CapÍtulo 13: Otro Complice

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—Nicky, espero que no te moleste tu... — el chico se quedó a medias de la oración.

— ¡Neil, que no te enseñaron a tocar una puerta antes de entrar! — le grité.

Esta es la peor vergüenza que me pudo pasar en mi vida. Rápidamente me metí al baño a medio vestir; mi cara estaba roja, me sentía pésima. Neil me había descubierto.

— ¡Joder, Nicky! ¿Eres mujer? — más obvio no podía ser, pensé.

— ¡Cállate! Me dejas explicarte — me asomé; él no parecía muy contento, pero creo que sintió más vergüenza cuando me vio en ropa interior.

—Si soy mujer — le contesté en cuanto salí del baño ya vestida, como acostumbraba a ir a la escuela.

— ¿Qué sucede contigo? ¿Hacerte pasar por hombre? — él se quedó pensativo; su molestia al parecer se había ido —. Oh, ya sé por dónde va la cosa; eres de esas personas que no les gusta su género y se lo cambian.

—Neil, ¿a dónde va esa cabeza tuya? Definitivamente no tiene nada que ver con eso.

—Entonces, explícame si no me das una explicación razonable, ahora mismo te hago hablar enfrente de los demás.

—Ahora mismo, creo que tú no pareces tan enojado, pero sé que te voy a dar razones para que lo estés. Esto no lo hago por gusto; hay una persona que me tiene en sus manos y que me obliga a actuar así: como un chico. Para esta persona, solo existe Nicholas Preston.

— ¿Por qué no puedes decirme quién te está haciendo esto?

—No lo sé, cobardía. Estoy esperando un momento para decirle a los chicos, pero no ahora. Espero que lo comprendas. Si estoy llevando esto más lejos, son por razones más importantes.

Neil parecía estar pensando en algo, ya que se quedó en silencio por un buen rato, como si tratara de recordar algo. Finalmente, habló:

—No puedo creer que hace un par de horas te vi peleando con Axel, siendo mujer, sí que le aguantaste.

—¿Te parece interesante que haya dado pelea?

—Pues, ¿cuánta fuerza tienes?

—Creo que la suficiente.

—Por eso mismo me pareció curiosa tu forma de defenderte. Un hombre ya hubiera llegado a los golpes, y eso sí que sería un verdadero espectáculo. Por cierto, su video ya tiene muchas visitas.

—¿Qué video?

—Pues, ¿cuál otro más que el de hoy en su enfrentamiento?

—¡Subiste el video! —casi grité.

—Romperas mis tímpanos, puedes bajar la voz.

—Neil, ¡te voy a matar! ¿Por qué subiste un video? —él saltó hacia atrás, alejándose de mí.

—No voy a dejar que una niña me pegue.

—No voy a golpearte, voy a torturarte lentamente y a mi manera —sonreí maliciosamente.

—Creo que eso sonó peor que el dejar que me golpees.

Yo solo sonreí con sarcasmo y pensé: ahora tengo que vengarme de dos personas, Julián y Neil, y será bastante divertido, señores y señoras.

Ahora mismo me daba miedo poner un pie en la escuela y encontrarme con Axel en los pasillos, porque seguro ya se había recuperado y me daría una paliza. "Nicky, sí que te has vuelto problemático", pensé mientras estaba en la entrada. Pero no me quedaba de otra, no iba a huir. Si me golpeaba, podría pasar desapercibida si venía vestida como Julieta, en este caso era lo que pensaba hacer, así que puse manos a la obra. Además, era imposible que me descubrieran; solo notarían la ausencia de Nicky. Aún nadie sabía que yo era Julieta, solo Carolina. Esto era para salvarme de un posible Axel enojado.

Bajé del autobús y caminé a paso lento por la entrada de la escuela. Lo bueno de esto es que mi padre no me había visto, si no estaría molesto. Seguí caminando, lo que ahora odiaba era que cuando le conté a Carolina de mi dilema, ella me dio la idea y eligió el atuendo. Según ella, tenía que lucir sexy, pero sin exagerar y llegar al grado de parecer, según ella, una zorra. Los tacones nunca me gustaron. Pude notar un par de miradas, tuve que ignorar a Dorian y los chicos. Además, ahora ellos y yo no nos conocíamos, éramos prácticamente extraños. Pero siempre mi mala suerte me perseguía cuando escuché una voz tan conocida a mis espaldas.

—Mira lo que ha traído el viento, Julieta —esa era la característica voz de Zaid.

—La misma que viste y calza —apreté mis dientes cuando pronuncié esas palabras y giré para verlo.

—Jamás te había visto por aquí, ¿o es que acabas de ingresar aquí?

—Algo así, de todos modos no es un asunto que te incumba. Es increíble que aún me reconozcas cuando es obvio que te ligas a un montón de chicas y aplicas el famoso "Si te he visto no me acuerdo" después de llevártelas a la cama. Claro, esta vez seguramente me recuerdas porque yo no he caído en tu jueguito. Y si me disculpas, tengo que entrar a clase.

Giré y seguí caminando por el pasillo ignorando las miradas que me dirigían después de haber dicho esas palabras en el pasillo. Pero se me hacía extraño no ver a Axel rondando por ahí, seguramente estaba algo ocupado, lo cual agradecía y me hizo respirar aliviada cuando llegué al salón. Busqué un sitio desocupado mientras todos entraban en bola, seguramente el profesor ya venía. Todo en la clase transcurrió normal, ahora mismo para todos era una extraña.

Cuando llegó el descanso y todos fueron a la cafetería, yo me dirigí a la biblioteca para asegurarme de que nadie me reconociera. Hasta el momento, solo había visto a Axel vagando por los pasillos con sus amigos, nada fuera de lo normal. Cuando estaba por entrar a la biblioteca y esconderme ahí hasta que terminaran las clases, me topé de nuevo con Zaid.

—¿Por qué te pones difícil, Julieta? —preguntó.

—No es obvio, conozco cómo eres y que coqueteas con todas. Y me pregunto, ¿de verdad hay un poco de cerebro en esa cabeza tuya?

—Tú siempre eres así de cruel.

—No, pero te propongo un trato, ¿qué dices?

—¿Qué clase de trato?

—Yo salgo contigo, pero por toda esta semana no sales con nadie, y me resuelves este acertijo —le entregué una hoja con el acertijo mientras él leía y yo entré a la biblioteca.

—Tenemos 5 casas de cinco colores diferentes, y en cada una de ellas vive una persona de una nacionalidad diferente...

Continuara...

Prisionera de mi misma(Prisioner of her myself)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora