Capítulo 22: Soy como tú.

65 5 1
                                    

Lena entró con energía a la residencia de su tío. Miró todo como si fuera dsconocido, pero era algo fascinante. Las paredes eran de un tono amarillo, como el mango pero opaco. Los muebles cafés hacían contraste con los tonos amarillos. Las ventanas igual eran grandes, epro las habitaciones no eran circulares, estas sí tenían esquinas. Llegó a la sala, que era muy espaciosa, de color café oscuro, tenía un sillón de 8 lugares en el centro, en el lado izquierdo estaba otro de 6 lugares, y en la derecha uno de 4. Hacían la forma de un rectángulo irregular. En el centro estaba una mesita de madera. En la sala estaban 4 personas sentadas. Lena sólo puedo observar las cabezas de 3 y otra venía corriendo hacia a ella. Era León. 

-Lena!! Mi lenny! -El niño se echó a llorar. - Te extrañé mucho! Nos atacaron! No sé quién, pero nos atacaron! Y una bestia grande nos salvó cuando papá no estaba! -Ledecía León mientras la abarzaba fuertemente por la cintura.

Ella miraba a sus padres impasiblemente mientras León lloraba pegado a su vientre y ella le acariciaba con cariño su cabecita. 

-Tranquilo, Leoníde. Yo no te mentiré - Miró de reojo a sus padres al decir esas palabras - Pero queiro que me pongas toda la atención que puedas, y que mantengas la mente abierta. -centró toda su atención en ella. - No queiro que te asustes, porque nadie te hará daño. Y sé que no temerás nada de lo que te contaré, pero te lo advierto por si las dudas. - Ella sonrió.

-Bueno, Lenny! Ya dime, por favor! - Decía el niño insistentemente.

-La bestia que salvó a ti y a mamá, era papá. Él... -Ella miró a otro lado- Él es un berserker, peor no nos dijo nada para podernos proteger a todos. 

Y ahí lo entendió. Le vino como un respingo, como un olor. Entendió que su padre lo hacía para no levantar sospechas. Para que estuvieran sanos y salvos sus hijos y su mujer. Para que llevaran una vida normal, auqnue tarde o temroano se iba a acabar su normalidad. 

Alzó la mirada hacia a él, y le sonrió tranquilizadoramente a él y a su madre. Ella le devolvió la sonrisa, y él también. Pero se le desvaneció. Se levantó airadamente y caminó hacia a ellos. 

-Lena. -le dijo en tono algo enfadado- Ven a sentarte. Ahora.

Ella lo miró inquisitivamente y con un rostro sin entender. 

-No me hables así, papá. No tienes derecho a hacerlo sabiendo que me has mentido. 

Serguei la ignoró y se dirigió a León.

-Leoníde, vete con Amanda, por favor, hijo. 

Él miró a Amanda, ésta le sonrió y él corrió hacia ella. La tomó de la mano y entablaron una conversación rápidamente meintras iban a la cocina. 

Serguei le hizo un gesto a Lena para que fuera a sentarse. Ella lo obedeció. Él la siguió y se plantó frente a ella con los brazos cruzados y una mirada que para nada era conciliadora. 

-Elena Ivanov. ¿Me puedes explicar quién carajos te ha convertido en vaniria y marcado? Hueles a colmillos, joder! 

Ella levantó un dedo dandole a entender que la esperara un segundo. Rebuscó en su bolsillo de la sudadera y sacó un botecito. Sacó dos pastillas rojas y las tragó. Esperó a que se le pasaran y le calmaran el hambre. 

-Mira, hace más de 5 días, conocí a un tipo llamado Matt Anderson y...

-¿FUE ESE CABRÓN? LE VOY A CORTAR LA CABEZA! MALDITA SEA!

-Espera! - puso sus manos al frente intentando calmarlo- déjame explicarte todo el rollo, papá. Me debes eso. 

-Bueno, venga, explícate. 

No todas las historias son falsas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora