The Sea, Yo Te Veo

0o CAPITULO 15 o0

Te Amo John Hutherzon

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Me levanté gracias a las lamidas de Emma, Fabiana se había levantado antes que yo, incluso ya se había dado una ducha y había alistado su ropa y la mía, hoy iría a enfrentar a John, la verdad no creo tener el suficiente valor como para hacerlo pero Fabiana no dejará que yo no vuelva a estar al lado de John.

Mi madre y mi tía Bet habían salido de compras para la casa y mi padre se había marchado a junta en el trabajó, Los gemelos decidieron salir a quien sabe donde y Robbie y Tyler habían salido al cine. Solo estábamos Fabiana, Emma y Yo.

—¡Hola!—dijeron mientras la entrada principal se abría, era Sarah.¿Pero que hacia aquí?

—Hola—Respondió Fabiana—¡Estamos en el comedor!—agregó.

Escuché sus pasos hacia nosotras, no sabía que estaba haciendo aquí.

—Hola—Volvió a saludar—Bien, a lo que vine—dijo directa, escuché como se quitaba el abrigo, ya que había frío afuera, pronto entraría el invierno, el sonido de las llaves sobre la mesa y como se sentaba mientras soltaba un largo suspiro. —No me ha contestado, he intentado contactarlo toda la mañana.

— Sabía que no contestaría— Dijo Fabiana con pesadez.

—¿De que están hablando?— solté por fin.

—No le has dicho—  Dijo rápidamente Sarah.

—Te llame anoche, no tuve tiempo de decírselo.—Respondió Fabiana defensiva.

—Quisieran decírmelo de una vez —Dije parando las en seco.

—Bien—Respondió Fabiana—Anoche llamé a Sarah poco después de que te durmieras para que ella me ayudara a reconciliarte con John. 

—Quise pedirle que me escuchará, pero no contesta ninguna de mis llamadas...

—Quizás ni siquiera deseé volver a saber de nuestra familia, mucho menos de mí—dije seca.

—Sabes que no es cierto—dijo molesta Fabiana.— El te quiere y no me queda ni una sola duda.

—Fabi tiene razón, quizá no lo puedas ver, pero nosotras sí y el no tiene ojos para nadie más— dijo Sarah, fue un golpe bajo, cierto, pero bajo.

—Iras con John— Dijo Fabiana— y no me importa que el no quiera abrir la puerta, la tiráremos abajo si es necesario.

—Sí— Respondió Sarah, muy animada.

—Ahora. Vamos a vestirte para la ocasión.

Trague fuerte y ellas tiraron de mí hasta mi habitación, las escuchaba hurgar entre mi ropa, también sentía alguna que otra prenda sobré mi cara. Me recosté sobre mi cama, cansada de escucharlas discutir sobre que me pondría. Al final se decidieron por un pantalón ajustado y una blusa holgada, tome mis converse y mi gorro, Fabiana me dio mis lentes oscuros y tome una sudadera caliente, había bastante frió afuera. Sarah nos llevaría en su auto. Iba en el asiento de atrás y mis manos no paraban de sudar, estaba nerviosa.