wrong moment

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Su corazón latió a mil por hora solo con una pregunta tan simple como esa, asintió torpemente y se acercaron de forma tímida, ambos cerraron sus ojos y pudo sentir la presión de los labios del otro sobre los propios.

Ambos comenzaron a mover sus bocas en perfecta sincronía con el otro, buscando la mejor forma de profundizar ese beso.

Los labios de Connor se sentían secos en contraste con los suyos. No había sabor a bálsamo de cacao, pero el hecho de que eso fuera real simplemente lo volvía mucho mejor, definitivamente era mucho mejor que cualquier sueño que pudo haber tenido antes.

Evan subió su mano hasta el cabello del otro y enredó sus dedos suavemente en él, Connor, en cambio, rodeaba su cintura.

Si de él dependiera, jamás hubiera terminado ese momento, no podía imaginar nada mejor, ni otra forma en la que aquel mismo beso sucediera de otra forma, porque así todo era perfecto, ese día estaba siendo perfecto, maravilloso.

El pecho de Evan simplemente no podía contener tanta alegría.

Y mirando en retrospectiva, ¡pudo notar tantas cosas! Y ahora todas ellas tenían sentido, todos esos sentimientos y cosas que sentía por Connor, no todas ellas eran nervios sin motivo alguno.

Se había enamorado de Connor antes de notarlo, pero a pesar de ello lo descubrió en el momento preciso.

El resto de la tarde transcurrió sin mucha diferencia, excepto, quizá, porque luego de aquel momento no volvieron a soltar sus manos y en más de una ocasión se daban besos tímidos seguidos de miradas sinceras.

Era una lástima que el parque tuviera que cerrar y ellos volvieran a casa.

Cuando Evan abrió la puerta y Connor estaba junto a él, deseaba con todo su corazón besarlo en ese momento, pero el temor de que alguien los pudiera ver fue superior a él.

Lo hizo pasar a su casa y vieron una película juntos, estaban acurrados en el sofá del cuarto de estar con sus manos entrelazadas, muchas veces acercaron sus rostros para besarse tiernamente como la pareja que ambos querían ser, pero por la que ninguno se atrevía a preguntar.

Se quedaron dormidos en esa posición hasta que Heidi llegó a las 12 de la noche, despertándolos y los envió a dormir a la pieza de Evan antes de que se enfermaran, ninguno de los dos tenía mucha consciencia de lo que estaba pasando, así que el menor tomó la mano de Connor y lo llevó hasta su habitación.

Evan se puso su pijama y le prestó al otro una camiseta vieja que jamás ocupó porque le quedaba demasiado grande.
Se quedaron dormidos y Evan no lo notó hasta que sintió al otro levantarse de su lado.

Mierda, ¿a lo mejor se había aburrido de estar con él?

Entre ojos somnolientos y leves movimientos de sábanas, vio a Connor levantarse de su lado. Con todos esos factores, su filtro de ansiedad estaba apagado.

—Connie...No te vayas todavía. Quédate a dormir, por favor— Estiró su mano y sujetó con fuerza la camisa de Connor, quien dejó escapar un suspiro que no pudo interpretar. Sin decir alguna palabra, Connor volvió a acostarse junto a él, esta vez, Evan soltó un suspiro, aliviado.
Casi como un acto instintivo, ambos se acercaron para abrazarse, sus piernas se buscaron debajo de esas blancas sábanas y se juntaron para no volver a separarse jamás. El corazón de Evan latía a mil por hora, el otro era cálido, muy cálido en contraste con unas mismas manos heladas que estaban paseando por cada parte de su cara: sus mejillas, su frente, sus pestañas, sus labios, separándolos de forma inconsciente... el pulgar del otro paseaba por ellos, haciendo un poco de presión, cerrando sus ojos como reacción a aquel tacto tan delicado que lo hacía sentir la persona más delicada e importante del mundo, Evan movía lentamente la cabeza cada vez que el otro se detenía, invitándolo a seguir paseando por su rostro.

In a lot of cup of hot chocolate, I will find you [Dear Evan Hansen/Treebros]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora