No pertenezco aquí

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—Nunca serás un dios. —Pronunció apenas. 
El titan no se sintió ofendido por aquellas palabras, tampoco le causó pena el asgardiano. Solo vio una cosa en aquellas palabras: valor. Valor que ya no le serviría.

Thanos apretó el cuello de Loki hasta que este dejó de respirar, mientras Thor seguía inmóvil y con la boca tapada, ahogando sus gritos de rabia.
De pronto se vio inmerso en una oscuridad penetrante, sin movilidad alguna. Estaba muerto. No había un valhalla al otro lado, no estaban sus padres al otro lado, no había esperanza en el otro lado. Solo oscuridad. 
Unos cuantos susurros se sintieron al rededor de él, como si le intentaran transmitir un mensaje.  
"Oportunidad" fue lo único que comprendió de aquellas palabras. Parecía una mezcla de idiomas.
El silencio volvió por unos instantes mientras una fuerte y concentrada energía se dirigía hacía él, su cuerpo seguía tieso y no salía ninguna palabra de su boca. Entonces despertó. 
Su respiración estaba agitada como si llevara mucho tiempo sin respirar, y aún sin verse en el espejo pudo deducir estar más pálido que de costumbre. Se levantó rápidamente y cayó al suelo de golpe, se sentía débil de muchas maneras. Solo estando en el piso comenzó a observar a su al rededor, nunca había estado en ese lugar pero era más que obvio que se trataba de la tierra. 
Comenzó a observarse a si mismo, llevaba un pantalón de una tela suave y una camisa de una talla más grande. Volvió a levantarse y escuchó a alguien cantando, probablemente la misma persona que lo llevó allí. Salió de la pieza y observó a un hombre cocinando, solo notaba su espalda pero eso era perfecto para Loki. Distinguió un cuchillo de cocina e intentó llevarlo hacía él, pero fue un esfuerzo inútil, sus poderes no estaban. Se puso furioso y sabía que algo andaba mal, ¿Qué había pasado con Thanos? ¿Con Thor? ¿Por qué estaba vivo?. Corrió hasta tomar el arma y se lanzó en la espalda del extraño, intentando amenazarlo para obtener respuestas. La punta tocaba su cuello y la victima levantaba las manos sin saber que ocurría. 
—Me dirás todo, pequeño pedazo de mierda. ¿Dónde estoy? —Un golpe rápido basto para tirar al pelinegro al piso y arrinconarlo. 
—Sabes que no me gustan esas bromas. —Dijo sonriendo el rubio de cabello corto. Loki estaba en shock, no podía creerlo.

—¿Thor?...¿Cómo?  tu ojo está bien. —Le tocó el rostro incrédulo.  
—Siempre lo ha estado, ¿qué te pasa?. Estoy haciendo desayuno, ¿quieres? —Se enderezó y le intentó ayudar a pararse pero este lo rechazó y lo hizo solo. 
—¿Mataron a Thanos? ¿cómo lo hicieron? 
—¿Quién? —Dio vuelta los hotcakes en la sarten, mientras comía una frutilla. 
—¡¿Cómo me puedes preguntar eso?!, ¡mató a todos los Asgardianos y derrotó a esa bestia verde que llamas amigo! —El mayor lo invitó a sentarse a comer. Habían un montón de frutas, panes y hotcakes, pero a Loki no le parecían apetitosos. —¿Me estás escuchando, imbécil? 
—Mira, se que eres profesor de guion en la universidad y que te encanta la ciencia ficción, pero por una vez en la mañana no me cuentes los guiones de tus alumnos. Mejor come, estás demasiado pálido. 
—¿Qué carajo está pasando? —Susurró para él mismo. Y notó que había una puerta de salida, miró a su hermanastro con desprecio y salió corriendo del lugar.
—¡ESPERA! —Lo persiguió con rapidez. El menor no era más rápido que el rubio, pero logró sacarle ventaja por unos minutos. Afuera estaba nevando y había poca gente. Loki ya estaba congelado, cosa extraña para su propia naturaleza.
De lejos reconoció una torre. 
—Stark... —Tenía menos resistencia que antes y eso era notorio, pero tras varias cuadras pudo llegar y probablemente despistar al rubio. Entró al lugar y solo había una mujer; una secretaria. Quien lo miró con desconfianza tras notar su aspecto desaliñado y su ceño fruncido. 
—Debo ver a Stark. —Intentó decir calmado aunque su rostro reflejaba totalmente lo contrario. 
—Lo siento pero el sr Stark no deja ver a cualquiera sin... —La tomó del cuello.
—Quizás no pueda matarte en esta condición, pero la muerte no es siempre el peor resultado. Déjame verlo.  —Una voz se hizo presente desde los parlantes del lugar. Era Tony, quien le hacía saber a la joven que no pasaba nada y lo dejara ir hasta él. El pelinegro de inmediato sonrió.
Cuando llegó al ultimo piso notó al filantropo sentado en el mini bar, tenía dos vasos servidos y parecía paciente. 
—¿Qué pasó? ¿qué pasó con todo?
—No sé de que hablas, pareces alterado. Ven, sírvete. ¿Cómo está el grandullón?  —Loki tomó el vaso y lo tiró al suelo con ira. 

Universo paraleloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora