Capítulo 36: Touché.

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—¿Está lista?

—Sí, señor. Aunque está muy débil, pero con el estimulante, en una hora estará como nueva. 

—Bien. ¿Y funcionan?

—Por supuesto. De hecho ya le han crecido. 

—No serán como de rayos láser, pero serán preciosas y perfectas. 

—Claro, señor. 

—Gracias, doctor. 

—De nada. Con su permiso. 

Cuando el doctor se fue, una sonrisa se extendió por el rostro de Caín. 

Sabía que le había prometido a Georgine o hacerle más experimentos como si fuera un conejillo de indias. 

Pero él era un vampiro. Y nunca debías fiarte de la palabra de un vampiro. 

Además el sacrificio y la situación en que se encontraban, lo valía. Con eso ganarían la batalla. Por fin podrían asesinar a Matthaius y a su putita. 

Caín se acarició la barbilla con pericia. 

—Esta noche será el fin de esos cabrones. 

Ellos no sabían lo que Caín tenía preparado para ellos. 

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—Te ves muy sexy con mi camiseta puesta. —Susurró Matt en el oído de Lena.

Ella se encogió porque le provocaba cosquillas. Estaba preparando tortitas de papa. Se encontraban en su nueva cocina en su casa nueva. 

No el había dicho a nadie que había comprado una casa. El único que sabía era Yuri, y ahora Matt también lo sabía. 

Él la abrazaba por detrás y respiraba en su cuello para hacerle cosquillas.

Ayer habían bebido el uno del otro. Estaban satisfechos. 

¿Me alimentarás de nuevo, cariño?

¿Tan rápido tienes hambre?

Sólo los tontos responden una pregunta con otra. 

Ella sonrió. 

Sí, te alimentaré. 

Eso me gusta. 

En la radio sonaba "R You Mine" de Arctic Monkeys. 

Matt puso sus manos en el vientre plano de Lena y bajaba poco a poco las manos hasta tocar el límite donde se encontraba su sexo.

—Deja ahí. Me desconcentras. ¿Crees que no em vuelves loca?

—¿Te vuelvo loca?

Lena sonrió abiertamente. 

—Sólo los tontos responden una pregunta con otra. 

—Touché, Elena. Estoy tonto por ti. Tú sí que me desconcentras.

Ella se giró, no sin antes apagar el fuego de la estufa. 

—Cállate y bésame, tonto. 

—Lo que ordenes, diosa. 

Y la besó. 

Bajó sus manos hasta rodear sus nalgas desnudas, para apretujarlas un poco. 

Después, Matt subió una mano a la nuca de Lena y le echó el cuello hacia atrás.

Dio una lamida en su yugular y mordió. Primero bebió lento, después comenzó a dar potentes y largos sorbos. Le dio tres lamidas cuando terminó, para cerrar las heridas. 

No todas las historias son falsas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora