Después de enviar el mensaje a Carolina, pasé toda la noche pensando en lo que iba a decirle. Estaba ansiosa y confundida por enfrentar la verdad y aclarar las cosas entre nosotros. Al día siguiente, decidí encontrarme con ella en el parque, el lugar donde siempre solíamos pasar tiempo juntas.
Cuando llegué al parque, la vi sentada en una de las bancas, luciendo tranquila y hermosa como siempre. Me acerqué a ella, nerviosa por lo que iba a decir.
—Hola, Nicky. ¿Qué era eso tan urgente de lo que querías hablar? —me preguntó con curiosidad.
Me sentí insegura sobre cómo empezar, pero decidí ser sincera.
—Caro, en la fiesta de Halloween... —comencé a decir, pero ella me interrumpió.
—Espera un momento, Nicky. Sobre eso, lamento si me comporté raro esa noche. Sucedió algo inesperado y tuve que ocuparme de un asunto urgente, así que no pude pasar mucho tiempo contigo. ¿Puedes perdonarme? —me explicó con una mirada sincera.
Me quedé sorprendida al escuchar sus palabras. ¿Entonces, entre nosotras no había pasado nada? Mis recuerdos de la fiesta comenzaron a confundirme, y empecé a dudar de lo que realmente había ocurrido.
—No te preocupes, Caro. No pasa nada —respondí, intentando ocultar mi confusión.
Ella asintió y luego cambió de tema, hablándome de otros asuntos y haciéndome reír con sus ocurrencias. A pesar de su amabilidad, mi corazón seguía enredado en una maraña de emociones. No sabía cómo enfrentar mis propios sentimientos y la situación que me rodeaba.
Sin embargo, en el fondo, seguía pensando en lo que había pasado esa noche. Recordaba haber confesado mis sentimientos a alguien, casi a punto de besarla, pero luego había sido llevada a casa en el auto de Neil por estar tan mal. Todo parecía una nebulosa en mi mente, pero sabía que había sido Dorian y no Nicky quien había vivido esa experiencia.
Decidí ser valiente y enfrentar la verdad. Con un nudo en la garganta, le pregunté a Carolina:
—Caro, hay algo que necesito contarte. En la fiesta, hubo un momento en el que confesé mis sentimientos a alguien y estuve a punto de besarla. Pero... resultó que esa persona era Dorian, y él me llevó a casa porque me sentía mal. Fue una situación confusa y no sé qué pensar ahora.
Carolina me miró con sorpresa y preocupación en sus ojos. La verdad estaba saliendo a la luz y era momento de enfrentar las consecuencias.
—Así que... ¿te gustaba Dorian y no yo? —preguntó con cierta desilusión.
Aunque estaba confundida, no me sorprendía tanto que a Carolina le gustara. Sus sentimientos hicieron eco en mí, y de cierta forma, sentí cierta atracción hacia ella. Sin embargo, no estaba segura de si mis emociones eran auténticas o si simplemente estaba confundida por meterme tanto en el papel de Nicolas. Tenía un lío en mi cabeza y necesitaba descubrir quién era realmente antes de aceptar cualquier relación.
Decidí hablar con Carolina y ser sincera sobre mis sentimientos y mi situación actual.
—Caro, debo decirte algo importante —le dije con seriedad—. Primero que nada, aprecio mucho nuestra amistad y el tiempo que hemos pasado juntas. Pero debo confesarte que estoy pasando por una etapa complicada en mi vida y necesito tiempo para entender mis sentimientos y quién soy realmente.
Ella me miró con comprensión y asintió.
—Lo entiendo, Nicky. Tómate el tiempo que necesites. No quiero presionarte ni apresurar las cosas. Tu amistad significa mucho para mí, y estaré aquí para apoyarte en todo momento.
Su respuesta me alivió y me hizo sentir aún más agradecida por tenerla como amiga.
—Gracias, Caro. Eres realmente comprensiva. No sabes cuánto aprecio eso.
Pasamos un rato platicando sobre diversos temas, y Carolina me mostró su apoyo incondicional en cada palabra que pronunciaba. Aunque aún había un nudo en mi corazón por las confusiones y los secretos que guardaba, me sentí aliviada al saber que podía contar con ella durante este proceso de autodescubrimiento.
Después de esa conversación, decidí tomarme un tiempo para mí misma, alejarme un poco de todas las situaciones complicadas y las expectativas que me rodeaban. Me sumergí en mis pensamientos, tratando de entender quién era realmente y qué quería en la vida.
..
Esa mañana de domingo, bajé a desayunar y me encontré con la presencia inesperada de mi padre. Lo saludé sin mucho entusiasmo, pero su respuesta fue seca y directa, diciéndome que quería que me acercara más a Carolina y que en un futuro esperaba que nos casáramos. Me alteré ante su absurda propuesta, era completamente ilógico; ambas éramos mujeres, y además, se sumaba el hecho de que quería que lo hiciera por negocios con el padre de Carolina, manteniendo la farsa de ser Nicolas.
Su plan era utilizar nuestro matrimonio como una estrategia para los negocios, sin importar que yo tenía que ocultar mi verdadera identidad. ¿Qué pasaba con el hecho de revelar que era una chica? Seguramente Carolina se sentiría decepcionada y si su padre lo descubría, yo estaría en problemas.
Mi padre insistía en que después de la boda, si quería, podría revelar la verdad solo a Carolina, y alegaba que solo ella y yo sabríamos de esta farsa. Él solo se preocupaba por beneficiarse con los negocios del padre de Carolina, sin importar los sentimientos ni las vidas de ambas.
Mi madre permaneció en silencio durante toda nuestra conversación, y su mirada reflejaba su preocupación y desacuerdo con la idea de mi padre.
Después de aquel tenso desayuno, decidí dar un paseo por el parque para despejar mi mente y organizar mis pensamientos. Estaba abrumada por la propuesta de mi padre y la confusión que sentía en mi corazón. Mientras caminaba entre los árboles, me encontré con Carolina, sentada en uno de los bancos.
—Hola, Nicky. ¿Qué tal estás? —me saludó ella con una cálida sonrisa.
—Hola, Caro. Estoy un poco confundido, la verdad —le confesé, sintiendo que podía confiar en ella.
—¿Confundido? ¿Por qué? ¿Pasa algo? —preguntó preocupada.
Decidí contarle lo que había sucedido en el desayuno con mi padre, omitiendo los detalles sobre mi identidad.
—Mi padre quiere que nos acerquemos más y que eventualmente nos casemos —expliqué, tratando de mantener la calma—. Pero todo esto es solo por los negocios con tu padre, no le importan nuestros sentimientos ni nuestras vidas. Es como si fuéramos piezas de un ajedrez en su plan maestro.
Carolina me miró con comprensión y suspiró.
—Lo siento mucho, Nicky. Debe ser difícil lidiar con esa situación.
—Lo es. No quiero que nuestras vidas se conviertan en un juego para satisfacer los intereses de alguien más —confesé, sintiendo un nudo en mi garganta.
—Entiendo lo que sientes. Ninguno de los dos merece ser utilizado de esa manera —dijo ella, apoyando su mano sobre la mía.
Me reconfortó su contacto y su apoyo incondicional. Aunque me sentía confundida con mis propios sentimientos y mi identidad, tenía claro que no quería que Carolina sufriera por las decisiones egoístas de mi padre.
—Caro, necesito tiempo para entender mis sentimientos y descubrir quién soy realmente. No puedo aceptar esta propuesta sin saber quién soy y qué quiero en la vida —le dije con sinceridad.
Ella asintió con tristeza, pero con una mirada llena de comprensión.
—Tómate el tiempo que necesites, Nicky. Lo más importante es que encuentres tu felicidad y tu verdad. No quiero que tomes decisiones apresuradas por la presión de alguien más.
Me sentí aliviada por su reacción, sabía que podía contar con ella en cada paso de mi proceso de autodescubrimiento.
—Gracias, Caro. Eres una verdadera amiga —le dije, sintiendo gratitud por tenerla en mi vida.
A partir de ese momento, nuestra amistad se fortaleció aún más.
Continuara..
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Prisionera de mi misma(Prisioner of her myself)
Genç KurguEn un mundo donde las expectativas sociales y el deseo de proteger a su madre han llevado a Julieta a vivir una mentira desde su infancia, se ve atrapada en una vida de fingir ser un chico para cumplir los deseos de su progenitor. Pero todo cambia c...