Beautiful Mess III → Bellamy Blake

xi.

—¡Jasper! —llamó Alex caminando apurada al encuentro con su amigo, quien se encontraba de pie junto al rover con una mochila en la espalda. Seguramente acababa de llegar de su pequeña aventura y por esta razón se veía tan confundido con el ambiente tenso que se vivía.

Alex había perdido la noción del tiempo que pasó dentro de su habitación y dando vueltas por el exterior mientras esperaba encontrarlo por algún lado. No había visto a Bellamy, lo último que supo es que estaba en una reunión con Pike en la oficina del Canciller, planeando su próximo movimiento.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó cuando llegó a su lado—. ¿Cuándo volvió Jaha?

Se detuvo, mirándolo confundida.

—¿A qué te refieres?

Jasper dudó antes de señalarle con el dedo la puerta del taller que se encontraba abierta. Desde donde estaba, podía ver a Jaha de pie en la misma tarima que Pike había ocupado hacía unas horas atrás, hablando con un público mucho más reducido.

—¿Cuánto tiempo me fui? —susurró Jasper mirando al suelo, como si de verdad estuviera planteándose si estuvo fuera horas o días.

—Lo suficiente para que sucedieran cosas... —replicó, pero sus palabras dejaban sus labios sin su consentimiento—, raras... —añadió, achinando los ojos para ver a Jaha con su mano en alto, en sus dedos sostenía un objeto tan pequeño que Alex no llegaba a diferenciar—. ¿Qué está haciendo? —preguntó, volteando para ver a Jasper, quien siguió su mirada de Jaha.

—No lo sé —replicó—. Cuando llegué ya estaba dando un discurso... —Se detuvo unos segundos—. ¿Qué sucedió con el ejército?

Esto llamó su atención, haciendo que olvidara a Jaha.

—¿Lo has visto? —preguntó.

—Es difícil ignorar el suelo cubierto de cuerpos —replicó como si estuviera hablando del cielo azul.

Alex pasó las manos por su rostro, exasperada.

—Tenemos que irnos —soltó de repente sin pensarlo dos veces.

Jasper ladeó la cabeza, moviéndose en su lugar.

—¿Irnos? ¿A dónde? —cuestionó encogiéndose de hombros—. ¿Al Clan de la playa? —añadió.

Se detuvo, preguntándose cómo lo había sabido. De repente, recordó que llevaba el plan en su mente por mucho tiempo y varias veces lo había compartido con Jasper. No había duda de que creía que esta vez tampoco lo llevarían a cabo.

Dio un paso hacia delante, apoyando una mano en el brazo de su amigo, y abrió la boca para asegurarle de que nada cambiaría su opinión esta vez cuando oyó que alguien la llamaba. Cerró la boca, frustrada para voltear y encontrarse con Octavia y Lincoln.

—Ve —susurró Jasper—. Hablamos luego —añadió cuando Alex no se movió.

—No —cortó—. Ya sé lo que van a decirme —continuó, pero Octavia y Lincoln se acercaron a pesar del claro disgusto que reflejó en su rostro. Jasper se encogió de hombros con una mirada inocente antes de retirarse. Cerró los ojos sin poder creer lo que estaba pasando.

—Necesitamos tu ayuda —habló Octavia—. Bellamy no nos escucha —añadió.

—Te dije que no me interesaba —repuso, mirándola.

Octavia tomó aire.

—Sé que lo quieres —soltó en voz baja, tomándola por sorpresa y dejándola sin habla—. Sé que te importa tanto como para no dejar que vaya por ese camino —continuó.