Capítulo 1

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El dolor. Estaba familiarizado con él... Pero este dolor, era diferente. No podía dejar de pensar en ella ni un solo momento. En como estaría. Si habría comido. Si habría dormido sola. En una cama que no era la nuestra. Sin mi. Yo no. No podía. No podía dejar de pensarla. En mi cabeza no había sitio para nada que no fuera ella. Mi dulce niña. Mi Cata. La mujer que me había resucitado el corazón. La entendía. Lo peor de todo, es que entendía que me hubiera abandonado. Estaba borracho, si... Pero el fin no justifica los medios. No serviría de nada decirle que imaginaba que era ella la que me besaba. Que era a ella a quien pensaba. No, no serviría de nada. Y lo entendía. Pero el dolor que sentía en mi pecho era horrible. No tenía ganas de seguir. No tenía ganas de comer, no podía dormir, no podía ir a trabajar, no podía pensar en Ese, en si tenía o no noticias... Dejó de importarme todo, todo, excepto ella. Solo habían pasado dos días. Dos días que me parecieron años.
Me sentía solo. Solo en este enorme ático. Sin luz. Sin vida. Sin Cata...
Me armé de valor, me duché, me vestí con un traje negro, y salí hacia el club. Solo quería ir para poder preguntarle a Jessica por ella. Quería saber que estaba bien. Quería saberlo todo. Todo de ella. O me volvería loco.
Aparqué justo en frente, saludé con una inclinación de cabeza a Jonh y entré. Jess estaba en la barra sirviendo, en la otra esquina con Fer. En cuanto me vio me saludó afable y me puso un vaso de bourbon sin preguntar.-
- Buenas noches, jefe.
- Buenas noches, Fer. ¿Qué tal todo?
- Todo bien. Hacía días que no pasábais por aquí. Necesito hablar con Cata de unos papeles...¿No viene contigo?.- maldita sea mi estampa.-
- No, Fer. Cata... No vendrá en un tiempo.
- ¿En un tiempo? ¿Va todo bien, jefe?
- Si, si... Lo que necesites pásamelo a mi.
- De acuerdo, jefe.
- ¡Jess!.- ella me mira desde la otra esquina.- Cuando termines, sube a mi despacho.- me bebo de un trago el resto de mi vaso y me encamino hacia mi despacho. La mesa está llena de papeles por leer, papeles que no tenía intención de leer. Me serví otro vaso de bourbon y me lo bebí de un trago. Me fui a mi silla, alejándome de la tentación de seguir bebiendo, cosa que cada vez se me hacía más difícil. Me agarré las sienes con abatimiento, cuando oí unos nudillos tocar la puerta, casi imperceptible. No esperó a que le diera paso, entró rápidamente y se puso frente a mi. Alcé la cabeza y la miré a los ojos.-
- ¿Quieres sentarte?
- No. Dime que quieres, tengo trabajo.
- Necesito saber como está. Jess, por favor...- a ella se le ablandó un poco el corazón.-
- No se nada, Luca.
- Jess, por favor. Voy a volverme loco. Necesito saber que está bien...
- Es que no lo sé...
- Jess... No me mientas. Solo quiero saber que esta bien, solo eso.
- Pero es que no lo sé. Se enfadó conmigo, porque se enteró de que yo lo sabía, y...
- ¿Qué? ¿Cómo es eso? Cuéntamelo todo.- ella resopló triste.-
- Vino a mi apartamento. Estaba llorando, destrozada, y me dijo entre sollozos que la habías engañado con Diana. A si que yo... Supuse...
- Que yo se lo había confesado.
- Exacto. Y ella supo que yo lo sabía. Y se enfadó, me dijo que no podía ni mirarme a la cara y se largó dando un portazo.- Jess ya estaba llorando cuando terminó de relatarme lo que había pasado. Yo me levanté y la abracé, intentando consolarla, aunque yo también estaba necesitado de consuelo.-
- Desde entonces la he llamado noventa y siete veces, roza el acoso, pero no me contesta. No quiere verme. Y yo... Y yo...
- Chss... Tranquila. Se le pasará. Ella te quiere con locura, eres demasiado importante para ella, te perdonará.
- No se nada de ella... No quiere hablar, ni verme...
Llamaré a Dan, él sabrá dónde está y como está...
- Debió de irse a su antigua casa. Se llevó las llaves, la decoradora acaba de terminar de amueblarla... Pero me pidió que no la buscara. No me he atrevido a hacerlo.
- Si ella te lo pidió es mejor que no lo hagas. Necesita tiempo.
- Lo sé. Pero no ha venido a trabajar a la oficina, ni al club... No tiene dinero, me preocupa que lo esté pasando mal.
- Dan no dejaría que lo pasara mal. Él no lo consentiría.
- Espero que esté con él...

La conversación con Jess no fue como esperaba. Creía que ella me diría que Cata estaba perfectamente, enfadada y dolida, pero perfectamente. El no saber de ella, me estaba matando. Sabía que no quería verme. Lo dejó claro en su nota. Y yo quería ceñirme a eso, pero cada vez se me hacía más complicado. Cada vez era más difícil. Pasaban los días, se me hacían eternos. Horriblemente eternos. No podía pensar en nada más. Descuidaba el trabajo, el club... Solo tenía cabeza para pensar en ella...

Adicto A Tu Piel 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora