Mi abuela decidió que era una buena idea ver una película después de las compras, pero recordé que Dorian trabajaba allí. Solo esperaba que no se diera cuenta, pero pensé: 'Si Zaid no se dio cuenta, obviamente Dorian tampoco lo hará'. Me dije a mí misma: 'Actúa normal, Julieta, y no levantes sospechas'.
— ¿Qué película quieres ver, cariño? – me preguntó mi abuela mientras mirábamos la cartelera.
— Veamos "El secreto de Adeline" – contesté.
—Esa será. Ahora yo compraré las entradas. Ten y ve a comprar palomitas y todos los dulces que quieras.
Creo que era obra del destino, porque Dorian era el único que no estaba ocupado atendiendo a los clientes. Con pasos tímidos me acerqué. Juro por Dios que fue cosa del destino, porque justo cuando estaba lo suficientemente cerca, apareció un grupo de chicas que casi me tira al pasar. Pero ellas pasaron de largo y se sentaron desde una distancia, mirando a Dorian y sonriéndole. Él me estaba ignorando, así que carraspeé para que me prestara atención.
— Ehm... ¿Me puedes atender?
— Sí, lo siento. ¿Qué vas a llevar? Tenemos... — ahí empezó con todos los combos y descuentos.
— Oye, ¿esas chicas son de preparatoria? — me atreví a preguntar.
— ¿Por qué quieres saberlo? ¿Acaso deseas unirte al club? Y no te conozco — eso dolió —. Tal vez no te conozca, pero eres tú y tus admiradores. No, no me interesa unirme a ellos. Me interesan más los beneficios de salir con alguien que solo admirarlo y permanecer en la zona de amigos.
— Definitivamente, a nadie le gusta esa zona a menos que no sientas más que una amistad.
— Aclaro, tampoco me gustas. Ahora sí me llevo mis palomitas y golosinas — eso hice: hice mi pedido y pagué.
Busqué a mi abuela en la entrada; ella estaba de lo más entretenida platicando con un hombre, supongo que de su edad.
— Abu, ya he hecho la compra. ¿Podemos entrar a ver la película? — solo la fastidié un poco; la película empezaba como en 20 minutos.
— Niña, ahora entramos. Solo saludaba a mi viejo amigo.
— Sí, claro.
En fin, terminamos entrando cuando la película estaba iniciando. Justo a tiempo cuando íbamos saliendo, me dejó porque iba al baño. Yo me senté en una de las pequeñas mesas para comer las palomitas que quedaban. Bueno, solo pensé en la película, aunque es una historia diferente, la chica también tiene un secreto que la hace huir. En mi caso, yo no era lo suficientemente valiente para relacionarme con la gente sin el miedo a ser descubierta y rechazada, por ser una cobarde y no decirles lo que realmente pasaba.
Levanté la vista al escuchar demasiado ruido, solo para encontrarme con las mismas chicas de hace rato suspirando por Dorian y hostigándolo. Pasándole regalos y mandándole besos. Pensé: "Pobre Dorian, tiene que soportar esto todos los días mientras trabaja". Pero al parecer, le encantaba. Ojalá yo pudiera sonreír así de sincera y tener un montón de chicos detrás de mí. No, qué cosas piensas, Julieta. Pero al menos no me gustaría ocultar realmente quién soy; quiero ser libre.
— Nos vamos, mi niña — mi abuela apareció justo a tiempo. Si no, terminaría yo lamentándome y llorando.
— Te he dejado sola un momento y ya estás llorando — creo que sí, al final lloré.
Mi abuela me abrazó cariñosamente y me consoló hasta que pude estar calmada. Caminamos de regreso al estacionamiento. No pude evitar sonreír cuando vi a los chicos junto con Dorian saliendo igual caminando al estacionamiento y venían jugando, sonriendo de verdad. Admiraba su amistad.
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Prisionera de mi misma(Prisioner of her myself)
Teen FictionEn un mundo donde las expectativas sociales y el deseo de proteger a su madre han llevado a Julieta a vivir una mentira desde su infancia, se ve atrapada en una vida de fingir ser un chico para cumplir los deseos de su progenitor. Pero todo cambia c...