Lena se retorcía y sudaba mucho. Era algo así como si pusieras la mano a una distancia muy corta de su piel y sientieras como sale el vaporcito. Daba gemidos altos y bajos. Matt no sabía qué hacer, cuando habían conversiones, él sólo veía unos cinco minutos, y después se iba. Esos eran momentos de pareja.
Ella seguía moviéndose mucho y comenzó a decir que le dolía.
-Me duele, Matt. Me duele mucho.
-¿Qué te duele, mo gharbaidh? - Matt se sentía mal, sentía horrible.
-Me duele... todo, joder!
Era como si estuviera embarazada, tenía convulsiones y contracciones.
-Si muero, mi alma va a venir a por ti a asesinarte, Matt. Te lo aseguro, me las pagarás. -Decía Lena, algo delirante.
-Bueno, -sonrió- eso significaría que vendrías a por mí y estaríamos juntos.
Lena ya no habló más. La habitación estaba oscura, la cama era redonda y grande con sábanas rojas y almohadas negras. La habitación era circular como la de todos los celtas. En las ventanas, eran grandes, empezaban desde el piso hasta el techo. De vidrio oscuro, y se aclaraba sólo con un control. Lena seguía rerotciéndose de dolor. Extendió sus extremidades, con su manos apretó las sábanas y alzó un poco el pecho y la cabeza para dar un grito desgarrador qu dejó ensordecido a Matt, mirándola horrorizado. Quería llorar. No aguantaba verla sufrir.
Lena terminó de gritar, se dejó caer y murió.
Matt se quedó en shock cuando vio todo. Sintió que lo observo a cámara lenta. Lena dejando de gritar y cayendo desfallecida en el colchon, sin delicadeza, perdiendo su brillo y poniéndose blanca como la porcelana. Vio cómo dejo de respirar y cómo su pecho dejo de moverse al compás de la respiración de él. De repente, todo se volvió silencioso.
Por alguna extraña razón, él quiso llorar. Y lo hizo. Se llevó las dos manos a la cara, cubriendo sus lágrimas, que empezaban a rodar por sus mejillas. Sollozaba silenciosamente. De repente, comenzó a imaginarse cómo sería si en realidad Lena ya fuera una vaniria y se hubiera muerto de una herida de batalla. Ahí fue cuando sus deseos por protegerla aumentaron.
Y se dio cuenta, de que nunca podría estar separado de ella. Él le pertenecía a ella, y ella a él.
***
Pasaron aproximadamente, 48 horas después de que Lena no respondía. Al menos, al siguiente día después de que muriera, comenzó a respirar de neuvo, y su piel comenzó a tener un color más vivo. Ella estaba inconsciente, y Matt no quería verla. Él hizo que la trasladaran a Inglaterra el día en que la convirtió, pero ella no se dio cuenta. Ahora descansaba en la cama de la habitación de una de las casas de Matthaius. Su prima hermana de Matt, Iryna, la cuidaba. Ella no tenía oprtunidad de tener amistades femeninas, la odiaban un poco, o más bien le tenían envidia. Tenía a un primo y un hermano que estaban bien buenos. Y ellos eran muy protectores con ella. Iryna aún no tenía cáraid. No tenía porque su primo y hermano no le daban chance de conocer hombres.
Lena comenzó a mover los ojos, pero sin abrir los párpados. Empezó a mover los dedos de la mano, cerró los puños y abrió los ojos. Frunció el ceño, no recordaba en dónde estaba. Ni mucho menos qué había pasado ni por qué estaba donde estaba. Miró a todos lados con rapidez, y se dio cuenta que a su lado izquierdo, estaba una chica, demasiado hermosa para ser verdad, y la estaba cuidando.
-¿Quién eres? - Preguntó Lena, un poco insegura y recelosa.
-Me llamo Iryna, y soy la prima de Matt. - sonrió tranquilizadoramente.
Lena relajó los hombros, pero después los volvió a tensar cuando recordó todo lo que había pasado. Ahora era vaniria. O al menos eso creía. ¿En realidad lo era?
-¿Y dónde estoy?
-En Inglaterra, cariño.
-Mierda, yo tengo que estar con mis padres! Tengo que protegerlos! Caín los va a atacar, por Odín!!!
-Vale, vale. Tranquilízate. Ya hemos mandado una patrulla a proteger a tu familia. Estarán a salvo. Les inducieron una imagen mental, sobre que tú te venías a Inglaterra a vivir con tus amigos. Para seguir estudiando. -Trató de sonreírle para tranquilizarle un poco.
Lena se levantó e Iryna le dio ropa.
-Verás, somos vanirios y tenemos muy buenos gustos en ropa. Creemos que tú también. O al menos lo creo yo. - Y le entregó unos leggins negros de piel, un corsé blanco con encaje, una chaqueta negra de piel y unas botas altas negras. Lena sonrió.
-Gracias. - Todo eso, Iryna se lo dió en una bolsa. Lena revisó que más había y vio que había un sujetador negro con bragas al estilo cachetero. Eran negras, y llevaban partes con encaje. -¿Me puedo dar una ducha?
-Claro, Lena. Estás en tu casa. En unos 45 minutos sube Matt a verte.
Matt. Lena no había pensado mucho en él. Le daba como nervios, y ahora escuchaba su nombre y le temblaban las rodillas. Se dió cuenta de que todo lo veía más a detalle. Todo era más hermoso. Podría hacer cualquier cosa con sus poderes, pero también sabíaq eu debía tener responsabilidades y límites con respecto a ellos.
-¿Quieres verte en un espejo? Ayer quise ver de qué color eran tus ojos, y vi que eran color miel. Quizá y te cambién de color. Pero cambiaste toda tú.
Lena se levantó completamente desnuda, caminó hacia un espejo de cuerpo completo y miró su reflejo en él. Su nariz era más perfecta, sus labios un poco más carnosos. Sus cejas se volvieron más arquedas y más pobladas. Su cabello negro era muy favorecedor, brillaba y relucía precioso. Tenía las pestañas mas largas. Se dio cuenta que tenía unos pequeños hoyuelos en las mejillas. Se le hacían cuando extendía la boca o cuando sonreía. Vio que su piel era más blanca, sus uñas estaban perfectamente cortadas. En su sexo no había vello púbico. Así como en axilas, brazos y piernas no había vello corporal. Tenías las piernas más torneadas y él vientre un poco más plano. Finalmente miró sus mejillas, un poco más rosadas de lo normal. Y sus ojos. Eran de un color casi como amarillos verdosos. Alrededor tenía como manchitas negras. Eran ojos de pantera. Volteó a ver a Iryna, peor en vez de encontrarse a ella, vio que Matt la miraba, hambriento.
-Mírate, estás tan hermosa. Me gusta más la versión vaniria de Lena. Es más sexy.
Comenzó a caminar lentamente hacia a ella. Lena no sabía a donde escabullirse y esconderse. Le daba pena que la viera desnuda.
-Venga, Lena. Ya te vi una vez, no comiences de pudorosa ahora. Además, necesito que me alimentes. Y yo te voy a alimentar a ti.
Lena cerró los ojos inconscientemente e inhaló. Olía a mandarina. Mandarina fresca, recién cortada del árbol. Volteó a ver a Matt.
¿Qué? ¿Quieres comerme? Venga, soy todo tuyo.
Allá voy.
Entonces Lena se abalanzó sobre él, le tomó los brazos y los subió encima de su cabeza. Miró él rostro de él, y lo besó. Lo hizo salvajemente. Le mordió el labio y con eso hizo a un lado su rostro para dejar al descubierto su cuello. Hundió su rostro en él, olisqueó, a ver si no encontraba rastros de otra hembra en él, y después le mordió...
asdfghjklñ Qué bonis, ya se viene lo bueno ñ.ñ Que bueno que se animan a leer mi novela!! Me siento sola porque no tengo muchos lectores :c compártanla! No els cuesta nada ñ.ñ
Mañana subo cap B|
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No todas las historias son falsas.
PoetryDice la profecía de la völva (vidente): ‹‹Habrá una batalla final entre las fuerzas celestes y las del Inframundo. Será una lucha encarnizada que dará origen y final a los tiempos conocidos. Ésta será la última guerra en la que los dioses llegarán a...