Capítulo 30: La cague, Kat

201 9 0
                                    

Bajando el ascensor, me asegure de que nadie estuviera a la vista en aquella sala de estar, y luego salí del edificio.

Para mi suerte era tarde, por lo que nadie deambulaba a estas horas por el campus.

Apenas baje los tantos escalones, aquel coche negro se distinguió de la demás oscuridad, y Justin apareció apoyado contra el capó del coche.

Justin sostenía un cigarrillo entre sus dedos, mientras le daba largas caladas pero de forma tranquila.

Su mirada estaba perdida, su perfil perfecto y delineado por la luna llena justo al costado de él.

Aproveche que el estuviera sumergido en sus pensamientos y lo recorrí con ojos curiosos.

Llevaba una remera negra en V, una chaqueta de este mismo color y sus Jeans de la misma manera.

El se encontraba en una pose relajada, pero al ver su mandíbula, note que algo tenso estaba.

En cuanto estuve a unos metros de él, se percato de mi presencia y se volteo.

Sus ojos se encontraron con los míos y yo sonreí débilmente al igual que el.

No dijo ninguna palabra, solo se dirigió al coche y me abrió la puerta, cuando yo entre el se dirigió a su lugar.

Lo vi dar toda la vuelta por el frente del coche, y me pregunte que andaba mal.

Le dio una última calada a su cigarrillo y lo lanzo al piso con un movimiento ágil de su dedo índice.

El abrió la puerta del coche y se sentó a mi lado, no me miro en ningún momento.

Debido a la obscuridad, y la única luz de la luna, no podía verle con claridad.

Justin jadeo la cabeza y me dirigió una mirada de soslayo, alzo su comisura derecha traviesamente pero de forma falsa.

Fruncí el ceño  aunque él no me pudiera ver en la obscuridad y le sonreí en respuesta.

-¿A dónde vamos?- Pregunte cuando ya estábamos fuera del campus y el silencio era totalmente incomodo. Me molestaba como la mierda que Justin siguiera con es numerito estúpido.

-Te llevare a un lugar- Fue lo único que dijo. Lo mire y me puso incomoda el hecho de que su humor había cambiado drásticamente.

Su mano izquierda estaba apoyada, más bien agarrando con mucha fuerza, en el volante. Lo apretaba con tanta fuerza que gracias a su chaqueta remangada logre ver sus venas palpitar. Su otra mano estaba sobre la manija de cambios.

Dirigí mi mirada al frente y lo mire de reojo, sin poder no preguntarme qué diablos sucedía.

Intente reconocer por donde íbamos, pero por culpa de la obscuridad se me fue imposible.

Volví a mirar a Justin, el apretó su mandíbula, no despego su vista de las calles aun cuando note que sentía mi mirada sobre él.

-¿Sucede algo?- Dude, el estaba demasiado tenso y notaba como su mente iba de un lado al otro como para que no pasara nada.

Justin apretó con más fuerza el agarre en el volante y su mandíbula se tenso aun más. Yo fruncí el ceño otra vez y comencé a preocuparme, esto no debía ser bueno.

Justin me miro, y aunque fue por un segundo, note la preocupación y miedo teñidos en sus ojos.

De alguna forma, sentí una punzada en mi pecho, lo que significaba una cosa..., y era un mal presentimiento.

Justin aparco el coche en la costa de Brooklyn, justo bajo el puente, donde no circulaba ni un solo auto.

Frente  nosotros, el Hudson River brillaba al compas de la luna. Parecía que habían derramado diamantes sobre una capa azul obscura.

Volví mi vista a Justin, todo aun bullendo en mi cabeza y yo no podía aclarar mis pensamientos y dudas por el silencio de este chico.

-Kat, yo…- Su voz se apago, Justin negó con la cabeza hacia sí mismo y apoyo su codo en la ventana abierta como rendición.

Lo mire expectante, pidiendo que continuara.

-¿Tu qué?- Insistí, su falta de palabras me molestaba.

El aire se sentía espeso, mucho. Sentía que podía apuñalar el ambiente con una navaja, y ahora mismo quería hacerlo.

-La cague, Kat, la cague hasta el fondo- Susurro, su voz casi inaudible y su dedo índice y gordo apretado el puente de su nariz, el apretaba sus ojos.

Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza, tanto que lograba sentir el latido en mis oídos y tenía miedo de que Justin también los oyera.

-¿A… a que te refieres?- No podía no tartamudear.

El retiro su mano y abrió sus ojos lentamente, luego hecho su cabeza a un costado y me miro.

Me miro con culpa y decepción, pero era claro que sentía aquello hacia sí mismo, porque él no me miraba como queriendo matarme a mi… sino que a sí mismo.

Me dolía la frente de tanto arrugar mi rostro, mi expresión dolía de verdad, pero ahora no importaba.

-Joder Justin, dime qué pasa, no soporto esto, lárgalo de una put—

-Es Jonathan- Me interrumpió.

Me mantuve quieta y mi boca se cerró, mis ojos lo examinaron buscando algún indició de que aquello se tratara de una broma.

Meter a un gran mafioso en las conversaciones nunca resultaba bien, y menos decirlo con tanta preocupación.

-Al parecer Jasón era más que un perro faldero,  y de alguna forma, sabe sobre nosotros, lo que hicimos y lo que hacemos- Dijo con firmeza, intentado hacerme entender  las palabras que no quería digerir, pero su tono se mantenía suave y el estaba atento por si yo me desplomaba en el suelo. Mientras que, la sangre pasaba como cemento entre mis venas, sus ojos avellanas me miraron atentos, luego el añadió –Jonathan busca venganza- Dice –Kat…, me buscan a mí.

Mi boca se abre buscando aire que inhalar, pero mi garganta apretaba y el nudo, no dejan que eso sea posible.

El aire me falta y solo pienso en una cosa, una cosa que no quiero que nuca pase… Lo que tenía miedo de que Oscar le hiciera  a Justin, ahora se lo haría su enemigo.

She's a ProblemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora