Capítulo 7: No te metas conmigo, Bieber

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Capitulo 7:

Katerina: 

Justin me miraba con el ceño fruncido, ¿a caso no comprendía lo que decía?

Apreté el agarre en el arma mientras continuaba apuntándole.

-¡Que bajes el dinero maldita sea!- Le insistí, baje de la camioneta junto Mónica, quien fulminaba con la mirada al otro morocho que sostenía las otras dos bolsas.

Justin me miro una última vez, luego a la rubia y por último a Jhon, quien bajaba de la camioneta  también.

Me acerque a él y lo mire, irritada.

El me mantuvo la mirada y dejo caer sus dos bolsas, yo les di unas patadas y John las agarro para meterlas en el coche.

-Ahora tu- Dijo exigente Mónica,

-¿Qué mierda?- Pregunto aun confundido Bieber.

Mantuve mi arma en su frente, y no pensaba sacarla de allí.

Escuche como las bolsas caían y luego John las tomo y las guardo, se apresuro a subir.

Mónica se volteó y corrió dentro de la camioneta, enseguida note que Bruno corría tras ella.

-¡Yo no lo haría si fuera tu!- Le grite, deslizando otra de mis armas que tenia escondida detrás de mi Jean.  Ignore la mirada sorprendida del rubio ceniza.

Pero Bruno no me hizo caso, por lo que no lo dude y le dispare en su pie derecho.

El se quejo alto y yo mire a Justin, quien miro con los ojos abiertos como platos a su amigo ahora tirado en el suelo, retorciéndose como un gusano.

Me miro una última vez, fulminándome con la mirada, a lo que yo sonreí.

-No te metas conmigo, Bieber- Y corrí dentro de la camioneta.

John acelero y desaparecimos de su vista.

Justin:

-No te metas conmigo, Bieber- Me dijo fría, mirándome con sus ojos verdes, mandándome un escalofrió por mi espina dorsal.

Se volteo y corrió dentro de la camioneta, la cual desapareció a los segundos.

Me quede mirando por donde se habían ido hasta que un grito de dolor de parte de Bruno me trajo a la realidad.

Me voltee y corrí hacia él, desasiéndome de mi mascara y la de él. Las guarde en mi bolsillo bien arrugadas.

-Zorra- Susurro él entre un gemido de dolor, agarrándose el pie. Estaba de acuerdo con él.

-Aguanta- Le pedí mientras discaba el numero de Jonna.

El atendió al segundo pitido, con un quejido de su parte.

-Joder, pequeñas zorras- Se quejo él, de fondo escuche también los quejidos de los demás.

Maldita.

-Le dispararon a Bruno, maldita sea, pongan sus culos aquí ahora- Dije apresurado, apretando el pie de mi amigo para que no saliera tanta sangre.

-¿Qué? ¡ESA HIJA DE PUTA!- Grito, escuche sus pasos y el de los chicos, luego el chillido de unas ruedas junto  con un vidrio roto –Estamos en camino- y colgó.

Me saque la chaqueta y la ate al pie derecho de Bruno, maldiciendo en voz baja.

Esa jodida perra… ¿Cómo coño sabia que estaríamos aquí? ¿Cómo sabia que íbamos a robar su dinero? ¿Y porque mierda lo tuvo que tomar de esa forma en vez de haber entrado a su cuenta antes?

Nada tenía sentido, y yo solo podía entender una cosa.

Katerina nos había cagado, nos había jugado en contra.

Luego de unos minutos, Jonna apareció con los chicos, los cuales parecían mareados.

-Esas perras nos durmieron- explico Jonna corriendo hacia nosotros, y con ayuda mía cargamos a  Bruno dentro del coche.

Dentro de este estaban todos los chicos, Gabriel iba al volante.

-¡No puedo con esto, mierda!- Dijo Jonna entre el griterío que había dentro del coche   -¡Hay que llevarlo al hospital!

Todos comenzamos a negarlo rotundamente, incluyéndome.

-¿Estas mal de la cabeza? ¡Nos preguntarían que sucedió y no podríamos simplemente decirles la verdad!- Grite yo, en desacuerdo.

Gabriel miro por el espejo retrovisor e hizo una mueca al ver a Bruno todo ensangrentado.

-¡Joder, lo llevaremos al hospital y nos encargaremos de que el recepcionista mantenga su puta boca callada!

Y con eso nadie dijo nada, solo se escuchaban los constantes quejidos  de Bruno mientras llegamos al hospital.

Estábamos en la sala de espera, esperando a que nos dieran alguna noticia de nuestro amigo.

No fue hasta que la única mujer que había además de nosotros dejo la sala, que Gabriel hablo.

-¿Qué mierda paso?- Pregunto este. Yo apoye mis codos en mis rodillas mientras me frotaba las sienes con ambas manos. Estaba jodidamente estresado.

-Todo iba bien, salimos con el dinero y en el callejón sucedió todo- Les explique lentamente y en voz baja, cosa que nadie además de ellos escucharan –La perra apareció con su amiga y sus malditas armas, no nos dieron oportunidad a nada.

Los chicos suspiraron, menos Diego, quien fruncía el ceño.

-¿Por qué mierda haría eso?- Pregunto en voz baja, cuestionándose más a sí mismo.

-No tiene sentido ¿robar su propio dinero?- Hablo ahora Marco, tan confundido como todos nosotros.

Nada tenía sentido, teníamos varias preguntas y ninguna respuesta.

Fue ahí cuando me di cuenta que nos encontrábamos unos dos pasos atrás de la perra, y esta realizaba sus jugadas manipulando las nuestras.

Suspire, frustrado.

Katerina había estado jugando con nosotros, haciéndose la jodida inocente, la victima que no tenía nada que ver en esto. Cuando ella tenía que ver en todo.

Me había echo pensar que era la típica inocente hija de un rico, a la cual podía manipular. Cuando el que termino siendo manipulado fui yo, junto con los chicos y lo que iba a ser  nuestro maldito dinero.

-Maldita zorra-Susurro por segunda vez Jonna.

She's a ProblemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora