-Aquí está- dije entrando al local y alcé la licencia. Stacey aplaudió y le hice una seña para que se acercara.
-Una tal Becca vino a mi casa. ¿Acaso tu le has dado mi dirección?-le pregunté. Se puso completamente colorada y se rascó la cabeza.
-Si, lo siento. Es que ella quería conocerte. Ya sabes, porque es su mejor amigo.
-Si, pero me hubieses avisado tia.
-Tienes razón. Pero, ¿por qué ha ido a tu casa?-preguntó avergonzada.
-Quería saber si llamaría a Skip. Dijo que él estaba muy interesado en conseguir novia.
-¿Y a qué esperas?.Llámalo.
-Ya lo he hecho Stacey.
-¿Y?.¿Cómo te ha ido?
-Entré en pánico y le colgué-me miró extrañada- No sabía que decirle.
-Hubieses empezado con un hola-dijo y me golpeó el hombro.
-No es tan fácil. Yo no lo conozco, él a mi tampoco. ¿Qué quieres que le diga?¿Que alguien me pasó su número para que salga de su desesperación de conseguir novia?. Claro que no tia. Ni loca.
-Vale Lola. Ve con tu padre. Te está esperando en el callejón del fondo con la moto. Aquí tienes las llaves- me las lanzó y las tomé en el aire- La cuidas como si fuese tu hija.
-Quédate tranquila. Adiós-la saludé y me dirigí al fondo. La moto de Stacey no era la gran cosa. Era chica y de color rojo, pero en las circunstancias del local era una bendición.
-Vale-dijo mi padre- Rubius te ha conseguido el primer cliente. Esta es la dirección-me dió un papel.
-Pero esto es a cinco cuadras de aquí. No vaya a tener muchas ganas de caminar.
-Lo sé. Yo he pensado lo mismo, pero no importa. Tu solo ve y le llevas esta pizza. Ten cuidado hija.
-Lo tendré-me puse el casco y salí. Por suerte no había tránsito, por lo que llegué muy rápido a la dirección del papel. Era un edificio enorme, toque el timbre y la voz de un hombre me atendió.
-¿Quién es?-preguntó.
-Delivery.
-Entra-activó el portero y la puerta se abrió automáticamente. Tuve que subir dos pisos por el ascensor, hasta llegar al apartamento. Llamé a la puerta y me abrieron. Era un chico alto, muy delgado, con pelo negro enrulado y ojos celestes .
-Es un delivery rápido-me dijo tomando la pizza- espera que te traeré el dinero. Asentí y no emití palabra alguna. Me hacía acordar demasiado a la descripción que me había dado Becca.
A los pocos segundos volvió y me pagó- me ha encantado tu pelo-me dijo y sonrió. Debe haber sido porque estaba super roja de la vergüenza.
-Gra..gracias-contesté.
-¿Por qué te lo haz teñido de violeta?
-Porque es mi color preferido.
-El mio también- no le hice caso y le di su vuelto
-Espero que la disfrutes-le dije.
-Lo haré-me di la vuelta y cuando estaba por la mitad del corredor me gritó- ¡Espero volver a verte!.
Nuevamente lo ignoré y me metí en el ascensor.
-¿Qué ha sido eso Lola?-hablaba sola- Nada. Solo ha sido un cliente satisfecho, nada más- Habrá sido solo eso, pero a ese chico no me lo pude sacar de la cabeza por el resto del día.
*Skip*
-¡Rubius, Sammy entren!-mis dos mejores amigos habían venido a visitarme.
-Hola Skip, ¿cómo has estado?-me preguntó Sammy.
-Bien, supongo. Superando mi separación.
-Vaya hombre. Veo que te ha afectado demasiado-me dijo Ruben.
-Mira quien habla. El que se coló en un avión, para impedir que la novia se fuera de España-le dije y los tres reímos- Que rico olor tio,¿de dónde es esa pizza?.
-De "Lo de Ayala". Está a cinco cuadras.
-¿Tiene delivery?-pregunté.
-Estás de suerte. Hoy lo estrenan. Este es el número- Sammy me alcanzó un volante.
-Mejor nos vamos Sammy-dijo Rubius-dejemos que coma tranquilo-los despedí y tomé el móvil. Pedí la pizza y a los pocos minutos tenía a una chica en la puerta de mi apartamento.
-Es un delivery muy rápido- le dije. No hablaba mucho.¿La estaría incomodando?. Entré para agarrar el dinero y le pagué. Era una linda chica. Pero lo más lindo de ella era su pelo. Era semi corto, con dos colitas altas y el resto del pelo suelto. Era lacio y lo mejor, violeta.
-Me ha encantado tu pelo- estaba avergonzada, lo que me hizo reír. Se notaba que quería salir de allí cuanto antes.
-Gra..gracias-contestó tímida.
-¿Por qué te lo haz teñido de violeta?
-Porque es mi color preferido.
-El mio también- vi una leve sonrisa en su rostro y me dió el vuelto.
-Espero que la disfrutes-me dijo.
-Lo haré- la miré durante toda su caminata a lo largo del corredor- ¡Espero volver a verte!-le grité, pero no contestó. Ya había entrado al ascensor.
Cerré la puerta y apoyé la caja en la mesa. Tomé una porción.
-Defiñitivamenge la volvergé a llamagr -dije con la boca llena. La pizza estaba buenísima y la repartidora, también.
*Fin de Skip*
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Un Amor por Celular
Ficção GeralLola es una joven de 20 años, trabaja en una pizzería como repartidora,donde conoce a una mujer llamada Becca. Ella le pasa el número de un desconocido al que comienza a hablarle, pero sin saber ni quien, ni como es. ¿Logrará conocer al hombre que l...