Beautiful Mess III → Bellamy Blake

xiii.

Últimamente, los sucesos en Arcadia estaban afectándole, sobre todo en sus planes. Salir de allí era casi imposible con un ejército de terrestres, por lo que debía buscar una forma de hacerlo.

Cuando ingresó, vio la repuesta de pie ante ella.

Kane se encontraba de pie junto a un rover, observando todo desde una distancia prudente aunque Alex creyó que no estaba allí solo por el espectáculo sino porque quería hablar con ella.

Se acercó.

—¿Qué haremos ahora? —soltó sin esperar a Kane. Era tarde, estaba cansada y quería ir a la cama lo antes posible, pero debía terminar con esto cuanto antes.

Kane se cruzó de brazos, meditando la pregunta. Lo había tomado por sorpresa.

—Creí que no querías ser parte de esto —repuso en voz baja. Ambos utilizaban el mismo tono de voz, con miedo de que alguien pudiera estar escuchándolos y contárselo a Pike. Ya estaban arriesgando mucho estando allí hablando.

—Y es verdad —replicó, escondiendo las manos en sus bolsillos—, pero no me queda otra opción —añadió al notar que Kane necesitaba oír más para creerle.

—¿Por qué alejaste a los terrestres? —cuestionó. Algo en su tono de voz le dejó saber que no estaba dispuesto a aceptarla antes de interrogarla; desconfiaba de ella por lo que acababa de hacer.

Trató de ocultar su ofensa, pero no lo logró. Frunció el ceño, mirando hacia atrás antes de volver a Kane, sin poder creer que no supiera por qué lo había hecho.

—Bellamy estuvo a punto de matarlos —replicó como si no fuera obvio. Kane la observó en silencio, reacio a sus palabras. Suspiró, preguntándose qué más podía decir. En realidad, sabía por qué lo había hecho y no había caso en seguir ocultándolo. Menos a Kane, cuando era su única esperanza por escapar de Arcadia. Volvió a mirarlo, rendida—. No quiero más sangre en sus manos —añadió, lo más simple que pudo. Esta vez, la mirada de Kane se suavizó.

—Es un poco tarde para eso, ¿no crees? —preguntó. Su tono no era reprochador, sino más bien como si estuviera hablando sobre el día.

Se encogió de hombros, sin saber qué más decir. Claro que Kane tenía razón, pero una parte de ella seguía luchando por alejar de Bellamy de la oscuridad, incluso cuando ya se encontraba allí, no quería que siguiera hundiéndose más y más.

—Supongo que quedará en su consciencia, ¿no? —repuso en voz baja. No quería seguir hablando de esto.

Kane asintió antes de dar un paso hacia delante.

—Entregaremos a Pike a los terrestres —soltó. Había vuelto a ser el de antes, la intimidad había acabado y Alex podía respirar otra vez.

—Está bien, ¿cómo?

Sacudió la cabeza, decepcionándola.

—No hay nada que puedas hacer, Alex. Lo mejor por ahora es mantenerte al margen, tenemos todo planeado —explicó y sonrió—. Te enterarás pronto y podrás salir del muro —añadió.

Alex se quedó en silencio. No le había contado el objetivo porque quería que fuera parte del plan, sino porque quería dejarla tranquila. Kane podía leer a las personas, sobre todo a Alex. Sabía que la razón por la que estaba de pie ante él era mucho más que el simple hecho de acabar con la guerra.

—Gracias —susurró ella con una sonrisa genuina y se alejó unos pasos—. Iré a dormir, entonces —anunció.

Kane asintió en forma de saludo.