- ¿Óscar? ¿Hola? - gritó Lucas mientras yo salía de mi estado de trance.
-S...Sí. ¿Qué ha pasado? - pregunté nerviosamente.
-Nada; no contestabas.¿Puedes dejarme tu agenda? No apunté los deberes. - me dijo con una leve sonrisa.
-Claro. - contesté.
Fui a coger la agenda de mi mochila cuando me di cuenta de que Elisa, mi compañera de mesa, también se había agachado para coger un bolígrafo.-Tú primero.
-Vale. -me contestó tímidamente.Conozco a Elisa desde hace poco, pero tenemos mucha confianza. A los dos nos cuesta hacer amigos. Ella siempre está ahí y se da cuenta de cuando alguien se siente mal.
Le di la agenda a Lucas y volví a mirar a la pizarra, estábamos en la clase de matemáticas y todos hablaban, yo me tapé los oídos (no aguanto el ruido).
-Ahora os daré los exámenes. -dijo Carlos, nuestro profesor.
De pronto sonó la campana y fui al baño.
- Salvados por la campana, ¿no?- dijo Martínez a mis espaldas. Él caminaba por detrás de mí, en realidad su nombre es Aaron, pero todos le conocemos por su apellido.Entramos al baño y empezamos a hablar.
- ¿Qué vas a hacer en el recreo?
- Seguramente vaya con Aurora.
- Estás tan enamorado de ella... - noté como su expresión cambiaba, parecía de decepción.
- ¿Qué te pasa?- pregunté.
- Nada.
- ¿Seguro?
- Sí.- una vez dijo esto, se marchó.
Nunca había visto a Martínez así, le pasaba algo. Salí del baño y vi a Elisa casi llorando. No podía verla así, ni a ella ni a nadie.
- ¿Estás bien?
- Creo que a Martínez le pasa algo.
- Hablaré con él.
- Sí porfavor, hazlo.Bajé las escaleras y fui a buscarle. Abrí las puertas del edificio y salí al patio. Tardé poco en encontrarle. Salía de la cafetería con un bocadillo, como de costumbre. Ni si quiera él entendía como estaba tan delgado si comía tanto.
-¡Martínez!- grité sin obtener respuesta.
Corrí a por él y le toqué el hombro, se giró y me miró.
-¿Me puedes decir que te pasa?
- No me pasa nada.
- Los dos sabemos que sí.Dio media vuelta y antes de que se fuera le agarré el brazo.
-¡Déjame!- gritó enfurecido.
- Dime qué te pasa.
- Creo que pasas mucho tiempo con Aurora y poco con Lucas y conmigo. ¿Contento ya?
- Martínez, no pienses eso por favor. Ella es mi pareja, vosotros mis amigos, es diferente.
- Da igual...- dijo mirando al suelo.
- No Martínez.Se marchó sin contestarme. Fui con Aurora el resto del recreo. Luego llegué a clase. Se veía la tensión entre Lucas, Martínez y yo. Elisa rompió el silencio.
- Chicos, ¿todo bien?
- Sí.- dijimos los tres al unísono.
Cuando terminaron las clases me quedé a solas con Lucas. Discutimos. En los doce años que llevábamos juntos nunca habíamos discutido así.-¡Siempre estás con ella!
-¡Paso el día entero con vosotros!
-¡No te importa nada Óscar! ¡No te importamos! ¡Eres "Don Perfecto", es normal que no quieras estar con nosotros!
-Me improtais Lucas. Siempre os ayudo. No entiendo por qué os ponéis así conmigo. - dije bajando el volumen y tratando de no llorar.
- No Óscar. No te importamos.
Aquel último comentario se clavó en mi corazón como una daga. Esa fue nuestra última conversación en mucho tiempo. De un día para otro, una amistad de toda la vida se hallaba casi destruida. Lucas no era mi amigo, sino mi hermano, y yo estaba a punto de perderlo o quizás, él de perderme a mí... Estábamos a punto de perdernos.Llegué a mi casa y me tumbé en la cama. Pensé en "Don Perfecto". ¡Cómo odiaba ese mote! Ni soy perfecto ni nunca lo seré. Pensé en la discusión con Lucas, en Martínez. Pensé en todo. Mi mundo, mi vida, todo parecía venirse abajo.
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Autolesión
Teen FictionÓscar es un chico de 15 años. Tiene éxito en el instituto y sus amigos le quieren. Sin embargo, su vida cambia cuando todos los problemas pasan por encima de él. ¿Volverá a ser feliz? ¿Podrá controlar sus sentimientos?