Capítulo 23: Recuérdale que no todo está perdido

280 12 0
                                    

Todo mi cuerpo dolía, pero más que nada el ardor que se centraba en mi abdomen.

Abrí los ojos de apoco, intentando despegar mis pestañas.

En cuanto abrí los ojos fruncí el ceño ante el dolor y le eche una mirada a mí alrededor, o más bien al techo, el que era todo blanco y con una hermosa araña colgando sobre mí.

Levante la vista y me di cuenta que estaba en una habitación, pero no de un hospital, sino de un dormitorio.

Estaba tendida sobre una cama de dos plazas, tenía la calza un poco remangada, esta estaba manchada de sangre. Mi estomago estaba vendado con unas cantidades de gasa que rodeaban todo mi cuerpo con unas tantas vueltas.

Gruñí ante dolor. Joder, realmente dolía.

Me habían apuñalado, y yo no comprendía como había llegado aquí ni donde estaba.

Retire las sabanas que tenía sobre mí y con extremo cuidado coloque mis pies descalzos sobre las maderas frías, intentando no contraer la zona herida.

-Mierda- Susurre entre dientes, pero por fin me había puesto de pie.

La habitación estaba ordenada y olía exquisito, en otra ocasión hubiera revisado pero al estar como estoy  no.

Camine hasta la puerta más cercana y la abrí lentamente, tuve vista a la sala de estar, donde estaba Justin con los chicos.

Fruncí el ceño, y ahora no solo por el dolor.

¿Qué coño estaba haciendo aquí?

Di un paso fuera de la habitación y la madera crujió, lo que maldije porque Justin rápidamente levanto su vista, poniéndose de pie.

-¿Katerina?- Pregunto, pero obviamente sabiendo que era yo -¿Qué mierda haces levantada, que no te das cuenta que tienes que permanecer acostada?

Justin sonó preocupado, pero no le di bola a aquello ya que si, debí de permanecer acostada.

Me apoye en el umbral para sostener mi peso, pero Justin ya estaba a mi lado, ayudándome. Por lo que me recargué con su cuerpo.

-Hubieras avisado, pero no levantado-Me reprochó, lo que hizo que quisiera sonreír, pero no lo hice.

Deje que Justin me guiara de nuevo a la habitación y me tendiera en la cama, con cada queja que yo hacia él me miraba con preocupación y alerta.

-Yo…- Empezó Justin, sentándose al final de la cama, luego de unos momentos de silencio. Justin se rasco la nuca y supe lo que diría –Yo te lo agradezco, de verdad, te la debó.

Sonreí levemente, no pude evitarlo, aunque creo que salió como una mueca.

-Me debes dos- Le corregí, el frunció el ceño, por lo que seguí –El fin de semana pasado viaje a Altanta y al volver, Nicolás pidió verme, por lo que me llevaron a su lugar y me pregunto si debía confiar en ti, teniendo en cuenta que me querías robar mi dinero.

Lo dije con calma, puesto que ahora no estaba cabreada por ello, a pesar de que estuviera alerta siempre.

Prefería decir “querías” que “quieres”, porque realmente esperaba que fuera así.

Los ojos de Justin se abrieron como platos, sorprendido, luego su mirada irradio preocupación, pero una distinta.

-Le dije que si- Termine al verlo tan impaciente, el soltó un suspiro de alivio.

Mire al techo, ahora no quería ni moverme.

Los recuerdos no demoraron en golpearme… la noche, la discoteca, el beso, los celos, el trabajo, Jasón, la traición… Mónica.

She's a ProblemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora