13. Celos.

389 21 2
                                    

   Había mucha gente en aquella habitación. De alguna forma me reconfortaba que Martínez y yo fuéramos las primeras personas que Héctor había visto al despertar. Estaba medio dormido.

   Mi amigo le hizo un resumen de todo lo que había pasado mientras estaba inconsciente. Nos sorprendió a los dos.

  - Tranquilos, escuché todo lo que decíais.
  - ¡Hijo! ¡Estás despierto!

   Su familia entró y nosotros salimos. Mi compañero se sentía un poco avergonzado al ver a la familia de su pareja.

   - Martínez, ven. - dijo el padre de Héctor sonriendo. - Creo que tenéis que contarnos muchas cosas parejita.

   La mirada atónita de mi compañero me provocó la risa. Eran buenos momentos.

   Héctor había despertado y aquellos chicos iban a ser expulsados. Había sido un día perfecto.

   Llegué a casa feliz. Le conté todo a mis padres. Ellos también parecían alegres. Cenamos tranquilos, con sonrisas y sin peleas como tiempo atrás.

   Me tumbé en la cama con los ojos clavados en el techo. Luego los cerré y miré dentro de mí. ¿Cómo me sentía? Debo reconocer que en aquel momento me sentía bien... En todos los demás no. ¿Mis problemas? Elisa se iba a ir. Todo lo demás estaba solucionado.
 
   Continúe haciéndome preguntas y me di cuenta de que mi mundo interior era mucho más complicado que el mundo real. Paré de pensar y dormí.

    Al día siguiente, saludé a Aurora y le di un abrazo. Estuvimos hablando, la noté extraña.

   En las clases no paraba de pensar en ella. En mi mente no había espacio para ningún otro pensamiento. La intriga me torturaba , fui a hablar con ella.

  - Oye... ¿Estás bien? Te noto rara...
  - ¿Yo? ¿Por qué?
  - ¿Seguro que no te pasa nada?
  - ¡Que sí!
  - Bueno... Vale.
  - ... - no me contestó y eso hizo que me preocupase aún más.
  - ¿Estás enfadada o celosa?
  - Adiós, luego hablamos.

   Su profesora ya había llegado y mis ganas de saber qué pasaba se hacían cada vez más grandes e insoportables. Pregunté a Jessica, hermana de Emma e íntima amiga de Aurora.

  - ¿Sabes qué le pasa?
  - No, ¿por?
  - La noto extraña.
  - Tal vez esté celosa, ¡quién sabe! 

   Finalmente me confesó sus celos, Jessica tenía razón. Dijo que me había visto abrazar a otra muchacha... Creo que cuando vea a alguien llorar me limitaré a apoyarlo, los abrazos dan mucho de qué hablar.

AutolesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora