Capitulo 17: Cosas inesperadas

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Ese día, mi padre me pidió que lo acompañara a la oficina. Al llegar, fueron recibidos por el secretario de su padre, Alan. Habían desarrollado una amistad desde que Alan comenzó a trabajar allí, aunque Julieta siempre se había mantenido como Nicolás en su presencia. Alan era gay y, aunque ella no estaba segura si él sabía su verdadera identidad, nunca mencionaba nada al respecto.

— ¿Cómo las estás pasando en tu nueva Universidad?–me pregunta Alan

—La verdad me agrada, no me gusta estar tan lejos de casa, así que no está mal–conteste

— ¿Tú, como vas ya has encontrado a tu chico perfecto?–pregunte

—No, creó que si me quedo soltero, me caso contigo–contesto triste

—Amigo, tu y yo no funcionamos–le conteste sabía que solo bromeaba con esos comentarios

—Sí, eso está clarísimo, pero te dejo tengo trabajo—me sonrió con picardía, me quede pensando si el en verdad sabía que era una chica

Durante el día, Julieta siguió las indicaciones de su padre y hablaron sobre un proyecto de arquitectura en el que requería su ayuda. Ambos compartían esa pasión por la arquitectura, y era uno de los pocos temas en los que no discutían.

Más tarde, su padre le informó que en una hora recibirían a alguien llamado Nataniel González para trabajar en uno de sus proyectos. Julieta debería recibirlo y revisar las carpetas que Alan le proporcionaría.

Julieta fue a buscar las carpetas a la oficina de Alan, pero este parecía haber perdido algunas de ellas en su desorden. Le ofreció su ayuda, pero él amablemente la rechazó, recordando un incidente pasado en el que terminaron botando planos importantes a la basura por accidente.

—Alan, ¿Tienes las carpetas, que me ha pedido mi padre? —pregunte

—Sí, creo que las deje por algún lado—me contesto mientras seguía levantando papeles del suelo

—Estas bien, ¿no quieres que te ayude? —me ofrecí a ayudarle

—No, Nicky, la última vez que me ayudaste, las cosas salieron mal

Finalmente, Alan encontró las carpetas y Julieta se dirigió a su puesto de trabajo. 

Mientras esperaba, recibió una llamada inesperada de Tom. Se preguntó por qué Tom la estaba llamando en ese momento, pero decidió contestar la llamada.

—Hola, Tom, ¿pasa algo? —preguntó Julieta.

—Nada grave, solo quería saber cómo estabas y si tenías planes para esta tarde —contestó Tom.

—No tengo planes específicos, ¿por qué? —respondió ella.

—Bueno, pensé que podríamos salir a tomar un café o algo así, si tienes tiempo, claro —propuso Tom.

Julieta sonrió ante la invitación y aceptó la propuesta. Quedaron en encontrarse en una cafetería cercana después de que ella terminara en la oficina.

Segundos después, Alan vino conmigo y en ese mismo instante, llegó un hombre bastante guapo. Alan se sorprendió tanto que casi se cae, y el hombre, al ver que se le habían caído algunos papeles, se acercó a ayudarle. "Alan, creo que has encontrado a tu hombre", pensé al ver que él lo miraba discretamente mientras recogía los papeles. Ambos se dirigieron hacia donde yo estaba, y Alan me entregó otros papeles rápidamente y casi salió huyendo sin decir nada. En cambio, el hombre se presentó:

—Soy Nataniel González, tengo una cita con el señor Elías Preston —dijo mientras estrechábamos manos.

—Sí, claro, él lo está esperando —lo hice pasar y entré con él.

Él y mi padre comenzaron a platicar sobre el proyecto, y yo presté atención, ya que mi padre me había dicho que me involucraría en ese trabajo. Tomé notas mientras escuchaba, hasta que mi padre decidió presentarme formalmente.

—Él es mi hijo, Nicholas Preston —mencionó mi padre.

—Un gusto, Nicholas —dijo Nataniel mientras me miraba mucho, y luego se despidió.

Siempre que me miraban de esa manera, muchas ideas cruzaban por mi cabeza; además, esa mirada la había visto en personas que sabían que yo era una chica. Estaba completamente segura de que era casi imposible que nadie notara la diferencia, pero al parecer, hasta ahora, todos habían sido demasiado ciegos para darse cuenta. Sin embargo, no podía evitar sentir cierta intriga sobre lo que este hombre podría saber o si acaso había notado algo.

Después de que Nataniel se fue, mi padre se quedó conmigo en su oficina y me habló sobre el proyecto en el que trabajaría junto con él. Estaba emocionado por la oportunidad de colaborar con una empresa tan importante como la de la señora Wisen, y su confianza en mí significaba mucho.

Sin embargo, en medio de la emoción, no podía sacarme de la cabeza la presencia de Nataniel y su mirada inquisitiva. ¿Sería solo mi imaginación, o había algo más en él? Decidí dejar de pensar en eso por el momento y concentrarme en el trabajo que tenía por delante.

Terminado el trabajo en la oficina, Julieta se encontró con Tom en la cafetería acordada. Durante un momento, ambos intercambiaron miradas cómplices y sonrisas amistosas.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2023 ⏰

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Prisionera de mi misma(Prisioner of her myself)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora