-Gracias- tomo entre mis manos la taza de chocolate, aspiro levemente el aroma.
Vainilla.
Inspecciono mi alrededor, un juego de sala pequeño de tonos oscuros, un televisor, una consola de juegos pero lo mas curioso de todo ello eran sus paredes. No había ningún retrato dispuesto allí.
-Elizabeth ¿Me escuchas?- mi concentracion se dirige a Damián.
-Lo siento, estaba distraida- me acomodó para tener una mejor visión de él -Me decías.
-Te pregunte el motivo por el cual estabas corriendo- sus ojos conectaron con los mios, lo cual causo que mi sistema nervioso funcionara de manera irregular.
Pensé en decir, lo medite por unos cuantos segundos. Lo mire, no quería meterlo en este embrollo, no quiero que pase lo mismo que paso hace un año.
-Nada, solo pensé que alguien me seguía y entre en pánico- me encogi de hombros restándole importancia. Espero me haya creído.
Me observo con cautela como si con su mirar pudiera ver más allá de lo que soy, de mis falsas palabras que acabe de escupir. Así que decido atacar.
-No es nada de que preocuparse, suelo ser muy paranoica- tomo un trago de chocolate caliente, haciendo de esta falacia más creíble para él. No quiero que siga con más preguntas.
-Entiendo.
Todo quedó en silencio, simplemente nos quedamos en una guerrera de miradas, sin embargo no era incómodo, todo lo contrario a ello, para mí, me generaba calma. Duramos uno par de minutos en eso, hasta que Damián desvió la mirada.
-Oye ¿Confías en mi?- me tomo de sorpresa aquella pregunta. Porque claro, no sabía el como responderle, ¿Confiar en él? ¿Cómo podría?, apenas y lo conozco sin embargo quería hacerlo, quería confiar. Quería conocerle. Lo mire espectante y tome una decisión.
- Si - tan solo fue responder y no se bien quien se demoró más, yo respondiendole o él en tomar mi mano y llevarme hacia afuera de la casa.
-Espera, a dónde iremos- no conseguí respuesta alguna, me soltó y con una seña me dió a entender que lo esperará mientras él cruzaba la calle. Lo peor de todo es que me quedé allí parada en frente de la puerta, esperándolo.
****
Mire el reloj y y había pasado 15 minutos desde que Damián se fue. Cansada de esperarlo, ya que me había sentado en las escaleras de la puerta, me levanté para irme a casa. La bocina de un coche me hizo frenar.Gire y observé a Damian dentro del auto.
- ¡Ven, sube! - grito para que lo pudiera oír.
No sabía si en montarme al coche o dejarlo pasar, en evadirlo e irme a casa. Pero la curiosidad me mata, además, las mejores aventuras son las que no se planean.
Subí al asiento del copiloto y lo mire.
- ¿Lista?
- Siempre.
****
El camino duro a unos 40 minutos aproximadamente, estábamos hacía las afueras de la ciudad. Llegamos a una pequeña cabaña.
Damian se dispuso a entrar, y yo pisandole los talones.
Al entrar, tuve una sensación hogareña, era bastante cálida. Me llenaba de paz y tranquilidad.
- ¿Te gusta? - voltee a verlo.
- Es hermosa ¿Es tuya?- ahí va de nuevo mi curiosidad en saberlo todo.
- De mis padres.
Paso de largo, y lo noté algo enfadado. Creo que no debí preguntar ello, idiota. Aún así, no sabía el porque estábamos aquí.
-Damian, ¿Porque estamos acá? No me dijiste nada durante todo el camino y creo que tengo todo el derecho de saberlo ¿No crees?
Ya me estaba cansado de tanto misterio de parte él. El susodicho volteo a verme.
- Ven, vamos a la parte trasera- tomo mi mano y sentí una leve corriente. Fue una sensación extraña.
Magnífico, es como si estuviera dentro de un cuento de hadas. Apenas salimos por el portillo de afuera, quedé anonada. Delante de mi se encontraba un lago, los árboles y arbustos eran de admirar. En el centro de este, había una mini isla, dónde yace un pozo de esos que se utilizaban en la época medieval. Era majestuoso estar allí.
-Aqui vengo cada vez que me siento abrumado y puedo pensar mejor las cosas.
- Es cómo tú escondite secreto, ¿no es así?- pregunté un tanto divertida.
- Supongo que si- mostró una leve sonrisa.
Me senté en la orilla del lago, la paz que transmitía era inexplicable. Al parece tenía razón Damian, este lugar te ayuda a meditar.
- Es hermoso, ¿cierto? - no fue una pregunta sino más bien una afirmación de mi parte.
- si, es muy hermoso - voltee a verlo y ya estaba observando me. Me dió la leve impresión que aquellas palabras no iban para aquel lugar.
Nos quedamos mirándonos, y a medida que pasaba el tiempo sentía una sensación llena de emociones encontradas.
-Eres hermosa- lo mire directamente a los ojos, los mismo que reflejaban la luz de luna. El también era hermoso y estoy segura que lo sabía muy bien.
Con la ayuda de sus dedos, quitó un par de mechones de mi rostro. Iba acercándose poco a poco, hasta el punto de que nuestros labios se estaban rozando.
Era tentador. Lo peor de todo es que me gustaba, quería arriesgarme. No obstante, aquel momento se arruinó por la interrupción de una llamada telefónica.
Fue ahí, dónde caímos en cuenta. Y no separamos abruptamente.
Demonios.
Saco el celular y atendí la llamada
****
POV DAMIANEn qué diablos estaba pensando. Estuve apunto de besarla, era tan tentador tenerla de aquella manera.
Esta chica me va a volver loco.
- Hola ¿Quien habla?- observé como su seño se fruncia.
-Si, soy su hermana ¿Porque?- no se que demonios estaba pasando, pero supe que había sucedido algo malo por la expresión en su rostro.
-Entiendo, voy para allá.
-¿ Paso algo?- ya me estaba preocupando su silencio. Me miró y allí supe que todo estaba mal. Lágrimas bajan por sus mejillas.
- Es mi hermano, está en el hospital. Ha sufrido un accidente.
Fue lo suficiente como para alistarnos e irnos de allí. Tengo el leve presentimiento que esto, no fue solo un " accidente".
****
Hola niñas. Siento tanto desaparecer por tantos años. He estado en ciertas situaciones que me han dejado devastada. Sin embargo, seguiré publicando semanalmente. Y también comenzaré a corregir los primeros capítulos de la novela, cómo lo es la ortografía, conexión y léxico.Las quiero a montones y gracias de todo corazón por esos mensajes tan hermosos que me han dejado.
Espero volverlas a leer en el siguiente capitulo, que está buenísimo.Bye
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Mi Boxeador
Teen FictionElizabeth James es una chica capas de hacer lo que se propone, no le gustan las reglas pero esta obligada a aceptarlas con tal de no recordar su pasado... Él, un chico problemático, egocéntrico, mujeriego y probablemente un Dios en el boxeó... Dami...