iv.

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El pasillo a oscuras.

Alex estaba desorientada hasta que las luces se encendieron.

Monte Weather.

La puerta gris que abría una y otra vez para encontrarse con los cuerpos.

Abrió los ojos.

La respiración de Alex era irregular, una leve capa de sudor cubría su rostro a pesar de la fría mañana y sus huesos dolían. Anoche había llegado al precipicio y sin darse cuenta se quedó dormida allí. Pestañeó varias veces para espantar los escalofríos que recorrían su cuerpo. No estaba en Monte Weather. Aquel capítulo había terminado.

Se puso de pie, acomodó su campera y se dirigió de vuelta a Arcadia bajo la tenue luz del día. El día apenas había comenzado para los Arcadianos, por lo que no le costó volver a ingresar por la misma chapa de siempre. Cruzó la granja donde varias personas estaban trabajando en ella, pero no se detuvo hasta llegar al vacío comedor.

Las imágenes del día anterior inundaron su mente pero las alejó rápidamente dejándose caer en una silla junto a la pared, la gente comenzaría a llegar y el desayuno sería repartido. Esperaba que los cocineros no tardaran en despertar para llenar su estómago que crujía.

Minutos después, las primeras personas comenzaron a llenar el comedor. Esperó su turno para ponerse de pie y acercarse a la barra, ordenar una taza de café para despabilarse junto con algún aperitivo. No tenía preferencia. Su cabeza aún dolía pero su estómago se retorcía con tan solo el aroma a desayuno.

Se sentó con la bandeja ante ella en un rincón y comenzó a devorar lo que había pedido. Pronto, la mesa estuvo limpia y los ciudadanos se disiparon por sus tareas diarias. Una vez más, se encontró con el comedor desolado.

No duró mucho tiempo con sus pensamientos cuando detrás de ella oyó movimiento. Giró la cabeza lo suficiente para encontrarse con Monty, quien había tomado asiento frente a una montaña de chatarra que solo él comprendía de qué se trataba. Se puso de pie y se acercó a él, tomándolo por sorpresa.

—¿Sabes dónde está Jasper? —preguntó sin sentarse.

En lugar de responder, Monty señaló con la cabeza detrás de ella. Volteó sorprendida por no haberse dado cuenta que su mejor amigo se hallaba en el suelo, cubierto por la sombra de una mesa mientras la petaca, seguramente vacía, yacía junto a él.

—Qué bueno que lo hayan encontrado...

Volteó cuando escuchó la voz de Bellamy, estaba acercándose a ellos ya vestido con su uniforme de guardia. Cada vez que lo veía de esa forma se preguntaba si no recordaba lo mal que lo había pasado cumpliendo ese papel en el Arca.

No dijo nada, esperó a que se detuviera junto a ellos para que se explicara mejor.

—Tenemos un recorrido en el sector 7 —anunció mirando a Monty.

Le extrañó el tono alegre que empleaba, como si el día anterior no hubiera sucedido nada entre ellos.

Monty lo miró en silencio unos segundos antes de responder:

—No creo que Jasper esté listo —comentó en voz baja al tiempo que Alex captaba una figura en las puertas detrás de Bellamy, la reconoció enseguida: Gina. Pero en lugar de dirigirse hacia ellos fue hacia la cocina, no sin antes echarle un vistazo a Bellamy con una pequeña sonrisa.

No tardó mucho tiempo en atar los cabos.

—Necesita un poco de aire —comentó Alex volviendo su atención a ellos, incapaz de mirar a Bellamy a los ojos—. Y yo también.

Beautiful Mess III → Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora