Capítulo 31.
NEYMAR
Cerré los ojos intentando pensar, pero me resultaba casi imposible. Todo a mi alrededor estaba mal. En los entrenamientos Marc estaba callado, nos miraba raro y cada vez que alguien le preguntaba se marchaba no sin antes dirigirle una mirada de desprecio. Todos sabíamos que el tema de su enfado era Gabriella, pero como ella no había aparecido por allí nadie comentaba nada. Por otro lado Gabriella estaba destrozada por la pelea con Ane. Yo poco la conocía pero la relación que tenían ambas era más que amistad. Practicamente eran como hermanas y me sentía responsable de su disputa.
Llegué a casa y aparqué el coche. Miré el reloj y saqué el móvil.
El día anterior había estado con Gabriella y en un despiste cogí su móvil para buscar el número de teléfono de Ane.
Pensé en llamarle pero sabía que no quería verme así que intenté sacarle a Gabriella algo de información, lo único que me dijo (y más valioso) fue que Ane vivía cerca del Centro Comercial justo al lado del barrio en el que yo vivía.
Caminé por la calle mientras decidía sí mandarle algún mensaje o directamente llamarla.
Le había prometido a Gabriella que esta situación cambiaría y no iba a fallarle.
De lejos vi el Centro Comercial y no dudé en entrar. Busqué por las tiendas y restaurantes, hubiese entrado hasta en el cine si se pudiese pero si algo estaba claro es que allí no se encontraba.
Salí de allí y me dirigí hacia mi casa, daba la busqueda por finalizada cuando a lo lejos vi un banco. Aquel banco que se encontraba en frente de mi casa y donde había hablado con Gabriella una tarde.
Me acerqué hasta él mientras no quitaba la mirada a la persona que estaba sentado en él. De pronto aquella persona se giró y me miró.
-Ane...
La chica se levantó inmediatamente y se giró para marcharse, pero no se iba a ir tan facilmente. Agarré su brazo y tiré de él.
-Ane, escuchame, por favor.
Cruzó los brazos y me miró desafiante.
-No tengo nada que escuchar.
Volvió a girarse y volví agarrar su brazo.
-Eu ruego.
Desvió la mirada y la solté. Me senté en el banco y tras varios segundos de tensión se sentó a mi lado de mala gana.
-Está passando por um mal momento.- dije.
Ane asintió mordiendose el labio.
-¿Y no puedo enterarme?
-Era dificil de entender.- contesté.- Ni nosotros mesmos e sabíamos o que estava pasando.
-Soy su amiga.- dijo agachando la cabeza.- Podría habermelo contado.
-Ane.
Levantó la cabeza y me miró.
-Vienen tempos difíceis para ela.
-Lo sé.- Ane dejó escapar un suspiro.
-Ela precisa de você mais do que nunca.
Me di cuenta que la mano de Ane temblaba así que la agarré y esta me miró sorprendida.
-Nos necesita.
Ane frunció el ceño y dejó escapar una sonrisa tímida.
-Osea que es cierto.- soltó.- Le quieres. ¿Estás enamorado de ella?