¿No vió nada?
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John había estado con migo todo el día y yo no podía sacarme de la cabeza el hecho de que tal vez me haya visto desnuda, sería una completa vergüenza. Prácticamente habría visto mi pecho plano, mi cuerpo de niña y mis caderas extrañamente anchas, mis delgados brazos y mis delgadas piernas sin forma, tal vez no pueda ver, pero conozco muy bien mi extrañó cuerpo. El pánico me inunda.
¿Me habrá visto desnuda? Espero estar equivocada. Emma está a mi lado mientras acarició su suave pelaje, ella parece ser la única que me soporta, a decir verdad yo tampoco me soporto a veces. ¿Y si John termina sin soportarme?
Demonios, odio pensar tanto, siempre me pasa esto. Respiró profundamente, no, sólo estoy sacando conclusiones erróneas, si eso es.
— ¿Cómo es que me soportas tanto Emma? — digo y ella lame mi rostro.— Sí, yo también te quiero. — beso su pelaje y como no queda de otra, me río mientras ella sigue lamiendo mi rostro, comenzamos a jugar, siento como la cama se mueve por los brincos que da Emma, yo trató de atraparla, la localizó gracias a sus ruidosos jadeos pero cuando siento que la atrapare ella me esquiva, siento como su pelaje se escapa de mis manos, levantó mis brazos para tratar de defender mi rostro, sé que voy a aterrizar en el suelo. Pero unos brazos me atrapan justo a tiempo.
—Demonios,¡hasta cuando vas a seguir con estas locuras!— lo escucho decir entre risas. Es mi hermano Tyler.
—No lo sé—respondo riendo.
El me ayuda a pararme, y me intento sentar en mi cama pero en lugar de eso caigo al suelo.
—No te puedo salvar dos veces, hermanita—dice estallando en risas.
Yo también comienzo a estallar en risa, Dios olvidaba lo divertido que era estar con mi hermano.
—Ven déjame ayudarte—el toma mi brazo y hala de él haciendo que me levante de golpe del suelo.
—Cuidado, me vas a arrancar el brazo.
El ríe y luego escucho un dulce: Lo lamento. Me acuesto y me arropo, Emma se acuesta a mi lado y ambas nos quedamos dormidas.
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Siento el calor en mi rostro y me levanto feliz, pues claro John vendrá por mí y eso siempre me hará feliz.
Me levanto y lo más cuidadosamente busco mi atuendo, siento cada tela pasar por mis manos, me empiezo a desesperar y llamo a mi mamá, enserio tengo que dejar de ser tan dependiente.
Me da una blusa floja color blanco y unos jeans ajustados azules, mis converse blancos y un sudadero ligero. Me coloco el conjunto lo más rápido que puedo, ya es tarde. Tomo mi gorro tejido gris y mis lentes oscuros, bajo torpemente las escaleras y corro hasta la cocina tropezándome con todo. Mi mamá me sirve mi desayuno y me lo como lo más rápido que puedo, voy al baño y cepillo mis dientes como es de costumbre.
Oigo la bocina de la motocicleta de John, la conozco tan bien como a su voz. Bajo las escaleras y escucho su voz.
—Gulfem, te vez hermosa—siento como rodea mi cintura con su brazo— Como siempre— susurra en mi oído y me sonrojó.
—G-gracias— digo nerviosa.
—¿Nos vamos?— pregunta el con su hermosa voz, yo asiento.
Cuando llegamos, le me baja rápidamente, más de lo común. Me rodea de una manera tan sobreprotectora, me recuerda cuando nos conocimos.
—John— digo pero el solo hace una especie de sonido al contestar —¿Qué sucede?
—Fabiana—contesta y se me eriza la piel, después de lo de la cena familiar no había escuchado nada de ella—Y viene con su sequito hacia nosotros.— dice en un susurro, suena molesto.
—¡Vamos! ¡No les haremos nada!— resuena la voz de Fabiana, pero suena diferente, suena más desafinada y un poco torpe, creo que esta ebria o algo.
—¡No molestes!— le grita John y apresura el paso.
Estamos casi corriendo, demonios,¿qué habrá hecho esta vez Rebeca?
—Gulfem, te levantaré—lo oigo decir de repente.
—¡¿Qué?¡¿Por qué?!—respondo dudosa de manera que parezco una tonta que aún no entiende la situación.
Luego siento sus manos levantando me del suelo, me aferro a él, siento como corre.
—¡Jhon!— digo casi en un grito—¿Qué está pasando?
No me responde y sigue corriendo, no entiendo nada. Siento como dobla los pasillos medio vacíos, apenas y escucho a los demás adolescentes, de seguro están adormilados todavía. Siento como me baja y escucho como abre una puerta. Nos mete a ambos y cierra la puerta, oígo el seguro.
—John—logro decir su nombre antes de que cubra mi boca.
Se agacha y me obliga a agacharme.
—Shh...— dice aún cubriendo mi boca—Listo ya se fueron.
—John, ¿quisieras explicarme?—digo molesta.
—Lo lamento—dice riendo nerviosamente.— Es que Fabiana estaba con Adam.
—¿Adam? – dije confundida.
—Adam era mi mejor amigo, también amigo de Fabiana, pero cuando ella cambio el también.— dijo suspirando— Ambos son unos completos idiotas ahora, solo sé que a veces se van a emborrachar juntos y luego golpean o molestan a quien se le dé la gana.
—Tanto así...
—Si, lastimosamente si
—Lo lamento mucho—lo abrace y el me abrazo más fuerte y besó mi cabeza.
—Está bien, no importa—dijo acariciando mi hombro—Mientras no se nos acerquen en ese estado, todo estará bien.
—John... ¿puedo hacerte una pregunta?
—Claro preciosa.
—¿De verdad no viste nada? —pregunto algo avergonzada, esa idea de que me pudo ver desnuda no abandona mi mente.
—No, no—dijo estallando en miles de risas—No vi nada, lo juro.
—Está bien— dije soltando un suspiro de alivio a lo que el respondió riendo mas fuerte.
Se levantó y me ayudó a levantarme, me abrazo y fuimos a la clase de Matemáticas, no es mi favorita pero tampoco la odio. Toda la mañana la pasamos ocultándonos de Fabiana y Adam, parecía que nos seguían, esto se está volviendo irritante.
—Lista para irte?— dijo John justo a punto de arrancar.
—Si— respondí y el arrancó.
Condujo con rapidez, hoy íbamos a ir a su estudio de arte por si a Fabiana se le ocurría visitarme.
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The Sea, Yo Te Veo
Kısa Hikaye.▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬. Ojos que no ven, Corazón que no siente... Que buena mentira es esa .▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬. Gulfem Zipahi sufre una discapacidad visual que le impide entablar relaciones sociales con las demás personas, a cau...