiado cortas, aunque todas parecían unas simples creídas.

Nada más que buenos polvos.

Entre al campus justo detrás de otro coche y me estacione unos aparcamientos lejos del Mustang, pero en un lugar donde mi vista lo alcanzara.

Debía investigar acerca de mi próxima víctima.

Ella bajo del coche.

Había soltado su cabello y le quedaba increíble. Su cabello ondulado y morocho hacia resaltar su cara angelical.

Por un momento, su cuerpo se mantuvo inmóvil mientras movía su cabeza de un lado al otro, divagando su vista de un coche al otro.

 Luego, ella miro directamente a mi coche. Acto seguido, frunció el ceño.

Maldije en voz baja, rogando a que no pensara que las había estado siguiendo.

Ella intercambio unas palabras con la rubia, la cual luego dirigió su mirada hacia mi coche también. No hizo nada más que negar con la cabeza y comenzar a caminar.

En cuanto se percato de que ella era la única en camino, la rubia le cincho del brazo a Katerina, intentando atraer su atención. Ella seguía mirando.

Luego de unos segundos de yo contener la respiración, ella se volteó y comenzó a caminar hacia el campus.

Suspire y me relaje en mi lugar, agradeciendo que su amiga se la llevara.

De repente, un coche  comenzó a tocar la bocina. Me di cuenta que estaba detrás de mí. Le había ocupado su lugar y lo quería de vuelta.

El ruido llamo la atención de las chicas, y otra vez, maldije. Esta vez en voz alta.

Encendí el coche y salí del aparcamiento.

-¡Salte de mi lugar, imbécil!- Grito el chico en el auto deportivo rojo. Parecía un futbolista.  Un tarado futbolista.

En cuanto esas palabras salieron de su boca volví a aparcar en donde estaba y me baje del coche.

De reojo, mire para la dirección donde por última vez había visto a la rubia y a Katerina. Esta caminaba hacia mí.

-Cual es tu problema amigo, ¿Eres sordo o algo?- Pregunto el rubio, que ahora se había bajado de su deportivo -¡Dije que movieras tu jodido coche!

She's a ProblemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora