Capítulo 1.
-¿Gab?- preguntó una voz al otro lado del móvil.
-Sí, ¿dime?
-Esta noche hay una fiesta en casa de Júlia, ¿te vienes?- dijo Ane.
-No me ha invitado...
-Se lo he preguntado yo, que si podías venir y ha dicho que sí.
-Bueno, supongo que no hay problema, ¿no?- escuché como Ane soltaba una risita.- ¿Te vienes a mi casa y nos arreglamos allí?
-Claro. Allí nos vemos.
Después de despedirnos y quedar a una hora exacta, colgué el teléfono. Iba camino a casa después de haber estado un rato en la playa. No era muy aficionada a tomar el sol, pero tampoco iba a pasarme otro verano siendo pálida.
Mi casa se situaba muy cerca de la playa así que no tardé en llegar. Abrí la verja de la casa y vi el coche de mi hermano en la puerta del garaje.
Era bastante raro que estuviese allí, no era el cumpleaños de nadie y no celebrábamos nada...
Me paré enfrente de la puerta y saqué las llaves para abrir.
-¿Hola?- dejé las llaves en el mueble del recibidor y cerré la puerta al entrar.
-¡Gabi estamos en el salón!- escuché la voz de mi madre.
Crucé la entrada y llegué al salón. Allí estaban mi madre y Lorena sentadas en el sofá y de pié, mi hermano con Carlota en brazos.
-Hola.- saludé. Dejé la mochila en el suelo y me acerqué a Carlota, dándole un beso en la frente.
-Hola.- Cristian, mi hermano besó mi mejilla.
-¿Os quedáis a comer?- pregunté mientras me acercaba a Lorena y me sentaba a su lado.
-Sí.- respondió ella.- Pero hemos venido para traerte algo.
Mi mirada se cruzó con la de mi hermano. Este dejó a Carlota en brazos de mi madre y de su bolso negro sacó un sobre blanco.
-Marc me ha pedido que te la trajese.
Cogí la carta y le di una vuelta examinándola.
-Es una invitación a la cena del club. Para la nueva temporada.
-¿Qué?- abrí la carta y vi la invitación.- ¿Tengo que ir?
Mi madre me fulminó con la mirada.
-No querrás que Marc vaya solo, ¿no?
Claro. No podía dejar a Marc solo. ¿En qué pensabas Gabriella?...
Esta era mi vida, mi horrible vida.
Era la novia de Marc Bartra, y desgraciadamente a todas las fiestas y presentaciones tenía que acompañarlo. Algo que odiaba.
-No, pero... Ya tenía planes.- mi hermano miró a mi madre.
-Pues los cancelas.- dijo secamente.- Es a las nueve en el club.
Genial, adiós fiesta.
Me levanté, cogí el teléfono de mi bolsillo y comencé a subir las escaleras para llegar a mi cuarto.
-¡¿A donde vas?!- gritó mi hermano.
-¡A cancelar mis planes!
Lo último que escuché fue el portazo que di ya dentro de mi habitación.
No podía hacer nada, tenía que ir sí o sí. Lo único que me consolaba era que Ane también iba a ir, o eso creía.
Marqué su número y la llamé.