In a lot of cup of hot chocolate, I will find you [Dear Evan Hansen/Treebros]

two friends on a perfect day (parte uno)

Había tenido unos días bastante agitados, bueno, unas semanas en realidad.

Luego de haber cuidado a Connor durante varios días, sucedió lo único que podía suceder: él se enfermó también, por una semana entera, de hecho, donde no pudo ir a la cafetería y tuvo que suspender la hora que tenía con su terapeuta. Pero ya estaba mejor, así que allí estaba, esperando a entrar.

Ese día y al igual que la mayoría de las veces, fue solo: Su mamá estaba descansando del turno de noche, Jared, aunque tras haberle preguntado muchas veces durante largo tiempo, simplemente no lo acompañaba porque Evan sentía que lo estaba molestando y en cuanto a Connor... bueno, también se había ofrecido a acompañarlo, pero también le dijo que no.

escuchó que se abría la puerta y vio salir a un chico con los ojos... Bueno, en realidad no los alcanzaba a ver, pero se veía nervioso, reconocía esos gestos ansiosos como propios y sabía, por Dios, ¡cómo sabía lo terrible que eran esas primeras visitas!
Y, sinceramente, ¿había avanzado él desde la primera vez que había ido? ¿Cómo podía decir que había avanzado desde la primera vez que había ido si hace un poco más de un mes había intentado suicidarse?

Era su culpa, en realidad, no seguir el tratamiento, no tomar la medicación a diario, no escribir todos los días las cartas...

Pero era hora de comenzar a hacerlo, esa era la verdad y quizá no por él, más bien por el resto: su madre, Jared, Connor y... Bueno, quizá sí por él, después de todo, podía tener toda la ayuda del mundo o no tenerla y al final del día seguía siendo su responsabilidad.

Iba a costar, lo sabía perfectamente, porque Evan ya sabía lo difícil que era levantarse de la cama todos los días cuando había algo superior a él que le impedía hacerlo, porque ya sabía lo difícil que era mentirle a su madre cada vez que la veía y sabía lo difícil que fue escucharla llorar aquella vez en que la profesora del colegio la llamó para decirle que Evan necesitaba ir a terapia.

—Evan, ven, ya puedes pasar.

Suspiró para apartar esos sentimientos y entrar con la mejor cara neutral que tenía.

Ya dentro, se sentó en el sofá, intentando sentirse lo más cómodo posible.
—Y cuéntame, Evan— habló con aquel tono calmo que lo caracterizaba— ¿Cómo has estado en esa semana que no nos pudimos encontrar?

Hizo un gran esfuerzo para recordar, la verdad es que ese tiempo él lo había sentido como un mes entero, odiaba estar enfermo en verano, especialmente con fiebre

—Pues... Bueno, en realidad no pasó mucho esta semana, estuve enfermo así que básicamente dormía todo el día a causa de la fiebre.

—¿Estuviste solo?

—Em... Sí, pero... No porque mamá, Connor o Jared no quisieran, es decir, todos quisieron ir a verme, pero... No quise. Bueno, en realidad mamá pidió dos días libres para cuidarme, que fueron los peores, no porque estuviera ella, más bien porque... Bueno, usted entiende y Connor... Él tenía que trabajar y había mejorado hace unos días y no quise molestarlo, Jared... Tampoco quería que se molestara en venir.

El otro apretó sus labios en actitud de querer buscar las palabras adecuadas para saber cómo hacer la siguiente pregunta, escribió un par de cosas de entonces habló:

—La verdad es que si el ellos se ofrecieron a ayudarte no creo que les molestes. Tu madre siempre estará dispuesta a hacerlo aunque tú a veces sientas que no o no lo quieras, sé que a veces no eres sincero con ella y me imagino que lo debe notar. En cuanto a Jared, tú mismo lo has dicho una que otra vez, se preocupa bastante por ti aunque a veces él diga que no es así, han sido amigos desde que ambos tienen memoria. Por último está Connor, ¿tú cómo definirías tu relación con él? Lo digo porque es una persona de la que me has hablado bastante últimamente y parecen ser bastante cercanos.