-Auuuuuuu- Skip gritó. Le había apretado muy fuerte la mano.
-Skip, se supone que yo debo gritar, no tu.
-Pero mi.....
-AAAHHHHH- el dolor que sentía era inexplicable. Muchas dirán, "hay pero es el dolor más lindo del mundo". A la mierda todo eso, a mi me dolía y no aguantaba más-¿No...pue..den...ponerme...una...ahhh...epidural?.
-No, lo siento señora, debió haberlo pedido antes de entrar en labor- me respondió una enfermera. Me habría gustado tener el chocolate en la mano para arrojárselo a la frente, pero no tenía tanta suerte.
-¡Veo la cabeza!-gritó un médico.
-Yo quiero ver- Skip se acercó para fijarse si veía algo, pero apenas asomó la cabeza abrió los ojos como si se tratara de un monstruo. Cuando lo miré, puso los ojos en blanco y calló redondo al piso. Se había desmayado con tan mala suerte, que su boca golpeó contra la pata de una pequeña mesa y le comenzó a sangrar.
-¡Skip!¿No...ahhhgg...podías elegir otro día para desmayarte?
-Vamos señora, le falta unos empujones más.
-¡Venga usted a pujar para ver que se siente!- intenté pujar lo más fuerte que pude. Pero sentía que el bebé cada vez se iba más adentro. Lo que me faltaba, que no quisiera salir a mitad de camino.
-¡Ya sale!.
-¡Yo no siento que estuviera saliendo!¡Aghhhh!.
-¡Falta un poco más!.
-¡Cierre la puta boca y sáquelo!- una enorme contracción vino a mi cuerpo. Era como si una enfermera se hubiese subido a mi vientre y hubiese saltado en él. Sentí un fuerte dolor, algo muy doloroso y al instante no sentí mi cuerpo. No me había pasado nada, solo era el alivio luego del dolor.
Skip salía de entre un montón de tubos. Nadie se había molestado en levantarlo. Se acercó a mi y tomó mi mano.
-¡Vamos Lola, puja!.
-Skip-me miró- ya salió.
-Ohhh...
Un llanto irrumpió en la sala y las lágrimas calleron por mi rostro. El médico se lo llevó para cortarle lo que quedaba del cordón umbilical y lo envolvió en una pequeña manta.
-Es un hermoso y sano varón- me lo puso sobre el pecho. Era hermoso, no había otra descripción posible. Sus labios chiquitos y colorados, sus mejillas rosadas y sus ojos cerraditos provocaban algo mas allá de la ternura. Tenía mucho pelo, negro y con rulitos como el padre. Apenas abrió los ojos, y se distinguían que eran azules, era igual al padre.
-¿Ese es mi hijo?-preguntó Skip (siempre con sus preguntas recurrentes)
-Si, y es igual a ti.
-Te amo- me dió un tierno beso en la frente. Los médicos agarraron a nuestro pequeño hijo y se lo llevaron para hacerle un pequeño control. Luego me lo devolverían para que pudiera darle de comer.
-¿Cuál es su nombre?-preguntó una de las enfermeras. Le pedí que se acerqué y se lo dije al oído para que Skip no pueda escucharlo- es perfecto.
-¿Soy el padre y no se el nombre?-preguntó indignado.
-Ya lo sabrás.
Habían pasado dor horas del parto. Nuestro hijo estaba durmiendo a un lado de mi cama y Skip no se había movido de mi lado. Ya sabía su nombre porque lo leyó en un pequeño cartelito que le pusieron a la incubadora y al leerlo le pareció perfecto.
Yo estaba un poco adolorida, pero me sentía feliz y cansada. Era una mezcla de emociones juntas.
-¿Quieres que te traiga algo de comer?-preguntó.
-Vale- no tardó mucho en bajar a la cafetería y traerme una ensalada y un sandwich. Lo trajo en una pequeña bolsa de plástico. Al abrirlo, saqué primero la ensalada y luego la cajita que traía el sandwich. Cuando retiré una de las rodajas de pan para colocarle un aderezo, me llevé una gran sorpresa. Escodido entre el pan y un pedazo de carne había una anillo, con un mini diamante.
-Skip,¿qué es esto?.
-Estaba dudando si ponerlo allí, porque no sabía si podías tragártelo, pero decidí en ser original.
-¿Es un diamante?-asintió-¿Cómo has pagado esto?.
-Eso no importa, lo que importa aquí es, ¿te casarías conmigo?.
-Skip, yo...si..claro que me casaré contigo- corrió hacia mi, con cuidado de no golpearme y de despertar a nuestro hijo, y me besó lentamente. Tomó mi mano y colocó el anillo.
Sonreímos y muy despacio se acercó al bebé- Hey amigo, mami y yo nos vamos a casar- le hablaba en susurro y al mismo tiempo le acariciaba su manito- te prometo que en unos meses, papá juntará mucha plata y nos mudaremos a una casa gigante con un jardín enorme, para que puedas jugar a la pelota, tendrá hamacas, piscina y todo para ti y tus hermanitos.
-¿Hermanitos?.
-Yo quiero que tenga más hermanitos.
-Vale, eso lo veremos con el tiempo.
Le siguió hablando. Era lindo ver a Skip planeando nuestro futuro. Este había sido una año totalmente inesperado. Habían pasado desgracias, descuidos, desepciones, pero nunca creí que después de todo eso podría llegar a formar la familia que siempre había querido. Mi padré había fallecido, pero al mismo tiempo un hijo había llegado.
A pesar de todo, la frase "después de lo malo, viene lo bueno", tenía muchas cosas de verdad. Y pensar que todo comenzó con un amor por celular, sin que nos diéramos cuenta. Nunca dejaré de agradecerle a Becca. Quizás si nunca me hubiese dado el número de teléfono de "Kipy", lo habría conocido por el delivery, o tal vez no, pero también estaba la posibilidad de que muchas cosas no hubiesen sucedido. Creo que como sucedió estaba perfecto, porque gracias a eso yo había crecido y madurado y el futuro que me había tocado no lo cambiaba por nada. Y agradezco eso cada día , cada día.
*Fin*
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Un Amor por Celular
Ficción GeneralLola es una joven de 20 años, trabaja en una pizzería como repartidora,donde conoce a una mujer llamada Becca. Ella le pasa el número de un desconocido al que comienza a hablarle, pero sin saber ni quien, ni como es. ¿Logrará conocer al hombre que l...