Capítulo 7

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- Han echo una nueva oferta por el club de campo.
- Mejórala en un veinte por ciento.
- Echo.
- Habla con Vastile. Haz de nuevo la oferta inicial.
- ¿Sigues queriendo entrar en el negocio energético?
- Si. Mantenme informado.- Diego apunta en su carpeta,mientras yo firmo los documentos.-
- Me alegro de que estés bien.
- Lo se.
- Siento...
- No sientas nada. Lo importante es que estás aquí.
- La jodí...
- Todos la jodemos alguna vez.
- Pero estuve a punto de perder a mi mejor amigo.
- ¿Soy tu mejor amigo?
- Eres como el hermano que nunca tuve. Lo sabes. Haría cualquier cosa por ti.
- Y yo por ti. ¿Sabes? Creo que en unos días, cuando me recupere, tendré que hablar contigo.
- ¿De qué?
- De ciertos... Aspectos de mi vida. Cosas que llevo guardando mucho tiempo. Y que creo que deberías saber.
- Pero, ¿a qué te refieres?
- No es nada malo. Es algo de mi pasado. Algo que nadie sabe. Bueno, a parte de mi psiquiatra.
- ¿Tu tienes una psiquiatra?
- Si. Cata me ha contado que estuvo en el hospital.
- La tía rubia. Joder. Pues aquí estaré cuando decidas contármelo.
- Lo se. Ahora lo se.- mi teléfono vibró sobre la mesa.- Por cierto, búscame otro iPhone nuevo, este está arañado.
Montes.
- ¿Señor Montes? Llamo de BMV. Soy el técnico que se está encargando de su vehículo.
- Si, ¿dígame? ¿Puede arreglarse?
- Oh, si. Si, pero quería avisarle, de que tenía los cables del freno cortados. Por si quisiera mandar a un perito antes de que lo arreglara.
- ¿Cómo?
- Señor, todo indica a que alguien cortó los frenos de su vehículo. En estos casos, se suele mandar a un perito de la policía, por que es intento de homicidio.- me quedé en blanco. Seguía agarrando el teléfono. Pero dejé de escuchar, ni siquiera había podido contestar.- ¿Señor? ¿Señor?
- Si, soy Diego. ¿Qué ocurre?
- ¿El señor Montes...?
- Yo le mandé el coche, ¿qué ocurre?
- Como le acabo de decir al señor Montes... Los cables del freno, estaban cortados. En estos casos, la gente suele mandar a un perito, porque es intento de homicidio.
- Ya...- Diego me miraba fijamente sin perderse ni un solo detalle.- Le llamaré después. Si. Gracias.- cortó la llamada y me pasó el teléfono.-
- ¿Te han intentado matar?
- Eso parece.
- Pero, ¿quién?
- No lo se. Pero creo con que está relacionado.
- ¿Con qué?
- Te lo contaré. Pero no ahora. No aquí con Cata.
- Pero...
- Cata no puede enterarse. Fue un accidente. No debe enterarse.
- Pero, Luca.
- Esta noche. En el club. Te pondré al corriente. Puede que cambies tú percepción sobre mi. Puede incluso que no quieras tenerme como amigo.
- Pero, ¿qué dices?
- No soy una buena persona, Diego. No lo soy. Esta noche. En el club.
- ¿Me lo contarás todo?
- Todo. Aunque te pierda.
- No digas tonterías.
- Espera a saberlo. No te adelantes.
- De acuerdo. Llámame si necesitas algo.
- Lo haré. Gracias.
- ¿Quieres que hable con la policia para que envíe un perito?
- No. Nada de policía. Enviaré yo mismo a un perito.
- De acuerdo. Me voy, pues.
- Enseguida voy, tengo que hacer una llamada.- En cuanto Diego salió, llamé a Ese.-
- Luca. ¿Cómo estás?
- Mejor. Necesito un perito. Me han intentado matar otra vez.
- ¿Cómo?
- Me han llamado del taller. Cortaron los cables del freno.
- Mierda.
- Envía a Bones y Hansel. Que no se despeguen de Cata. ¿Me has oído? Que no se despeguen de ella.
- Claro, ahora mismo los mando.
- Necesitamos gente en la que confiar.
- ¿Una mano derecha?
- Si. Necesito tu permiso para contárselo a Diego. Es en el único en el que confío ciegamente.
- Hazlo.
- Se que tu trabajo se puede ver afectado. Si tu superiores se enteran...
- Hazlo, Luca. Estoy contigo desde el principio. No te voy a abandonar.
- Pero, ¿estás seguro?
- Me da igual. Estoy contigo.
- Gracias. Esta noche informaré a Diego. Él podrá ayudarnos.
- De acuerdo. Iré yo personalmente al taller.
- No pierdas de vista a mi progenitor.
- Tranquilo, tengo a los chicos aquí. Llegaron hace dos días.
- Genial. Iré a la base en cuanto pueda.
- Descansa y carga las pilas, te hará falta.
- Lo se. Hablamos después.
- Adiós, tío.
- Adiós.

Salí fuera a tiempo de despedirme de Jess y de Diego. Pasé todo el día en el sofá, viendo la tele y contestando al correo de trabajo, mientras observaba a Cata. Sentada en el salón, tecleando sin parar en su portátil. Si habían sido capaces de entrar en el parking, también serían capaces de entrar en casa. Es por eso, que con discreción, había reforzado la seguridad. Y también había hablado con Ron, el conserje de mi edificio, para que me diera una copia de las cámaras de seguridad. Fuese quien fuese, si lo hizo en el parking, quedaría grabado. El teléfono de Cata sonó y yo me hice el despistado con la televisión.-
- ¿Si? Eh... Lo tengo. Si. De acuerdo. Si, claro. Le daré prioridad. Por supuesto. Bueno, no se, pensaba estar unos días sin... Ya. Claro. Bueno, no pasa nada. Siendo así tan urgente, iré mañana. Si, claro. No se preocupe. No importa. Lo entiendo. Si. Si. Bien. Hasta mañana.- sopló contrariada al colgar la llamada. Me miró y yo hice un gran esfuerzo por no mirarla.- Luca.
- ¿Si?
- Mañana tendré que ir a la oficina. Al parecer tenemos una reunión muy importante.
- Lo entiendo. No importa. Yo estoy bien.
- Ya pero...
- Tranquila. No importa.
- Volveré en cuanto pueda. Voy a dejarlo por hoy. ¿Qué te apetece para cenar?
- Podríamos pedir algo.
- Genial. Lo dejo a tu elección. ¿Te encargas tu?
- Claro.
- Voy a darme una ducha.
- Vale.- pedí unas pizzas y llamé a Ese.-
- Dime.
- Cata vuelve mañana al trabajo. Quiero que no se despeguen de ella. Pero que sean discretos. Ella no debe enterarse.
- Echo.
- Gracias. Hablamos más tarde.- me tumbé en el sofá y cerré los ojos cansado. Tenía unas ganas terribles de que todo acabara de una vez. Y no paraba de darle vueltas a como se lo contaría a Diego. Y como  se lo tomaría él. Me había demostrado una lealtad enorme, y confiaba en él. Confiaba en que lo entendiera. Que me disculpara.

Adicto A Tu Piel 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora